Lula recupera el plan para frenar la deforestaci¨®n en la Amazon¨ªa con la vista puesta en 2030
El Gobierno brasile?o promete crear tres millones de hect¨¢reas de nuevas reservas naturales y confiscar tierras a los propietarios que deforesten
Erradicar la deforestaci¨®n en el a?o 2030. Es el objetivo que el presidente brasile?o Luiz In¨¢cio Lula da Silva se marc¨® al llegar al Gobierno, y conseguirlo no ser¨¢ tarea f¨¢cil. Para lograrlo el Gobierno cuenta ahora con un plan espec¨ªfico contra la deforestaci¨®n en la Amazon¨ªa, presentado simb¨®licamente en el D¨ªa Mundial del Medio Ambiente. Se trata de una reedici¨®n de un plan que Lula y su ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, ya pusieron en marcha en su primer mandato, en 2004, y que dio muy buenos resultados. Desde que entr¨® en vigor y hasta 2012 la deforestaci¨®n cay¨® un 83%. Despu¨¦s, la destrucci¨®n volvi¨® a aumentar poco a poco, y se dispar¨® durante la gesti¨®n de Jair Bolsonaro, que suspendi¨® el plan y lo sustituy¨® por operaciones militares puntuales de combate a los incendios y a la tala ilegal que los especialistas ve¨ªan como parches de poca utilidad.
El regreso del plan, elaborado durante cuatro meses con la participaci¨®n de 19 ministerios, tiene como objetivo llegar a la deforestaci¨®n cero dentro de siete a?os y para ello traza 194 l¨ªneas de actuaci¨®n. Destacan, entre otras medidas, la creaci¨®n de tres millones de hect¨¢reas de nuevas reservas naturales o la protecci¨®n de 230.000 kil¨®metros de riberas de los r¨ªos. El Gobierno tambi¨¦n quiere embargar el 50% de la tierra deforestada ilegalmente, ampliar el n¨²mero de bases estrat¨¦gicas, comisar¨ªas y aviones de la Polic¨ªa Federal y las Fuerzas Armadas en la Amazon¨ªa, crear alertas diarias de deforestaci¨®n y contratar a 1.600 analistas ambientales antes de 2027. El presidente Lula tambi¨¦n prometi¨® que har¨¢ las ¡°debidas correcciones¡± en la contribuci¨®n brasile?a al Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico, ya que los compromisos fueron revisados a la baja en los ¨²ltimos a?os.
El programa no se basa ¨²nicamente en reprimir los cr¨ªmenes ambientales, tambi¨¦n trata de ofrecer una alternativa econ¨®mica a los millones de brasile?os que viven en la Amazon¨ªa, impulsando la bioeconom¨ªa, el turismo sostenible y la agricultura familiar, seg¨²n resalt¨® la ministra de Medio Ambiente al presentar el plan. ¡°Llevar protecci¨®n socioambiental y el cambio clim¨¢tico al centro de las actividades y prioridades del Gobierno va m¨¢s all¨¢ de ser un compromiso ¨¦tico y civilizatorio. Tambi¨¦n es el mayor triunfo del que Brasil dispone para insertarse en el mundo, atraer inversiones, generar empleos y volver a ser protagonista en la soluci¨®n de los grandes conflictos globales¡±, dijo.
A pesar de su convencimiento, buena parte de los pol¨ªticos brasile?os no piensa como ella. La semana pasada, la C¨¢mara de Diputados, de mayor¨ªa conservadora, vot¨® a favor de restringir las demarcaciones de tierras ind¨ªgenas, logr¨® retirar competencias a su ministerio y al de los Pueblos Ind¨ªgenas y flexibiliz¨® las normas de protecci¨®n a la Mata Atl¨¢ntica, un bioma de selva tropical m¨¢s amenazado incluso que la Amazon¨ªa. En la ceremonia de presentaci¨®n del plan contra la deforestaci¨®n, Lula anunci¨® el veto los art¨ªculos de esa ley que pon¨ªan en riesgo el futuro de la selva, pero la deshidrataci¨®n del ministerio se queda como est¨¢. En cualquier caso, la pomposa ceremonia de presentaci¨®n del plan antideforestaci¨®n fue un acto de desagravio y un espaldarazo a su ministra con m¨¢s prestigio internacional en un momento de fuertes presiones.
Los ecologistas recibieron con una mezcla de optimismo y cautela las propuestas del Gobierno, sobre todo porque saben que los parlamentarios ser¨¢n una piedra en el zapato. ¡°No sirve de nada hacer un plan lindo sobre el papel y que el Congreso apruebe una ley que amnist¨ªa a los invasores de tierras¡±, afirmaba M¨¢rcio Astrini, secretario general de la coalici¨®n de organizaciones Observatorio del Clima, citando alguna de las amenazas que est¨¢n en tr¨¢mite actualmente. Adem¨¢s de trabajar sobre el terreno para mantener la selva en pie, el Gobierno tendr¨¢ que trabajar duramente en los pasillos de Brasilia para convencer a opositores, aliados y al poderoso lobby agropecuario. En los tempos pol¨ªticos, el plan tendr¨ªa que empezar a dar frutos antes de 2025, cuando Brasil acoger¨¢ la COP-30 en la ciudad de Bel¨¦m, una cita internacional que Lula espera aprovechar para capitalizar todos los esfuerzos en favor de la diplomacia verde.
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