Versiones opuestas en el juicio por violaci¨®n de la columnista E. Jean Carroll contra Trump
La escritora dice que qued¨® marcada por la agresi¨®n sexual del magnate. El expresidente niega las acusaciones
El mismo d¨ªa en que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, luc¨ªa en un congreso sindical su candidatura a la reelecci¨®n, su antecesor y posible rival en 2024, Donald Trump, estaba pendiente de un juicio por violaci¨®n en Manhattan (Nueva York). El expresidente no ha acudido a la primera sesi¨®n, pero no se descarta que vaya a declarar. De momento, se han presentado dos versiones totalmente opuestas: la acusaci¨®n de violaci¨®n por parte de los abogados de la columnista Elizabeth Jean Carroll y la negaci¨®n de los hechos por los representantes de Trump.
El caso se complica porque la supuesta violaci¨®n data de hace 30 a?os. E. Jean Carroll acus¨® en 2019 a Trump de una supuesta violaci¨®n sufrida en la d¨¦cada de 1990 y en noviembre pasado present¨® una demanda contra el expresidente, aprovechando la entrada en vigor una nueva ley estatal, la Ley de Supervivientes Adultos, que permite a las v¨ªctimas de violencia sexual demandar por ataques ocurridos hace d¨¦cadas.
Es una demanda civil, no penal. Trump no puede ir a la c¨¢rcel. La escritora reclama una indemnizaci¨®n sin cuantificar por da?os y perjuicios compensatorios y punitivos por dolor y sufrimiento, da?os psicol¨®gicos, p¨¦rdida de dignidad y da?os a la reputaci¨®n.
Este martes se ha seleccionado el jurado y los abogados han presentado sus alegatos iniciales. Shawn Crowley, abogado de la escritora, ha asegurado que E. Jean Carroll testificar¨¢ durante el juicio que lo que ocurri¨® en unos minutos en un probador de unos grandes almacenes en 1996 ¡°iba a cambiar su vida para siempre¡±. ¡°Llena de miedo y verg¨¹enza, guard¨® silencio durante d¨¦cadas. Con el tiempo, sin embargo, el silencio se hizo imposible¡±, ha dicho Crowley, seg¨²n la intervenci¨®n recogida por AP.
Y cuando Carroll rompi¨® ese silencio en unas memorias de 2019, el entonces presidente ¡°utiliz¨® la plataforma m¨¢s poderosa de la Tierra para mentir sobre lo que hab¨ªa hecho, atacar la integridad de la se?ora Carroll e insultar su apariencia¡±. ¡°Este caso es la oportunidad de la se?ora Carroll de limpiar su nombre, de hacer justicia¡±, ha a?adido.
El caso se reanuda este mi¨¦rcoles y es probable que la propia escritora preste ya declaraci¨®n. Entre los testigos de los demandantes est¨¢n dos personas que estaban a n¨®mina de los grandes almacenes, la hermana de la demandante, su antiguo jefe y otras dos mujeres que han acusado a Trump de abusar de ellas: Natasha Stoynoff y Jessica Leeds. El expresidente ha sido capaz de resistir todo tipo de acusaciones de abusos, aventuras extramatrimoniales y hasta grabaciones de comentarios vejatorios hacia las mujeres sin que eso haya hecho mella en la mayor¨ªa de sus seguidores.
Carroll cont¨® en su libro ?Para qu¨¦ necesitamos a los hombres? Una humilde propuesta que Trump la hab¨ªa violado en los probadores de unos grandes almacenes de lujo de Manhattan en 1995 o 1996. La escritora relat¨® que se encontr¨® casualmente con Trump en los grandes almacenes Bergdorf Goodman de Nueva York y ¨¦l le pidi¨® ayuda para buscar un regalo para una mujer. La columnista presentaba por entonces el programa televisivo Preg¨²ntele a E. Jean, inspirado en su famosa columna de la revista Elle, un exitoso consultorio sexual y sentimental.
Seg¨²n su versi¨®n, Trump la llev¨® primero a la secci¨®n de bolsos, luego a la de sombreros y finalmente a la de lencer¨ªa. El magnate agarr¨® un body de color lila gris¨¢ceo, le pidi¨® a ella que se lo probase y la acompa?¨®. ¡°En el momento en que la puerta del probador est¨¢ cerrada, se abalanza sobre m¨ª, me empuja contra la pared, golpeando mi cabeza bastante fuerte, y pone su boca contra mis labios. Estoy tan estupefacta que le empujo de vuelta y me empiezo a re¨ªr. ?l me agarra los dos brazos, me sujeta contra la pared con sus hombros, mete a la fuerza sus manos bajo mi vestido y me baja las medias. Estoy asombrada por lo que voy a escribir: yo sigo ri¨¦ndome. Al momento siguiente (...) se baja la bragueta y, forzando sus dedos por mi parte privada, empuja su pene dentro de m¨ª hasta la mitad, o completamente, no estoy segura¡±. Tras una lucha entre ambos, logr¨® escapar y salir corriendo.
Trump, que era presidente cuando se public¨® el libro, respondi¨® a las acusaciones diciendo que nunca podr¨ªa haber ocurrido porque Carroll ¡°no era su tipo¡±. Sus comentarios llevaron a Carroll a presentar una demanda por difamaci¨®n contra ¨¦l, pero esa demanda se enred¨® en los tribunales.
El expresidente dijo que era una ¡°chiflada¡± que se hab¨ªa inventado la denuncia de violaci¨®n para vender su libro. El abogado defensor del expresidente, Joe Tacopina, ha dicho este martes a los miembros del jurado que la acusaci¨®n es inveros¨ªmil y carente de pruebas. El abogado sostiene que Carroll ha demandado por dinero, estatus y razones pol¨ªticas.
El abogado ha instado a los miembros del jurado en su alegato inicial a dejar de lado cualquier animadversi¨®n que puedan tener hacia el expresidente. ¡°Pueden odiar a Donald Trump. No pasa nada. Pero hay un momento y un lugar secreto para eso. Se llama urna en unas elecciones. No es aqu¨ª, en un tribunal de justicia¡±, ha dicho Tacopina en palabras recogidas por AP. ¡°Nadie est¨¢ por encima de la ley, pero nadie est¨¢ por debajo de ella¡±, ha a?adido. ¡°Todo se reduce a: ?Te crees lo incre¨ªble?¡±, ha preguntado en su alegato inicial.
Los miembros del jurado son seis hombres y tres mujeres cuyos nombres se mantienen en secreto y que tienen edades comprendidas entre los 26 y los 66 a?os, Incluyen a un conserje, un fisioterapeuta y personas que trabajan en seguridad, atenci¨®n sanitaria, una biblioteca, un instituto...
El juicio se celebra semanas despu¨¦s de que Trump se declarara inocente de 34 acusaciones de delito en un caso penal en torno a los pagos realizados para enterrar supuestas relaciones sexuales extramaritales, entre ellas una con la actriz porno Stormy Daniels.
Carroll ya reconoci¨® al publicar el libro que no denunci¨® lo ocurrido a la polic¨ªa y que no tiene pruebas. S¨ª se lo cont¨®, seg¨²n explic¨® entonces, a dos amigas, que confirmaron su versi¨®n. La primera amiga, periodista, le rog¨® que acudiera a la polic¨ªa y se ofreci¨® a acompa?arla. La segunda, tambi¨¦n periodista, le recomend¨® que no se lo dijera a nadie. ¡°?Olv¨ªdalo! Tiene 200 abogados. Te enterrar¨¢¡±, le dijo.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.