La leche y la carne bloquean un acuerdo energ¨¦tico crucial de la UE con Australia
Bruselas busca acceso preferente al litio y materias cr¨ªticas esenciales para los coches el¨¦ctricos y las renovables, pero Camberra ve insuficiente la cuota que Europa ofrece a sus productos agr¨ªcolas
La dependencia energ¨¦tica europea de Rusia y China en plena invasi¨®n de Ucrania ha obligado a la UE a acelerar su transici¨®n ecol¨®gica y a buscar nuevos proveedores fiables de energ¨ªas limpias. Conseguir un mejor acceso al litio y las tierras raras, esenciales para las bater¨ªas de los coches el¨¦ctricos y las renovables, y el desarrollo de nuevos combustibles no contaminantes como el hidr¨®geno es uno de los objetivos del tratado de libre comercio que Bruselas y Australia negocian desde 2018. El plan de ambas partes era cerrarlo antes del verano, pero Camberra, finalmente, ha bloqueado el acuerdo. El Gobierno del laborista Anthony Albanese considera que las cuotas que impone la UE a sus productos agr¨ªcolas son, por ahora, inaceptables.
Desde la llegada al poder de Albanese en mayo de 2022, Australia se ha propuesto convertirse en una superpotencia energ¨¦tica renovable. El pa¨ªs se ha convertido en el mayor proveedor mundial de litio ¡ªel principal material de las bater¨ªas de los coches el¨¦ctricos¡ª con m¨¢s de 61.000 toneladas producidas el a?o pasado, por delante de Chile o China. Tambi¨¦n es uno de los principales exportadores de materias cr¨ªticas y tierras raras, esenciales para las energ¨ªas renovables, y ha hecho una apuesta tecnol¨®gica decidida por el hidr¨®geno verde, el combustible no contaminante que Europa considera clave para la descarbonizaci¨®n de la industria pesada y el transporte.
Tianqi Lithium Energy Australia es una empresa de capital conjunto australiano y chino situada en un enorme parque industrial en Kwinana, un suburbio desfavorecido a 40 kil¨®metros al sur de Perth, la capital de Australia Occidental. La compa?¨ªa se convirti¨® en 2022 en la primera del pa¨ªs en producir hidr¨®xido de litio, el material ya procesado con el que se fabrican las bater¨ªas de los coches el¨¦ctricos. Su presidente, Raj Surendran, explica que de las 300.000 toneladas al a?o de ese material que se producen en el mundo, la factor¨ªa que dirige, que cuenta con tecnolog¨ªa alemana y espa?ola, produce ya 24.000 toneladas que destina a clientes de todo el mundo excepto China, el tercer productor mundial en 2022.
¡°Con el auge de los veh¨ªculos el¨¦ctricos a nivel global esperamos que en 2030 se produzcan entre 3 y 4 millones de toneladas en todo el mundo¡±, relata Surendran para dar una idea del crecimiento que su compa?¨ªa de 300 empleados espera tener en los pr¨®ximos a?os. La mayor mina de litio del mundo, la de Greenbushes, est¨¢ situada unos 200 kil¨®metros al sur de la factor¨ªa. ¡°El proceso que seguimos aqu¨ª genera silicato de aluminio, sulfato de sodio y otros productos que se utilizan en la industria, la agricultura o como detergentes. Nada se tira¡±, explica Surendran. La visita a Tianqi se produce en el marco de un viaje organizado por el Gobierno australiano con varios medios europeos, entre ellos, EL PA?S.
Con esa tarjeta de visita, Camberra se ha transformado en un objetivo comercial preferente para la UE. Como dijo la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, el pasado septiembre, Europa necesita reforzar sus v¨ªnculos con ¡°pa¨ªses confiables¡± para evitar que su transici¨®n energ¨¦tica caiga en la dependencia de China tras la inestabilidad energ¨¦tica provocada por la guerra de Ucrania. Australia est¨¢ dispuesta a aportar sus materias primas esenciales para esa transici¨®n y a que las empresas energ¨¦ticas europeas ¡ªentre ellas Iberdrola y Acciona, que cuentan ya con proyectos sobre el terreno¡ª le aporten parte de la inversi¨®n tecnol¨®gica necesaria para su explotaci¨®n y transformaci¨®n. Pero no quiere dejar de lado la otra gran pata que sujeta la econom¨ªa del pa¨ªs: su agricultura y ganader¨ªa.
La semana pasada, Camberra mostr¨® un gran despliegue para lograr el pacto. Por un lado, Albanese se reuni¨® con el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, y con Von der Leyen, en el marco de la cumbre de la OTAN que se celebr¨® en Vilnius (Lituania). Por otro, el jefe de Gobierno australiano mand¨® a su ministro de Comercio, Don Farrell, a Bruselas para continuar con las negociaciones. Pero ambas partes no lograron superar los obst¨¢culos respecto a la entrada de productos agr¨ªcolas australianos ¡ªcarne de ternera y cordero, az¨²car, arroz y l¨¢cteos¡ª y se citaron para reanudar las negociaciones en agosto.
¡°Como hemos dicho siempre, la agricultura australiana necesita un acceso significativo a los mercados europeos¡±, dijo Farrell. ¡°Estoy convencido de que con buena voluntad, trabajo duro y perseverancia lo vamos a conseguir¡±, a?adi¨®. La agricultura y la ganader¨ªa superan el 3% del PIB australiano y sus productos constituyen el 12,5% de las exportaciones del pa¨ªs, solo por debajo de la miner¨ªa y las materias primas (67,5%). De sus 26 millones de habitantes, 1,6 trabaja directa o indirectamente en el sector agr¨ªcola o en industrias relacionadas con ¨¦l. Lo que los agricultores australianos reclaman, seg¨²n la National Farmer Federation (NFF), la asociaci¨®n agraria m¨¢s importante del pa¨ªs, es que las cuotas de exportaci¨®n a Europa sean similares a las de Canad¨¢ o Nueva Zelanda, que ya han firmado tratados de libre comercio con la UE.
¡°Hemos hecho progresos, pero necesitamos seguir trabajando para abordar cuestiones clave. Este tratado entre dos socios de ideas afines es importante y desbloquear¨¢ muchas oportunidades para nuestras empresas y agricultores¡±, asegur¨® por su parte la Comisi¨®n en un comunicado. ¡°La UE ha hecho todo lo posible para lograr un acuerdo equilibrado que satisfaga nuestros intereses estrat¨¦gicos mutuos¡±, a?ad¨ªa la nota. Fuentes europeas, sin embargo, no ocultaron su decepci¨®n por las resistencias de Camberra, a la que acusaron de pretender que Bruselas se alineara a sus reclamaciones de m¨¢ximos sobre agricultura y ganader¨ªa.
Agricultura, cultura y pol¨ªtica
Ante la nueva situaci¨®n geopol¨ªtica desatada por la guerra en Ucrania, el potencial energ¨¦tico australiano y el beneficio estrat¨¦gico y econ¨®mico para ambas partes, resulta dif¨ªcil concebir que la agricultura pueda convertirse en un obst¨¢culo al acuerdo. Sobre todo, teniendo en cuenta la preferencia de los consumidores europeos por los productos frescos de proximidad. ¡°A los ojos de cualquier europeo es un poco naif pensar que la carne o la mantequilla y el queso australiano vayan a poder competir con los de cualquiera de los pa¨ªses de la UE¡±, explica el catedr¨¢tico de Derecho Internacional P¨²blico de la Universidad de Navarra Gonzalo Villalta, experto en las relaciones comerciales entre Europa y Australia.
¡°Esa obsesi¨®n por la agricultura tiene un componente cultural y pol¨ªtico y, en realidad, las reticencias australianas se explican por ello¡±, contin¨²a Villalta. ¡°Australia se considera a s¨ª misma un pa¨ªs de granjeros y el Partido Nacional, que tradicionalmente gobierna en coalici¨®n con los conservadores [el Partido Liberal], es la formaci¨®n que representa sus intereses¡±, a?ade. Es decir, que, para el Gobierno laborista de Albanese, no tener en cuenta las demandas de los agricultores en sus negociaciones con la UE ser¨ªa dar una carta pol¨ªtica de mucho peso a la oposici¨®n interna en su pa¨ªs. El catedr¨¢tico se?ala que, pese a ello, el hecho de que actualmente sean los socialdem¨®cratas los que gobiernan en Camberra, ofrece al Ejecutivo un margen de negociaci¨®n en este campo mucho mayor del que tendr¨ªa la derecha por los mayores v¨ªnculos de esta con los agricultores.
La NFF, la principal organizaci¨®n agr¨ªcola australiana, plantea, adem¨¢s, otro punto de fricci¨®n: las denominaciones de origen. Las sucesivas oleadas migratorias de europeos hacia Australia en el ¨²ltimo siglo han provocado que el gigante oce¨¢nico haya producido tradicionalmente quesos como el feta griego o el parmesano italiano y vinos como el prosecco. El temor de los agricultores australianos es que, con el acuerdo, debido a la protecci¨®n que la UE otorga a esas denominaciones, se vean obligados a dejar de utilizarlas o a indicar que proceden de Australia, lo que potencialmente los colocar¨ªa en desventaja con los productos originales europeos.
Sea como sea, lo cierto es que Australia, como Europa, tambi¨¦n necesita reducir su dependencia de China. Tanto en lo referido al litio, el resto de materias primas cr¨ªticas y la miner¨ªa en general, como en su sector agr¨ªcola y ganadero. Pek¨ªn es el principal destino de sus exportaciones (un 34,2%), seguido a mucha distancia de Jap¨®n y Corea del Sur. China tambi¨¦n es el principal origen de sus importaciones (el 27,9%), seguida por la UE, con el 15,7%. Europa es adem¨¢s el tercer inversor en el pa¨ªs por delante de EE UU, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). En los ¨²ltimos a?os, Camberra ha visto c¨®mo China ha impuesto restricciones a algunos de sus productos y ve en Europa un mercado seguro y fiable para sus productos y servicios con un potencial de 446 millones de consumidores de alto poder adquisitivo.
Reducir las emisiones
Donde Australia y la UE s¨ª que est¨¢n en l¨ªnea es en materia medioambiental. Camberra se ha propuesto por ley ¡ªuno de los 38 pa¨ªses que lo ha hecho¡ª reducir sus emisiones un 43% respecto a las que produc¨ªa en 2005, para alcanzar el cero neto en 2050 con ayudas a la industria, la miner¨ªa y la agricultura. Solo en 2021, el peso de las renovables en su sector el¨¦ctrico se increment¨® hasta el 32,5%, seg¨²n el ministro australiano de Cambio Clim¨¢tico, Chris Bowen, que asegura que en 2030 alcanzar¨¢ el 82%. La directiva europea de renovables, revisada el pasado junio, ha incrementado el objetivo vinculante de energ¨ªas limpias al 42,5% para ese mismo a?o.
No lograr el acuerdo constituir¨ªa un fracaso para ambas partes, que se han citado para reanudar las conversaciones en agosto. Villalta considera que, tarde o temprano, el pacto se cerrar¨¢. ¡°Con la guerra de Ucrania se ha producido un cambio de ¨¦poca en las relaciones internacionales en las que los acuerdos comerciales de este tipo son estrat¨¦gicos¡±, asegura el profesor. ¡°Para Europa, como para el resto de Occidente, no es solo necesario que los gobiernos garanticen la libertad econ¨®mica. Para que sean fiables, deben proteger tambi¨¦n las libertades individuales y dar seguridad jur¨ªdica. Y en eso, Australia, es un socio natural¡±.
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