El Gobierno polaco trata de movilizar al electorado m¨¢s conservador con un refer¨¦ndum antiinmigraci¨®n
La propuesta de la Comisi¨®n Europea para el reparto de refugiados aviva el discurso antieuropeo y la defensa de la soberan¨ªa del partido ultraconservador Ley y Justicia
El Gobierno ultraconservador de Polonia ha recibido de Bruselas, involuntariamente, el br¨ªo que empezaba a necesitar su campa?a de cara a las elecciones previstas para el pr¨®ximo oto?o. La propuesta de la Comisi¨®n Europea para cerrar un pacto migratorio mediante el reparto de refugiados o el pago de hasta 22.000 euros por persona no acogida le ha servido a Ley y Justicia (PiS) y sus socios de coalici¨®n para recuperar dos temas que le ayudaron a llegar al poder en 2015 y que movilizan a su electorado m¨¢s conservador. Por un lado, el discurso de tinte xen¨®fobo que criminaliza la inmigraci¨®n de origen musulm¨¢n, relacion¨¢ndola con la inseguridad, y por otro, la confrontaci¨®n con la UE a cuentas de la defensa de la soberan¨ªa nacional. Para amarrar ambas ideas, el partido de Jaroslaw Kaczynski planea celebrar un refer¨¦ndum.
Varsovia ya ha expresado su en¨¦rgica protesta en Bruselas y su intenci¨®n de vetar la propuesta migratoria. Mientras, busca cimentar el rechazo en casa con acciones de escasa repercusi¨®n a nivel europeo, pero con impacto pol¨ªtico nacional en periodo electoral. El Sejm, la C¨¢mara baja del Parlamento, aprob¨® una resoluci¨®n en contra del sistema planteado desde Bruselas el pasado 15 de junio y ese mismo d¨ªa, desde la tribuna, Kaczynski lanz¨® la idea del refer¨¦ndum. ¡°Los polacos tienen que expresarse sobre este asunto¡±, proclam¨®.
En la campa?a de 2015, cuando Europa estaba sumida en la crisis de los refugiados, principalmente provenientes de la guerra de Siria, Kaczynski hizo bandera del rechazo a las cuotas propuestas por la UE y afirm¨® que los migrantes traen ¡°todo tipo de par¨¢sitos¡± y ¡°enfermedades erradicadas desde hace mucho tiempo en Europa¡±. En estas elecciones, en las que la seguridad es un tema central, con una guerra en la vecina Ucrania, el primer ministro, Mateusz Morawiecki, justifica su no a la llegada de personas de fuera del pa¨ªs con el argumento de la ¡°seguridad nacional¡±. ¡°Nuestro Gobierno es el ¨²nico garante de que nuestras fronteras seguir¨¢n siendo seguras y de que las mujeres y los ni?os podr¨¢n caminar seguros por las noches, no como en otros pa¨ªses europeos¡±, afirm¨® en la sesi¨®n del Sejm del d¨ªa 15.
Ewa Marciniak, del Departamento de Sociolog¨ªa de la Pol¨ªtica y Marketing Pol¨ªtico de la Universidad de Varsovia, cree que el mensaje esta vez cae sobre un pa¨ªs diferente, y recuerda que hay m¨¢s de 200.000 personas procedentes de Asia y Oriente Pr¨®ximo trabajando en Polonia. ¡°Son parte ya del paisaje polaco en las grandes ciudades¡±, se?ala. ¡°Donde no hay contacto diario casi directo con personas de otras culturas y religiones, se puede construir la ret¨®rica de la amenaza¡±, opina, sin embargo, y a?ade por correo electr¨®nico: ¡°El refer¨¦ndum se celebrar¨¢ en el marco de esa ret¨®rica del peligro¡±.
Su colega Maciej Duszczyk, experto en migraci¨®n de la Universidad de Varsovia, cree tambi¨¦n que el PiS ¡°intenta convencer a los polacos de que est¨¢n bajo amenaza¡±. En el discurso del Gobierno, analiza Duszczyk en conversaci¨®n telef¨®nica, hay migrantes que son bienvenidos, como los m¨¢s de un mill¨®n de ucranios que llegaron antes de la guerra y los 1,3 millones que se refugiaron en Polonia tras la invasi¨®n, y los que aportan a la competitividad econ¨®mica. Y luego est¨¢n los que molestan: ¡°Los que cruzan las fronteras de la UE de forma ilegal y pueden ser repartidos entre los Estados miembros¡±.
La dur¨ªsima e inflexible respuesta del Gobierno del PiS a ese tipo de inmigraci¨®n la conocen bien las personas que se han aventurado a intentar llegar a la UE por la frontera con Bielorrusia. Desde que en 2021 el r¨¦gimen de Aleksandr Lukashenko empezase su ataque h¨ªbrido contra los pa¨ªses fronterizos de la UE orquestando el tr¨¢fico de miles de migrantes, se han documentado innumerables violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional al asilo. Tambi¨¦n se han registrado decenas de muertes a ambos lados de la linde, que Polonia ha tratado de blindar con una valla de seguridad. Ni en los momentos m¨¢s cr¨ªticos, con mujeres y ni?os en una zona boscosa con temperaturas bajo cero, ha dado su brazo a torcer el Ejecutivo del PiS.
El pasado s¨¢bado, en una convenci¨®n de la coalici¨®n Derecha Unida, que re¨²ne a PiS con sus socios minoritarios, Kaczynski asegur¨® que ¡°los ataques en la frontera polaco-bielorrusa est¨¢n empezando otra vez¡±. ¡°No dejaremos que nadie decida por nosotros. ?Por eso se convocar¨¢ el refer¨¦ndum!¡±, proclam¨®. El ministro de Justicia, Zbigniew Ziobro, socio de Gobierno con el partido euroesc¨¦ptico Polonia soberana, a¨²n m¨¢s a la derecha del PiS, agit¨® el mismo tema en su intervenci¨®n: ¡°No podemos aceptar las decisiones forzadas por el canciller [Olaf] Scholz de reubicar a decenas de miles de inmigrantes isl¨¢micos en ciudades polacas sin el consentimiento de los residentes¡±, dijo, a?adiendo el aspecto antialem¨¢n, otro elemento recurrente en la narrativa del Gobierno.
Duszczyk opina que el Gobierno ¡°est¨¢ usando a los inmigrantes como una herramienta para atacar a la UE por la reubicaci¨®n obligatoria, no tanto por el mecanismo de solidaridad¡±. La oposici¨®n transmite mientras tanto que el PiS sobreact¨²a ante un problema inventado: Polonia, insisten, podr¨ªa solicitar la exenci¨®n del plan europeo por considerarse un pa¨ªs ya sometido a la presi¨®n migratoria. El n¨²mero de refugiados que le corresponder¨ªa acoger al pa¨ªs, calcula adem¨¢s, ser¨ªa de menos de 2.000. Para el Gobierno no se trata, sin embargo, de n¨²meros o exenciones, sino de una cuesti¨®n pol¨ªtica. Como dice Aleks Szczerbiak, profesor de pol¨ªtica experto en Polonia de la Universidad de Sussex, se trata de ¡°oponerse al principio de que la UE pueda decidir por uno mismo sobre la pol¨ªtica de migraci¨®n¡±.
Las teclas que toca la propuesta de Bruselas le vienen bien al Gobierno ultranacionalista polaco para activar a los votantes m¨¢s conservadores. ¡°No es un asunto que vaya a cambiar las cosas electoralmente, pero estamos ante unas elecciones muy re?idas con pocos cambios en las encuestas, en las que la movilizaci¨®n de los electores fieles ser¨¢ clave¡±, se?ala el polit¨®logo.
Campa?a sin garra
El PiS sigue liderando las encuestas con una media del 36% de intenci¨®n de voto, pero sin mayor¨ªa para gobernar. Su campa?a ha perdido empuje, y aunque ¡°no deber¨ªan entrar en p¨¢nico, porque no han perdido apoyos¡±, como subraya Szczerbiak, el partido de Kaczynski busca darle nueva fuerza despu¨¦s de ver el impulso que ha tomado la oposici¨®n, especialmente el partido liberal Plataforma C¨ªvica, con marchas y m¨ªtines multitudinarios. El partido ultranacionalista ha hecho cambios organizativos ¡ªel presidente del partido ha vuelto al Gobierno como vice primer ministro, y se ha cambiado al jefe de campa?a¡ª, mientras trata de mostrar unidad y afianzar temas con garra, como la seguridad, que apela a votantes m¨¢s centristas, junto a otros como la inmigraci¨®n y la UE.
Todav¨ªa no se han desvelado detalles fundamentales sobre el refer¨¦ndum, como las preguntas o la fecha, pero como se?ala Szczerbiak, al Gobierno le gustar¨ªa celebrarlo el mismo d¨ªa de las elecciones para asegurarse de que el tema se convierte en un asunto central de la campa?a. Tambi¨¦n para evitar la abstenci¨®n, porque para tener validez, una consulta necesita al menos el 50% de participaci¨®n.
Los analistas auguran una campa?a electoral desagradable. ¡°Ser¨¢ negativa, incluso violenta¡±, opina Marciniak, que espera ver campa?as ¡°de descr¨¦dito malintencionado¡± orquestadas contra Donald Tusk y otros pol¨ªticos de la oposici¨®n. ¡°Los dos campos creen que en estas elecciones se juegan mucho¡±, apunta Szczerbiak: ¡°El Gobierno piensa que, si gana, podr¨¢ terminar sus reformas y estas tendr¨¢n que ser aceptadas por otros pa¨ªses, mientras la oposici¨®n ve que esa posibilidad puede socavar la democracia y los derechos civiles¡±.
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