Asesinos sin nombre ni foto: Brasil intenta frenar las matanzas en escuelas
El grupo Globo y otros medios imponen nuevos l¨ªmites para evitar el efecto contagio de glorificar a los autores, idolatrados en redes
Familias, educadores y autoridades respiraron aliviadas en Brasil cuando el pasado jueves termin¨® la jornada lectiva en todo el pa¨ªs y millones de escolares regresaron a sus hogares sin novedad. Llevaban todo el d¨ªa con el coraz¨®n en un pu?o, temerosos de que alguien intentara aprovechar el 24 aniversario de Columbine para emular la matanza que marc¨® un antes y un despu¨¦s en Estados Unidos. Brasil asiste con espanto y honda preocupaci¨®n a un patr¨®n novedoso en estas tierras, pero arraigado en EE UU: masacres perpetradas en escuelas por alumnos presentes o pasados. Nueve casos ha habido en los ¨²ltimos nueve meses en Brasil. Es decir, en ese cort¨ªsimo lapso han ocurrido casi la mitad de los 22 casos de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas que cercenaron la vida de 36 cr¨ªos y profesores. De epidemia lo califica el Gobierno de Luiz In¨¢cio Lula da Silva.
El ataque m¨¢s reciente, el 5 de abril, no est¨¢ en esa cuenta porque lo protagoniz¨® un enfermo mental v¨ªctima de un brote psic¨®tico, pero fue brutal y los medios reaccionaron de inmediato: ¡°El nombre y la imagen de los autores de los ataques jam¨¢s ser¨¢n publicados, como tampoco los v¨ªdeos de sus acciones¡±, anunci¨® solemne esa noche el presentador del principal noticiero nocturno en nombre del Grupo Globo, el mayor de Brasil. Un paso m¨¢s en una pol¨ªtica que ya limitaba la difusi¨®n: antes publicaban la identidad y la foto una sola vez.
Bien fresco estaba a¨²n el horror causado horas antes por el asesinato de cuatro ni?os en una guarder¨ªa de Blumenau, la ciudad famosa por acoger la Oktoberfest. Solo unos d¨ªas antes, un alumno de 13 a?os mat¨® a pu?aladas a una profesora e hiri¨® a cuatro personas en S?o Paulo.
El diario Estad?o, los canales de televisi¨®n CNN Brasil y Band adoptaron compromisos similares al de Globo con el fin declarado de seguir las recomendaciones de los especialistas para evitar glorificar a los autores de estas masacres y neutralizar el efecto contagio. Unos 300 aspirantes a imitadores han sido detenidos, se han eliminado 750 perfiles en redes y el canal gubernamental de denuncias an¨®nimas Escola Segura ha recibido m¨¢s de 7.000 avisos. Se ha desatado una fiebre de compra de detectores de metales para colegios. Y gobernadores anuncian guardas armados en los colegios.
El paso no es un¨¢nime entre los grandes medios. El peri¨®dico Folha de S.Paulo decidi¨® publicar el nombre y una foto del asesino de Blumenau, pero sin destacarla.
Danila Zambianco, que participa en una investigaci¨®n sobre las matanzas escolares que desarrolla la Universidad Unicamp, de Campinas (S?o Paulo), sostiene que ¡°no existe una bala de plata¡± para atajar este complejo fen¨®meno, pero considera imprescindible combatir el arraigado efecto contagio. ¡°Estos chavales viven en comunidades impregnadas de una subcultura extremista y se inspiran en otros ataques, aprenden de ellos¡±, explica. Considera imprescindible informar de los casos porque, recalca, ¡°la gente tiene que saber que ese horror existe, pero sin dar el nombre y la foto porque muchos de estos chavales usan el discurso del odio y buscan notoriedad. ?Estoy en el peri¨®dico! ?Soy famoso!¡±.
El equipo de investigaci¨®n de la Unicamp apunta varios factores que explican el aumento de casos: la cultura de la violencia, la presi¨®n para sacar los asuntos pol¨ªticos del aula, la mayor inmersi¨®n online que trajo la pandemia¡ Entre sus propuestas, m¨¢s control de las armas de fuego, m¨¢s vigilancia en redes, leyes para que las tecnol¨®gicas asuman m¨¢s responsabilidad. Los agresores suelen ser hombres blancos.
Matanzas retransmitidas en directo
Los autores de algunas de las matanzas m¨¢s escalofriantes de los ¨²ltimos a?os las anunciaron a sus seguidores en redes o incluso las retransmitieron en directo. El discurso de aniquilaci¨®n del otro anida a la vista de millones de cr¨ªos y adolescentes.
Cuatro a?os han transcurrido desde el ataque en la escuela brasile?a de Suzano, que en Brasil supuso un parteaguas (y modelo macabro). Cuenta la especialista que en aquella ¨¦poca hab¨ªa que adentrarse en la deep web (la trastienda de internet) para encontrar esos foros que se alimentan de odio, sea en forma de racismo, misoginia, homofobia, etc¨¦tera, pero alerta de que ¡°hoy el algoritmo te lleva de manera m¨¢s f¨¢cil [a esos contenidos], ahora est¨¢ en la superficie, en TikTok, en Telegram, en Twitter¡±.
?De qu¨¦ sirve que las televisiones, radios y peri¨®dicos borren o escondan sus nombres y sus caras si son idolatrados en redes, donde a menudo se convierten en toda una marca que adoptan como avatar miles de perfiles an¨®nimos?
En esa l¨ªnea, el diario digital Poder 360 anunci¨® a sus lectores que seguir¨¢ dando esas informaciones b¨¢sicas ¡°de manera period¨ªstica y sobria¡±. ¡°Consideramos que en el siglo XXI, en la era digital, es imposible evitar ese tipo de divulgaci¨®n¡±, a?ad¨ªa. Brasil ¡ªun pa¨ªs que consume grandes dosis de desinformaci¨®n y noticias falsas¡ª debate hace a?os sobre una regulaci¨®n de las redes.
Ante esta crisis, el Gobierno de Lula da Silva convoc¨® a una reuni¨®n en Brasilia a las grandes tecnol¨®gicas. Al ministro de Justicia y Seguridad P¨²blica, Fl¨¢vio Dino, le sac¨® de sus casillas que la jurista que envi¨® Twitter le hablara de los t¨¦rminos de uso: ¡°Le he dejado claro que los t¨¦rminos de uso no est¨¢n aqu¨ª por encima de la Constituci¨®n, de las leyes y de las vidas de ni?os¡±, bram¨® en una rueda de prensa.
El foco sobre las v¨ªctimas
No Notoriety es una campa?a que persigue desde hace a?os en Estados Unidos lo que los especialistas recomiendan para Brasil: menos altavoz a los asesinos y m¨¢s ojos sobre las vidas que arrebataron o alteraron para siempre.
El d¨ªa que un extremista islam¨®fobo fue condenado a cadena perpetua en Nueva Zelanda por matar a 51 musulmanes en dos mezquitas de Christchurch, la entonces primera ministra, Jacinda Ardern, afirm¨®: ¡°Espero que sea la ¨²ltima vez que tengamos motivo para escuchar el nombre del terrorista¡±. Ella nunca lo pronunci¨® en p¨²blico. La mayor¨ªa de los medios lo omiti¨® en los meses siguientes al atentado. Y el juez orden¨® que el rostro del asesino fuera pixelado en las fotos distribuidas en este pa¨ªs insular.
En Noruega no le borraron la cara al extremista de ultraderecha que perpetr¨® la matanza de Utoya, pero, desde el d¨ªa que mat¨® a 77 personas (incluidos 67 adolescentes en un campamento del Partido Laborista), para todo el pa¨ªs se convirti¨® en ¡°el perpetrador¡±.
Abraji, la asociaci¨®n de periodismo de investigaci¨®n de Brasil, destaca que a¨²n no tiene ¡°una postura cristalizada sobre los reglamentos a adoptar¡± ante este fen¨®meno relativamente novedoso en el pa¨ªs. La asociaci¨®n de periodistas de educaci¨®n les ha instado a preparar juntos unas recomendaciones. Katia Brembatti, presidenta de Abraji, defiende la autorregulaci¨®n: ¡°Somos contrarios a cualquier medida impositiva que suponga cercenar el trabajo de la prensa. En vista de la cobertura de los ¨²ltimos ataques en Brasil, algunos pol¨ªticos defienden que se proh¨ªba divulgar los nombres de los implicados en los ataques a escuelas. Creemos que es la prensa la que debe analizar la situaci¨®n y definir las mejores pr¨¢cticas en cada caso¡±. Si el agresor huye, apunta, difundir su foto y su indumentaria tendr¨¢ enorme valor para localizarlo.
Detenidos o muertos los autores de las masacres, enterradas las v¨ªctimas, quedan los supervivientes. Zambianco est¨¢ entre quienes se encargan de dar un nuevo significado a las aulas y patios que han sido escenario de ataques violentos para que el alumnado y el profesorado puedan retomar sus actividades sin que les persiga la pesadilla. ¡°Necesitamos resignificar el lugar¡±, recalca.
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