Los liberales alemanes, el socio menor de la coalici¨®n de gobierno que juega a la contra para sobrevivir
El FDP de Christian Lindner tensa el tripartito encabezado por Scholz al tratar de marcar perfil propio en temas clave como los motores de combusti¨®n o las nucleares
Hay d¨ªas en que la actualidad informativa en Berl¨ªn alcanza un grado extra de confusi¨®n. Escuchando a los distintos partidos, no es raro preguntarse si la oposici¨®n m¨¢s dura al canciller Olaf Scholz la ejercen los democristianos de la CDU o los liberales del FDP. En ambos casos, se trata de fuerzas conservadoras que critican las pol¨ªticas de un socialdem¨®crata, pero se da la circunstancia de que los liberales forman parte de la coalici¨®n tripartita de gobierno, junto con Los Verdes. Lo que en un principio parec¨ªa un sano contrapeso ha derivado con los meses ¡ªy con los raqu¨ªticos resultados de los liberales en las sucesivas elecciones regionales¡ª en una oposici¨®n interna que se exhibe constantemente en p¨²blico. La tensi¨®n es incesante, y afecta a asuntos clave para el futuro de Alemania, como la descarbonizaci¨®n y la pol¨ªtica energ¨¦tica.
Entre los choques m¨¢s recientes destaca la defensa de ¨²ltima hora de los motores de combusti¨®n en Bruselas y el intento de evitar el apag¨®n nuclear, en el que siguen insistiendo pese a que los ¨²ltimos tres reactores se desconectaron de la red el pasado d¨ªa 15. Su postura respecto a la reforma de las reglas fiscales de la UE y los problemas para acordar el pr¨®ximo presupuesto alem¨¢n a?aden gasolina al fuego.
El FDP, que se define como un partido defensor de la innovaci¨®n y de la ¡°libertad¡±, conocido por ponerse del lado de las empresas, obtuvo un buen resultado (11,5%) en las ¨²ltimas elecciones federales, celebradas en septiembre de 2021. Pero su aura se ha resentido desde que en diciembre de ese a?o entraron como el socio m¨¢s peque?o a un tripartito liderado por Scholz. Gobernar en coalici¨®n con dos partidos de centro-izquierda oblig¨® a su l¨ªder, Christian Lindner, a abandonar las estrictas pol¨ªticas fiscales que hab¨ªa enarbolado durante la campa?a.
Desde entonces no se ha llevado m¨¢s que disgustos en las urnas. Ha perdido apoyos en las cinco elecciones regionales celebradas. En tres de ellas, en el Sarre, Baja Sajonia y la repetici¨®n electoral en Berl¨ªn, los liberales directamente se han quedado fuera de los parlamentos regionales al no superar la barrera del 5% de los votos. En las otras dos, Schleswig-Holstein (6,4%) y Renania del Norte-Westfalia (5,9%) sus resultados han sido muy decepcionantes.
Ante ese panorama, Lindner se ha propuesto marcar perfil propio y desvincularse de sus socios, a los que acusa de manirrotos mientras defiende con vehemencia el c¨¦lebre schuldenbremse, literalmente freno a la deuda, consagrado en la Constituci¨®n. Los conflictos en materia de finanzas y fiscalidad afloran a diario, especialmente ahora que se est¨¢ negociando el pr¨®ximo presupuesto federal. El FDP apuesta por un endeudamiento p¨²blico muy limitado y descarta categ¨®ricamente subir los impuestos, mientras el SPD y Los Verdes est¨¢n a favor, especialmente si los grav¨¢menes afectan a los ricos.
En las ¨²ltimas semanas, el conflicto se ha recrudecido a la vista de la correspondencia entre el ministro de Econom¨ªa y Clima, Robert Habeck (verdes), y el ministro de Hacienda, el liberal Lindner. El contenido y, sobre todo, el tono, de esas cartas, demasiado formales para dirigirse entre compa?eros de Gabinete, indican que las desavenencias son muy profundas.
Para Lindner, un economista de 44 a?os conocido por poseer un Porsche con el que se deja fotografiar a menudo, no hab¨ªa mejor causa por la que hacer bandera que el motor de combusti¨®n, s¨ªmbolo de la inventiva y la prosperidad alemanas. El FDP, que tambi¨¦n se opone a imponer un l¨ªmite de velocidad en las autopistas del pa¨ªs, ha visto en la defensa del veh¨ªculo tradicional una buena forma de recuperar su base liberal de votantes. Eliminar los coches que emiten CO? obligar¨ªa a la industria automovil¨ªstica alemana, que emplea a cerca de un mill¨®n de personas, a recurrir a las bater¨ªas, un campo de innovaci¨®n en el que va muy por detr¨¢s de sus competidores asi¨¢ticos.
Plante ante la UE
Fueron los liberales quienes pusieron contra las cuerdas el mes pasado a la UE al bloquear la votaci¨®n para prohibir los coches con motores de combusti¨®n a partir de 2035, a menos que se incluyera una excepci¨®n para los llamados combustibles sint¨¦ticos o e-fuels. Pero el canciller Scholz les apoy¨® al permitir que pusieran en peligro una negociaci¨®n de dos a?os a la que Berl¨ªn ya hab¨ªa dado su visto bueno y que solo estaba pendiente de ratificaci¨®n. La reputaci¨®n de Alemania en Bruselas ha quedado muy da?ada por este episodio, ejemplo de manual de la irresistible tentaci¨®n de muchos pol¨ªticos de anotarse puntos en casa plantando cara a la UE o fingiendo que lo hacen.
Este cap¨ªtulo demuestra, seg¨²n Los Verdes, que Scholz tiende a rendirse ante las demandas del socio m¨¢s peque?o y conflictivo de la coalici¨®n. Ellos, que consintieron una pr¨®rroga de tres meses y medio del funcionamiento de las ¨²ltimas centrales nucleares, ven ahora c¨®mo los liberales vuelven a la carga con la energ¨ªa at¨®mica. Este mismo fin de semana, el congreso que ha reelegido a Lindner como presidente del FDP ha votado a favor de una moci¨®n que pide mantener en reserva los tres reactores. En el congreso se ha apuntado tambi¨¦n a la siguiente disputa con Los Verdes: otra resoluci¨®n exige cambios a un proyecto de ley ya aprobado en el Consejo de Ministros para prohibir la instalaci¨®n de nuevas calderas de gas y gasoil a partir de 2024.
Los liberales quitan hierro a la confrontaci¨®n en el seno del Gobierno y defienden que no es m¨¢s que un signo de los nuevos tiempos pol¨ªticos. ¡°La coalici¨®n ha demostrado varias veces que puede discutir duramente sobre algo y al final llegar a buenos acuerdos¡±, asegur¨® Johannes Vogel, covicepresidente federal del FDP, esta semana en un encuentro con corresponsales extranjeros. ¡°Tenemos que adaptar la cultura pol¨ªtica al nuevo sistema de partidos. Las diferencias de opini¨®n se hacen claramente visibles por primera vez. Pero no todo debate es una disputa. Eso viene de una concepci¨®n vieja de la pol¨ªtica en la que todo se soluciona entre bastidores y de cara al exterior solo se muestra una posici¨®n unificada. Eso no encaja en la nueva era¡±, subray¨®.
La estrategia de ir a la contra de los otros dos socios de coalici¨®n va para largo. En el FDP nadie se plantea abandonar el Gobierno y arriesgarse a caer en la intrascendencia. El trauma de 2013, cuando el partido no consigui¨® el m¨ªnimo del 5% de votos para entrar en el Parlamento, est¨¢ demasiado reciente. Y el liderazgo de Lindner es incuestionable, como se ha vuelto a comprobar en el congreso de este fin de semana en Berl¨ªn. Obtuvo el 88% de los votos y ning¨²n otro candidato le hace sombra.
Aunque t¨ªmidamente, las encuestas muestran un repunte reciente en la valoraci¨®n de los liberales. La intenci¨®n de voto ha subido un punto en abril, hasta el 7%, respecto a marzo, seg¨²n el sondeo de la televisi¨®n p¨²blica ARD. Y tambi¨¦n Lindner como l¨ªder pol¨ªtico mejora hasta el 33% de aceptaci¨®n, aunque por debajo del canciller y los ministros verdes Habeck y Annalena Baerbock, responsable de Exteriores.
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