Kiev da el ¨²ltimo adi¨®s a Victoria Amelina, la escritora que muri¨® contando la guerra en Ucrania
Decenas de colegas y conocidos destacan la necesidad de desentra?ar los cr¨ªmenes cometidos por los invasores rusos
Hay una ¡°m¨ªstica especial¡± en torno a la muerte de Victoria Amelina, escritora ucrania de 37 a?os, reflexiona su colega Volod¨ªmir Yermolenko, presidente de Pen Ucrania, una asociaci¨®n que defiende a escritores y pelea por la libertad de expresi¨®n a la que ella tambi¨¦n pertenec¨ªa. ¡°Mientras desarrollaba su trabajo como investigadora de cr¨ªmenes de guerra, Victoria ha muerto por uno de esos cr¨ªmenes, porque lo de Kramatorsk, sin duda, lo es¡±, se?ala refiri¨¦ndose al bombardeo ruso del 27 de junio en esa ciudad del este de Ucrania que le acab¨® costando la vida a Amelina.
Yermolenko, sereno pero compungido, asiste desde un lateral al funeral de su amiga en el Monasterio de San Miguel de Kiev al mediod¨ªa de este martes. A?ade que hay cierta m¨ªstica tambi¨¦n en torno a uno de los trabajos m¨¢s reconocidos de Amelina durante la guerra. El escritor Volod¨ªmir Vakulenko enterr¨® los manuscritos de sus diarios en su casa de la regi¨®n de J¨¢rkov antes de ser detenido y asesinado por los rusos el a?o pasado. Amelina, que rescat¨® aquellos escritos e impuls¨® su publicaci¨®n, muri¨® finalmente el pasado s¨¢bado 1 de julio, d¨ªa del cumplea?os de Vakulenko. ¡°Ellos nunca se conocieron en persona, pero sus vidas se han cruzado¡±, se?ala Yermolenko.
Dos centenares de personas asistieron en la capital al ¨²ltimo adi¨®s de Victoria Amelina. Muchos portaban ramos de flores de todo tipo que, tras la ceremonia, fueron depositando junto al f¨¦retro. La despedida definitiva y el entierro de la escritora se celebrar¨¢n el mi¨¦rcoles en su ciudad natal, Lviv, pr¨®xima a la frontera con Polonia. Un nutrido grupo de compa?eros la acompa?ar¨¢n tambi¨¦n all¨ª.
Victoria Amelina hab¨ªa viajado a la regi¨®n oriental de Donetsk junto a una delegaci¨®n colombiana que hab¨ªa acudido a Ucrania a presentar la campa?a de solidaridad con la poblaci¨®n local Aguanta Ucrania. En la tarde del 27 de junio se encontraba cenando en el popular restaurante Ria de Kramatorsk junto al escritor H¨¦ctor Abad Faciolince; Sergio Jaramillo, excomisionado de paz en ese pa¨ªs, la reportera Catalina G¨®mez y el conductor del grupo, Dima. ?l fue uno de los que, con el rostro ba?ado en l¨¢grimas, se acerc¨® este martes a acariciar la bandera nacional que cubr¨ªa el f¨¦retro de la escritora.
En el ambiente flotaba no solo el dolor, sino tambi¨¦n la incredulidad. Algunos de los presentes hab¨ªan apurado las ¨²ltimas horas en el hospital de la ciudad de Dnipr¨®, donde, tras varios d¨ªas en coma, se certific¨® su muerte. Todos son conscientes de que llevan casi a?o y medio de guerra sin cuartel, desde que el presidente ruso Vlad¨ªmir Putin lanz¨® en febrero de 2022 la gran invasi¨®n de Ucrania. Pero es cuando la muerte te salpica de cerca cuando m¨¢s te obliga a reconocer que la loter¨ªa macabra de los bombardeos no deja a nadie fuera.
Amelina, como muchos otros escritores de la nueva hornada en Ucrania, dio un vuelco a su vida el a?o pasado. Sin aparcar su oficio ¡ªha dejado escritos tambi¨¦n poemas de la guerra¡ª centr¨® su trabajo en la investigaci¨®n de cr¨ªmenes cometidos por las fuerzas invasoras, en ahondar en los testimonios de las v¨ªctimas y en acudir a por pruebas a los lugares que las tropas locales iban liberando del yugo de la ocupaci¨®n rusa.
Algunos de los colegas de Amelina reconocen que, tras su muerte, no hay m¨¢s remedio que seguir adelante, y la mejor forma es honrar su legado con nuevas investigaciones de esos cr¨ªmenes y pateando cada escenario por donde la guerra haya dejado su huella.
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