Brasil registr¨® el a?o pasado 47.500 asesinatos, la menor cifra en 11 a?os
Los especialistas alertan de que la tendencia a la baja que se inici¨® en 2017 se est¨¢ ralentizando y piden tomar medidas
Para un pa¨ªs acostumbrado a contar a sus muertos por decenas de miles, cada peque?a mejora supone un respiro. Aunque sean muchos, los 47.507 brasile?os que perdieron la vida de forma violenta en 2022 representan la cifra m¨¢s baja de los ¨²ltimos 11 a?os. Es lo que muestra el Anuario del F¨®rum Brasile?o de Seguridad P¨²blica, el principal informe que se publica cada a?o sobre la violencia en el pa¨ªs. Cuenta a las v¨ªctimas de homicidio, latrocinio, lesi¨®n corporal seguida de muerte, y las bajas provocadas por la polic¨ªa. El n¨²mero del a?o pasado supone una reducci¨®n del 2,4 respecto al a?o anterior y es el menor desde 2011, cuando arranc¨® el estudio y fueron asesinadas 47.500 personas. A partir de ese a?o la curva fue subiendo, en 2017 alcanz¨® su tope (m¨¢s de 64.000 asesinatos) y desde entonces ha ido bajando lentamente.
Los especialistas atribuyen la mejora del ¨²ltimo a?o a una mezcla de factores, pero ven poca influencia del Ejecutivo de Jair Bolsonaro, que gobern¨® el pa¨ªs hasta el 31 de diciembre de 2022. ¡°?Cu¨¢l fue la pol¨ªtica de Bolsonaro? ?La del tiro en la cabecita? Ni siquiera esa, porque los datos muestran que la letalidad cay¨®. Bolsonaro no tuvo ninguna pol¨ªtica¡±, dec¨ªa al diario O Globo el director del F¨®rum, Renato S¨¦rgio de Lima. A pesar de un discurso oficial que buscaba legitimar e incentivar las muertes provocadas por la polic¨ªa, lo cierto es que el a?o pasado la polic¨ªa mat¨® un 1,4% menos (aun as¨ª, fueron 6.430 personas) y el n¨²mero de agentes asesinados aument¨® un 30%; fueron 173.
Para Lima, la mejora de los datos se explica, sobre todo, por el cambio en la estructura demogr¨¢fica de Brasil, m¨¢s que por una estrategia clara por parte de las autoridades. El perfil del asesinado en Brasil es muy n¨ªtido: la inmensa mayor¨ªa son hombres (el 91,4%), negros (76,9%) y j¨®venes, el 50,2% tiene entre 12 y 29 a?os. La poblaci¨®n de Brasil est¨¢ envejeciendo y el grupo de j¨®venes no ha crecido en los ¨²ltimos a?os. No hay m¨¢s muertes porque las personas que suelen recibir esos tiros han dejado de crecer. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta la din¨¢mica interna del crimen organizado, principal factor tras el abultado n¨²mero de asesinatos en Brasil. Entre 2016 y 2017 las facciones del narcotr¨¢fico nacidas en R¨ªo y S?o Paulo trabaron una guerra que se extendi¨® por todo el pa¨ªs, incluyendo escabrosas matanzas en las c¨¢rceles. Una tregua posterior ayud¨® a reducir los asesinatos.
Al margen de estos factores externos, los especialistas destacan que tambi¨¦n ha habido iniciativas positivas en los gobiernos de los estados, que en Brasil son quienes tienen la competencia sobre la Polic¨ªa Militar, principal garante de la seguridad en las calles. Estos gobiernos regionales, sobre todo en la regi¨®n noreste de Brasil (la m¨¢s pobre y en los ¨²ltimos a?os la m¨¢s castigada por la violencia) hace tiempo que est¨¢n invirtiendo en programas de prevenci¨®n y en sistemas de inteligencia y ahora empiezan a cosechar los resultados. Los especialistas piden no acomodarse y pensar en nuevas pol¨ªticas p¨²blicas desde ya, tambi¨¦n en el ¨¢mbito nacional, porque el ritmo de ca¨ªda de los asesinatos se est¨¢ ralentizando.
Y es que los desaf¨ªos son enormes y se van desplazando. El punto m¨¢s caliente, donde m¨¢s creci¨® el crimen en el ¨²ltimo a?o, es el norte del pa¨ªs, la regi¨®n de la Amazon¨ªa. Sus ciudades, empobrecidas y en muchos casos muy dependientes de la ganader¨ªa, la deforestaci¨®n ilegal y otros delitos ambientales, han sido tomadas por el narcotr¨¢fico; la vasta superficie de selva es un territorio donde a duras penas el Estado est¨¢ presente, y las fronteras, un coladero por donde entran drogas, armas y delincuentes. El ministro de Justicia y Seguridad P¨²blica, Fl¨¢vio Dino, reconoci¨® en Twitter que los delitos en la Amazon¨ªa ¡°est¨¢n aumentando¡± y prometi¨® un plan espec¨ªfico para la regi¨®n. Tambi¨¦n habl¨® de mejorar la coordinaci¨®n con estados y municipios y un control de las armas m¨¢s estricto, despu¨¦s de los a?os de barra libre de Bolsonaro.
Aunque la foto macro del informe es positiva, el desglose arroja datos muy preocupantes: el n¨²mero de violaciones en 2022, por ejemplo, fue r¨¦cord: 74.930 denuncias, un 8,2% m¨¢s que el a?o anterior, y lo m¨¢s alarmante: la mayor¨ªa de v¨ªctimas (un 61,4%) ten¨ªan menos de 13 a?os. Los delitos de racismo, homofobia y transfobia (no necesariamente agresiones f¨ªsicas) tambi¨¦n aumentaron notablemente. Los casos de injuria racial aumentaron un 67%, hasta los 2.458, y los delitos contra la poblaci¨®n LGTBQIA+ crecieron un 54%, llegando a 488 denuncias. Los autores del informe alertan de que los n¨²meros reales podr¨ªan ser mucho mayores, ya que diversos estados brasile?os no entregaron los datos sobre este tipo de delitos.
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