El rastro perdido de los refugiados en la frontera entre Polonia y Bielorrusia
Varsovia da por cerrada la crisis con la construcci¨®n de una valla, pero siguen llegando migrantes y demandantes de asilo, mientras cientos est¨¢n en centros de detenci¨®n


Las severas condiciones del invierno y la presi¨®n de la UE frenaron en seco la crisis migratoria de 2021 orquestada por el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, en la frontera de su pa¨ªs con Polonia. Parec¨ªa que se hab¨ªa perdido el rastro a los cientos de migrantes y refugiados que intentaban llegar a la Uni¨®n Europea por esta ruta y el Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia (PiS) ha dado por zanjada la situaci¨®n con la construcci¨®n de una valla de 5,5 metros de alto y 186 kil¨®metros de largo. Cada d¨ªa siguen entrando a su territorio, sin embargo, decenas de personas. Contin¨²an produci¨¦ndose violaciones de derechos humanos con las devoluciones en caliente, seg¨²n las organizaciones de defensa de los derechos humanos y ONG. Y casi 700 migrantes y demandantes de asilo permanecen encerrados en centros de detenci¨®n, incluyendo mujeres y ni?os.
El a?o pasado, la Guardia Fronteriza polaca registr¨® 40.000 intentos de entrar ilegalmente al pa¨ªs, un n¨²mero que incluye a quienes hicieron varias tentativas. Polonia, igual que los pa¨ªses b¨¢lticos que lindan con Bielorrusia, tom¨® medidas extraordinarias frente a lo que la UE y los gobiernos de la regi¨®n consideraron t¨¢cticas de ¡°guerra h¨ªbrida¡±, el uso de migrantes para desestabilizar la Uni¨®n. El Gobierno decret¨® el estado de emergencia el 2 de septiembre, prohibi¨® el acceso a una franja de tres kil¨®metros a lo largo de la frontera y aprob¨® una ley para avalar las devoluciones en caliente. El pasado 1 de julio, Varsovia levant¨® esa medida y dio la valla por finalizada, a falta de instalar elementos electr¨®nicos como c¨¢maras y sensores de movimiento. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, declar¨® el 30 de junio a los pies del muro coronado por concertinas: ¡°Gracias a nuestra pol¨ªtica, hoy podemos centrarnos en la que es la mayor prioridad de Europa, esto es, ayudar a una Ucrania en lucha por mantener su soberan¨ªa¡±.
Hay zonas donde la orograf¨ªa, con r¨ªos que atraviesan bosques y zonas pantanosas, ha dejado huecos en la infraestructura. Y est¨¢ tambi¨¦n el hecho que siempre repiten los expertos en migraci¨®n y que enuncia en conversaci¨®n telef¨®nica Hanna Machinska, comisaria adjunta de Derechos Humanos de Polonia, una figura p¨²blica independiente del Gobierno: ¡°Una valla no es una soluci¨®n; no va a impedir la entrada de quienes intentan desesperadamente salvar su vida¡±. Como explican miembros de Grupa Granica, una red de activistas y organizaciones que da ayuda humanitaria y legal a los migrantes, quienes intentan entrar en la UE salvan el obst¨¢culo cavando t¨²neles, usando escaleras o escalando.
Marysia Zlonkiewicz, de la asociaci¨®n Chlebem i Sol? (Pan y Sal), que lleva desde septiembre viviendo entre Varsovia y la frontera, explica que este verano realizan intervenciones con unas 200 personas a la semana en el lado polaco y ha habido d¨ªas donde el n¨²mero ha llegado a 50 en 24 horas. En lo que va de 2022, los intentos de entrada han sido 6.000, seg¨²n los datos oficiales.
Si en 2021 los miles de personas que buscaban entrar en Polonia ven¨ªan principalmente de Minsk en viajes organizados por el r¨¦gimen de Lukashenko, procedentes de Siria, Irak, Afganist¨¢n y pa¨ªses subsaharianos, este a?o el origen principal de la ruta es Rusia. ¡°Todo est¨¢ organizado por el r¨¦gimen bielorruso y dirigido por las autoridades rusas¡±, sostiene Anna Michalska, portavoz de la Guardia Fronteriza. Zlonkiewicz explica que se encuentran con muchos extranjeros a quienes les ha caducado el permiso de residencia en Rusia o j¨®venes con visados de estudiantes en ese pa¨ªs. Tambi¨¦n migrantes que escaparon del este de Ucrania hacia Rusia, seg¨²n Katarzyna Slubik, presidenta de la Asociaci¨®n de Intervenci¨®n Legal, miembro tambi¨¦n de Grupa Granica.

Este a?o hay menos mujeres y ni?os y han aparecido tambi¨¦n nuevas nacionalidades, como cubanos, haitianos y yemen¨ªes. Si en 2021, cuando los activistas los encontraban en el bosque, muertos de fr¨ªo y cansancio, los migrantes y demandantes de asilo buscaban el amparo de las autoridades polacas, este a?o, alertados por las historias que han o¨ªdo de devoluciones en caliente e internamiento en centros de detenci¨®n, intentan evitarlas y continuar camino hacia otros pa¨ªses europeos, seg¨²n Slubik. Machinska subraya que han muerto 20 personas a ambos lados de la frontera. El estado de salud de los que llegan ahora, excepto por roturas en pies o piernas y cortes por escalar la valla, es bastante aceptable en esta temporada veraniega.
Comparada con la pol¨ªtica de puertas abiertas a los refugiados ucranios de Polonia, que nadie discute y todos celebran, el trato que reciben las personas que llegan al pa¨ªs por la frontera bielorrusa, aunque son muchos menos, es ¡°c¨ªnico, cruel e inhumano¡±, seg¨²n el diputado de Los Verdes Tomasz Anisko. ¡°Todos los refugiados deben ser tratados de la misma forma con independencia de d¨®nde procedan y c¨®mo lleguen a la frontera¡±, afirma Rafal Kostrzynski, portavoz en Polonia de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR). Su organismo aboga antes el Gobierno polaco ¡°por un trato m¨¢s humano, acceso a los procedimientos para solicitar asilo y abstenerse de realizar devoluciones en caliente¡±.
La Guardia Fronteriza se defiende: ¡°Si alguien quiere pedir el estatus de refugiado, registramos la solicitud en todos los casos. Pero no ayudamos a los que usan nuestro pa¨ªs solo como un paso en su viaje ilegal para llegar a otros pa¨ªses europeos¡±, dice su portavoz por correo electr¨®nico. Todos los que han trabajado observando o ayudando en la frontera denuncian, sin embargo, la devoluci¨®n sistem¨¢tica de migrantes al lado bielorruso que efect¨²an los guardias de frontera, incluso en los casos en los que se manifiesta la voluntad de demandar asilo. ¡°Algunos han llegado a ser expulsados hasta 30 veces¡±, incide la comisaria adjunta, cuya instituci¨®n ha sido la ¨²nica con acceso a la zona de acceso prohibido durante la crisis. Esta pr¨¢ctica es ¡°ilegal y una violaci¨®n de las leyes y los est¨¢ndares internacionales, adem¨¢s de la Constituci¨®n polaca¡±, subraya.
A quienes la Guardia Fronteriza s¨ª registra como demandantes de asilo o est¨¢n a la espera de ser deportados, son internados en centros de detenci¨®n durante varios meses mientras se tramita su caso. Hay casi 700 personas en los seis que existen en el pa¨ªs. En el pico de la crisis de 2021, a las malas condiciones de algunos se un¨ªa el hacinamiento. Ahora tienen m¨¢s espacio, pero se siguen produciendo revueltas, huelgas de hambre e intentos de suicidio. El nombre de uno de ellos, Wedrzyn, aparece en casi todas las conversaciones. ¡°Es como Guant¨¢namo, con condiciones peores que la c¨¢rcel¡±, describe Anisko. All¨ª, relata, los internos est¨¢n desconectados del mundo exterior a merced de la buena voluntad o no de sus guardianes. En este centro, enclavado en un ¨¢rea militar, ¡°los guardias no utilizan los nombres [de los recluidos], solo n¨²meros; es inhumano¡±, a?ade Machinska.
¡°Algunas de las organizaciones no gubernamentales que han criticado nuestro servicio nunca han dedicado tiempo a hablar con nosotros ni a visitar nuestros centros¡±, se queja Michalska, portavoz de la Guardia Fronteriza. Pero tanto Anisko, por su condici¨®n de diputado, como Machinska, como representante de la Oficina de Derechos Humanos, han tenido oportunidad de conocerlos por dentro. La comisaria adjunta recuerda, adem¨¢s, que las personas vulnerables como mujeres embarazadas, personas con discapacidad y menores no deber¨ªan ingresar nunca en este tipo de centros, igual que las v¨ªctimas de tortura y, sin embargo, all¨ª se los ha encontrado. Quienes est¨¢n dentro deben tener acceso garantizado a ayuda psicol¨®gica y m¨¦dica, a abogados e int¨¦rpretes y a condiciones de vida dignas, recuerda. ¡°La mayor¨ªa de la sociedad piensa que esta crisis se ha acabado¡±, alerta Anisko. La existencia de los centros y la actividad en la frontera demuestran que no, aunque la guerra en Ucrania haya desviado los focos.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
