Los abogados de Trump renuncian a llamar a testigos en el juicio por presunta violaci¨®n a la columnista E. Jean Carroll

La defensa de Donald Trump ha anunciado este mi¨¦rcoles que no llamar¨¢ a declarar a ning¨²n testigo para refutar el relato de E. Jean Carroll, que acusa al expresidente de haberla violado en un probador de unos lujosos almacenes neoyorquinos en los a?os noventa. El caso podr¨ªa quedar visto para sentencia la semana pr¨®xima, tras poco m¨¢s de dos semanas de presentaci¨®n de pruebas y alegatos. Mientras los abogados del candidato republicano a la reelecci¨®n en 2024 parecen tener claro el veredicto de inocencia, aumenta la pol¨¦mica sobre los principales argumentos utilizados contra la denunciante: que haya dejado pasar tanto tiempo desde lo sucedido y que, en su momento, no gritara ni opusiera resistencia a la supuesta agresi¨®n sexual. Una nueva etiqueta, #Ididntscream (Yo no grit¨¦), hace fortuna en las redes y, a la vez que difunde casos de otras agresiones silenciosas, se solidariza con Carroll.

Joe Tacopina, que dirige el equipo de abogados de Trump, ha comunicado al juez que preside el juicio civil que el experto con el que la defensa contaba no puede testificar por motivos de salud, inform¨® este mi¨¦rcoles la cadena NBC News. Adem¨¢s del experto citado, estaba previsto que declarase el propio Trump, pero tambi¨¦n ha declinado hacerlo, seg¨²n confirm¨® Tacopina. ¡°Es su decisi¨®n¡±, respondi¨® el juez.

Al tratarse de un juicio por lo civil, el republicano no afrontaba una posible condena de c¨¢rcel, y el hecho de que renuncie a la defensa parece indicar que, de todos los procesos en su contra, este es el que menos le inquieta. Hace un mes, fue imputado formalmente de 34 delitos por silenciar con dinero su relaci¨®n con una actriz de cine porno. Se le investiga tambi¨¦n por su intento de revertir el resultado electoral de las presidenciales en Georgia en 2020, por llevarse material clasificado de la Casa Blanca a su residencia privada de Florida y por su papel en el asalto al Capitolio por parte de una horda trumpista en enero de 2021. El juicio por presunta violaci¨®n, adem¨¢s de a?ejo, era el ¨²ltimo de sus desvelos.

Trump ha negado siempre las acusaciones de Carroll de que la viol¨® en un probador de los lujosos almacenes Bergdorf Goodman de Manhattan, a mediados de los noventa, calificando las afirmaciones de la mujer de ¡°enga?o y estafa¡±. Carroll le ha demandado por agresi¨®n y por difamaci¨®n, acusaci¨®n que ¨¦l rechaza por considerar que dijo la verdad sobre el car¨¢cter de la denuncia. El argumento de la defensa del magnate, a quien tambi¨¦n se investiga por irregularidades en sus negocios, se basa en el tiempo transcurrido desde los hechos. Carroll, columnista de ¨¦xito en revistas de moda y actualidad y a la que el trauma de la agresi¨®n ha impedido desarrollar una vida afectiva normal, seg¨²n dijo en el juicio, ha afirmado que nunca denunci¨® el ataque a la polic¨ªa porque se sent¨ªa avergonzada y porque sab¨ªa que ten¨ªa todas las de perder frente a adversario tan poderoso. No fue hasta 2019 cuando, inspirada por la fuerza del movimiento MeToo, de denuncia de abusos sexuales por parte de hombres poderosos, se decidi¨® a hablar.

Present¨® la denuncia en diciembre del a?o pasado, despu¨¦s de que una ley reci¨¦n aprobada en Nueva York permitiera a las v¨ªctimas adultas de delitos sexuales presentar demandas civiles durante un a?o, incluso aunque el delito hubiese prescrito, como en el caso de Carroll. Ello invalida el argumento de prescripci¨®n que enarbolaba la defensa.

Los abogados de Carrol han llamado a declarar a dos mujeres, una de ellas tambi¨¦n v¨ªctima sexual del magnate. La primera, amiga de Carroll a quien esta cont¨® lo sucedido en el probador, lo ha hecho este mi¨¦rcoles; la segunda, que revel¨® una agresi¨®n sexual en 2016, el a?o en el que Trump gan¨® las elecciones presidenciales, testificar¨¢ ma?ana. Carroll solicita una indemnizaci¨®n, cuya cuant¨ªa no ha revelada, por da?os y perjuicios.

Revictimizaci¨®n de las mujeres

La falta de gritos en el interior de la cabina donde supuestamente se produjo la violaci¨®n ha hecho correr r¨ªos de tinta. Durante las jornadas previas, la demandante se encar¨® con Tacopina despu¨¦s de que este le preguntara, de un modo bastante recriminatorio, por qu¨¦ no hab¨ªa gritado. ¡°No me pueden dar una paliza por no haber gritado¡±, dijo Carroll al abogado. Una de las razones por las que las mujeres no denuncian, prosigui¨®, ¡°es porque siempre se les pregunta eso: ?por qu¨¦ no gritaste?¡±. La escritora, que se hab¨ªa mostrado imperturbable hasta ese momento, se emocion¨®. ¡°Se lo digo¡±, dijo al abogado alzando la voz, ¡°?me viol¨® tanto si grit¨¦ como si no!¡±, seg¨²n la declaraci¨®n recogida por el diario The New York Times.

Minutos despu¨¦s de ese interrogatorio, empez¨® a aparecer en las redes sociales un hashtag (etiqueta) en su defensa: #Ididntscream, mediante el que v¨ªctimas de agresiones compart¨ªan sus propias historias de silencio paralizante. M¨¢s de cinco a?os despu¨¦s de que arrancara el MeToo, la pregunta por la falta de resistencia, f¨ªsica o verbal mediante gritos, contin¨²a interpelando y acosando a las v¨ªctimas, en lo que abogados y activistas denuncian como un doble escrutinio moral y un ejemplo de revictimizaci¨®n de las mismas. El caso de Carroll es una nueva prueba de ello.

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