El error mortal de confundirse de puerta en Estados Unidos
El adolescente negro Ralph Yarl llam¨® al timbre equivocado y recibi¨® dos tiros de un anciano blanco. Kaylin Gillis se equivoc¨® de camino y acab¨® muerta a manos del propietario de la casa. La coincidencia de ambos casos reabre el debate sobre la defensa propia en el pa¨ªs
Hay errores que cuestan muy caros en Estados Unidos. Errores tan simples como equivocarse de casa. Dos tragedias locales, en las que todo comenz¨® con un inocente error de las v¨ªctimas, han logrado captar esta semana la disputada atenci¨®n nacional, y han reabierto el debate sobre la defensa propia en un pa¨ªs con m¨¢s armas que ciudadanos.
El jueves pasado, un muchacho negro de 16 a?os llamado Ralph Yarl recibi¨® en Kansas City (Misuri) dos disparos a bocajarro, uno de ellos en la cabeza, de la pistola Smith & Wesson del calibre 32 de un hombre blanco, Andrew D. Lester, de 84 a?os.
Los padres hab¨ªan mandado al chico, que sobrevivi¨® al ataque, a recoger a sus dos hermanos peque?os gemelos. Yarl fue v¨ªctima de ¡°racismo¡±, seg¨²n el fiscal Zachary Thompson, pero tambi¨¦n de las sutilezas del mon¨®tono callejero de la Am¨¦rica profunda: crey¨® que estaba en el 50 de 115th Terrace cuando en realidad hab¨ªa tocado el timbre del mismo n¨²mero de la calle 115, dos direcciones separadas por una manzana. Abri¨® la puerta Lester, que declar¨® a la polic¨ªa que apret¨® el gatillo porque estaba ¡°muerto de miedo¡± al comprobar ¡°la corpulencia y la edad¡± del visitante. Este, ensangrentado, sali¨® dando tumbos de la propiedad, antes de desplomarse en mitad de la calle, y un vecino llam¨® al tel¨¦fono de emergencias.
Soltaron al sospechoso 24 horas despu¨¦s tras tomarle la declaraci¨®n, pero la presi¨®n de las protestas durante el fin de semana ante su casa surti¨® efecto: el anciano fue acusado el lunes de dos delitos graves. Por uno de ellos podr¨ªa acabar condenado a cadena perpetua. Este martes por la tarde, la polic¨ªa de Kansas City inform¨® de que el presunto responsable de los disparos al adolescente negro se hab¨ªa entregado.
El otro incidente se llev¨® por delante la vida de Kaylin Gillis, de 20 a?os, que tom¨® el s¨¢bado por la noche el camino privado equivocado. Hab¨ªa salido de fiesta con tres amigos. Cuando el grupo se percat¨® de su error, emprendieron la maniobra para dar la vuelta, pero ya era demasiado tarde. Result¨® que el propietario del acceso particular, Kevin Monahan, de 65 a?os, tambi¨¦n era due?o de un arma. Sali¨® de su casa en la rural Hebron, en una zona remota del Estado de Nueva York, y les dispar¨® al menos dos veces. La polic¨ªa lo ha acusado, tambi¨¦n este lunes, de asesinato. Ambos, sospechoso y v¨ªctima, eran blancos.
Los dos sucesos han puesto el foco sobre las controvertidas leyes de autodefensa conocidas como ¡°Stand-Your-Ground¡± (literalmente: defiende tu terreno) y ¡°Castle Doctrine¡± (la doctrina castillo), m¨¢s que nada porque a pocos en Estados Unidos les quedan demasiadas fuerzas ya para discutir sobre el control de armas. Esas normas rigen en 25 Estados ¨Dentre ellos, Misuri, pero no Nueva York¨D, que se sumaron a una iniciativa de la que Florida fue pionera en 2005, al promulgar una legislaci¨®n que, respectivamente, cambi¨® las reglas de la convivencia en los espacios p¨²blicos y ampli¨® el derecho, tan viejo como el pa¨ªs, que asiste a cualquier ciudadano que est¨¦ en su casa y se defienda atacando de un intruso.
¡°[Las leyes Stand-Your-Ground] Permiten a cualquier persona que crea que su vida est¨¢ en peligro usar la fuerza letal en defensa propia, y eliminan por completo el deber de retirarse en un espacio p¨²blico, como un parque o una plaza, para evitar una confrontaci¨®n¡±, seg¨²n el Centro Brady para la prevenci¨®n de la violencia armada. ¡°En muchos casos, tambi¨¦n permiten que alguien persiga activamente a aquel que perciben como una amenaza hasta darle caza. Se basan en la idea de ¡®disparar primero y preguntar despu¨¦s¡¯, y en ellas subyace la convicci¨®n de que la fuerza letal debe emplearse por instinto, en lugar de dejarla como ¨²ltimo recurso¡±.
Esas normas han provocado un aumento del 11% en las muertes con armas de fuego en Estados Unidos, seg¨²n un estudio publicado el a?o pasado en la revista cient¨ªfica Journal of the American Medical Association. Tambi¨¦n ha servido para exculpar a sospechosos de homicidios cuyas v¨ªctimas iban desarmadas. Tal vez el m¨¢s famoso sea el caso de Trayvon Martin, un joven negro de 17 a?os que en 2012 muri¨® a las afueras de Orlando (Florida) por los tiros que dispar¨® un vigilante vecinal hispano, al que absolvieron de todos los cargos. Aquella tragedia encendi¨® la primera mecha del movimiento Black Lives Matter y el nombre Martin acab¨® en el pante¨®n de los m¨¢rtires de la violencia racista en Estados Unidos y coreado por los manifestantes en las protestas que siguieron en 2020 al asesinato de George Floyd.
La tragedia del muchacho afroamericano tiroteado la semana pasada en Kansas City tambi¨¦n ha refrescado ese recuerdo. Mientras se recuperaba de las heridas en casa de la cirug¨ªa que le extrajo las dos balas de la cabeza y de un brazo, Yarl recibi¨® el lunes la llamada del presidente Joe Biden, mientras la vicepresidenta, Kamala Harris, tuite¨®: ¡°Ning¨²n ni?o deber¨ªa vivir con el temor de que le disparen por tocar el timbre equivocado¡±. Tambi¨¦n se pronunciaron en las redes sociales famosos como la actriz Halle Berry o la modelo Naomi Campbell.
El asunto ya est¨¢ en manos de Ben Crump, prominente abogado, c¨¦lebre por su defensa de los derechos civiles de los afroamericanos. El domingo, centenares de manifestantes protestaron a las puertas de la casa de Lester, al que no se le ha visto por el vecindario desde el jueves.
Estos d¨ªas tambi¨¦n ha trascendido un tercer caso en el que el error en una direcci¨®n y la naturalidad con la que la sociedad estadounidense parece convivir cotidianamente con la violencia han desembocado en tragedia.
Sucedi¨® el 5 de abril en Farmington (Nuevo M¨¦xico), cuando una patrulla de polic¨ªa acudi¨® a una rutinaria llamada de auxilio. Era en el n¨²mero 5308, pero los agentes aporrearon la puerta del 5305 de la avenida Valley View. Abri¨® un hombre armado de 52 a?os al que mataron los tres polic¨ªas. En un v¨ªdeo dado a conocer durante el fin de semana por las autoridades se ve y escucha a los uniformados debatir momentos antes de abrir fuego sobre si la direcci¨®n en la que se encuentran es la correcta, hasta que uno de ellos zanja la discusi¨®n diciendo entre risas: ¡°No me digas que estoy equivocado, hombre¡±.
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