El ministro Qin Gang, el ¡®lobo¡¯ de la diplomacia china, lleva casi un mes ausente
El responsable de Exteriores no ha sido visto desde el 25 de junio. Pek¨ªn alega ¡°motivos de salud¡±
Qin Gang, el ministro de Exteriores chino nombrado a finales de diciembre, lleva casi un mes ausente. La falta de pistas sobre el rostro que representa al gigante asi¨¢tico ante el mundo, un hombre de confianza del presidente, Xi Jinping, contrasta con el frenes¨ª diplom¨¢tico de Pek¨ªn. En las ¨²ltimas semanas, la capital de la Rep¨²blica Popular ha recibido visitas clave de altos funcionarios estadounidenses en un intento de frenar el deterioro de las relaciones entre las dos superpotencias. Tras m¨¢s de 15 d¨ªas de silencio, el Gobierno chino aleg¨® ¡°motivos de salud¡± para argumentar que Qin Gang no acudir¨ªa a un foro internacional. No hay m¨¢s noticias desde entonces sobre este exembajador en Estados Unidos de 57 a?os conocido por su verbo afilado y sus r¨¦plicas de guerrero lobo, como se denomina en China a los diplom¨¢ticos de corte m¨¢s duro.
La ¨²ltima vez que se le pudo ver en acto de servicio fue el 25 de junio. Vestido de traje, y con buen aspecto en las im¨¢genes oficiales, se reuni¨® aquel d¨ªa con los ministros de Exteriores de Vietnam, de Sri Lanka y con el viceministro de Exteriores ruso.
Una semana antes, el 18 de junio, el canciller chino hab¨ªa mantenido la entrevista m¨¢s esperada en lo que lleva en el cargo, la de Antony Blinken, el primer secretario de Estado estadounidense en viajar al pa¨ªs en cinco a?os. ¡°La relaci¨®n entre China y Estados Unidos se encuentra en el punto m¨¢s bajo desde su establecimiento¡±, le dijo Qin a su hom¨®logo norteamericano. ¡°Esto no sirve a los intereses fundamentales de los dos pueblos ni satisface las expectativas compartidas de la comunidad internacional¡±, a?adi¨®.
Un d¨ªa despu¨¦s, Blinken se vio con Xi, un cara a cara en torno a una mesa a la que Qin tambi¨¦n estaba sentado. Aquellas reuniones dejaron la sensaci¨®n de que se hab¨ªa logrado poner un suelo a los lazos en ca¨ªda libre de la primera y la segunda potencia econ¨®mica del planeta. Aunque un d¨ªa m¨¢s tarde el presidente estadounidense, Joe Biden, llam¨® ¡°dictador¡± a su contraparte china, Pek¨ªn ha seguido acogiendo a diversos nombres de primera fila de la pol¨ªtica estadounidense: a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a principios de julio; al enviado especial para el clima, John Kerry, y al centenario ex secretario de Estado Henry Kissinger esta semana. Qin no ha estado presente en ninguna de estas visitas.
Las jornadas de la diplomacia china han seguido un ritmo extenuante desde el final de las f¨¦rreas medidas antipand¨¦micas en diciembre y la reapertura a principios de 2023. Por el pa¨ªs se han dejado caer numerosos l¨ªderes de medio mundo: del franc¨¦s Emmanuel Macron al brasile?o Luiz In¨¢cio Lula da Silva, pasando por el espa?ol Pedro S¨¢nchez. Tambi¨¦n ten¨ªa intenci¨®n de viajar a Pek¨ªn el ministro de Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, pero seg¨²n la agencia Bloomberg, ha aplazado la visita, principalmente por la ausencia de Qin.
El jefe de la diplomacia de la Uni¨®n Europea, Josep Borrell, tampoco ha podido volar a¨²n a Pek¨ªn. Su primer intento, en abril, tuvo que ser cancelado cuando el europeo dio positivo por covid; el segundo, previsto para la segunda semana de julio, fue suspendido por las autoridades chinas. ¡°Desgraciadamente, los hom¨®logos chinos nos han informado de que las fechas previstas para la pr¨®xima semana ya no est¨¢n posibles y ahora debemos buscar alternativas¡±, asegur¨® el 4 de julio a la agencia Reuters la portavoz de Exteriores de la UE, Nabila Massrali.
Por esas fechas, fuentes diplom¨¢ticas europeas radicadas en Pek¨ªn consideraban la ausencia de Qin un episodio que, aunque sorprendente, entraba dentro de la normalidad de la pol¨ªtica china. Por poner un ejemplo: poco antes de ser nombrado secretario general del Partido Comunista en 2012, Xi Jinping desapareci¨® durante dos semanas. ¡°Quiz¨¢ est¨¢n preparando algo importante¡±, aventuraban estas fuentes.
El 7 de julio, el Ministerio de Exteriores chino fue preguntado por primera vez si la cancelaci¨®n de la visita de Borrell estaba relacionada con la salud de Qin, seg¨²n el recuento del diario hongkon¨¦s South China Morning Post. El portavoz Wang Wenbin replic¨® que no hab¨ªa ¡°o¨ªdo sobre eso¡±. Solo cuatro d¨ªas despu¨¦s asegur¨® que debido a ¡°motivos de salud¡± Qin no acudir¨ªa a la cumbre de la Asociaci¨®n de Naciones del Sudeste Asi¨¢tico (ASEAN) en Jakarta (Indonesia). Pero estas referencias han sido eliminadas de las transcripciones oficiales.
En su lugar fue el veterano Wang Yi, quien ha ocupado su puesto en diferentes ocasiones desde entonces. Wang, que ejerci¨® como ministro de Exteriores durante la d¨¦cada previa, es en la actualidad el director de la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Comit¨¦ Central del Partido Comunista, un cargo jer¨¢rquicamente superior al de Qin en la compleja pir¨¢mide del poder de la Rep¨²blica Popular.
En ausencia de Qin se ha aprobado tambi¨¦n un hito clave en la proyecci¨®n internacional de China, la nueva Ley de Relaciones Exteriores. La norma, en vigor desde el 1 de julio, explicita la centralidad del Partido Comunista en la elaboraci¨®n de la pol¨ªtica internacional y ha sido concebida para dotar a Pek¨ªn de mecanismos con los que defenderse de las sanciones y otras medidas coercitivas de Washington. La presentaci¨®n corri¨® a cargo de Wang Yi, quien habl¨® de la necesidad de tener ¡°herramientas¡± legales ¡°para las luchas exteriores¡±.
El caso Qin no ha recibido atenci¨®n en los medios estatales. Mientras, la especulaci¨®n se ha desatado en redes sociales. Las b¨²squedas sobre ¡°Qin Gang¡± se han multiplicado por 28 en el motor de b¨²squeda Baidu (el Google chino) en la ¨²ltima semana, hasta las 380.000 diarias, seg¨²n datos de la plataforma reproducidos por Reuters. Hu Xijin, exdirector del diario oficialista Global Times y uno de los opinadores m¨¢s influyentes de China, public¨® la semana pasada un comentario en Weibo (el Twitter chino) en el que, sin mencionar al ministro, reclamaba transparencia en la informaci¨®n para mejorar la credibilidad oficial y transmitir confianza a la gente.
Con m¨¢s de tres d¨¦cadas al servicio de la canciller¨ªa china, Qin aterriz¨® en el cargo en diciembre, en un momento de incendios globales, con el tel¨®n de fondo de la invasi¨®n rusa de Ucrania y la pugna con Estados Unidos en carne viva. Cuando contaba poco m¨¢s de un mes en el puesto, estall¨® la crisis del supuesto globo esp¨ªa derribado por Estados Unidos, que arrastr¨® las relaciones con Washington a una espiral descendente. ?l acababa de venir de la capital norteamericana, donde hab¨ªa ejercido fugazmente como embajador.
Qin se convirti¨® en un rostro conocido hace a?os por sus r¨¦plicas a menudo tajantes como portavoz de Exteriores. Estrech¨® los lazos con el presidente, Xi Jinping, mientras lo acompa?aba por las capitales del mundo tras ser nombrado director general de protocolo. Un alto cargo de un Gobierno europeo que se ha cruzado con ¨¦l lo define como ¡°duro y directo¡±. En su primera intervenci¨®n ante la prensa despu¨¦s de ser nombrado ministro, advirti¨® a Estados Unidos de que, si no pisaba el freno, ¡°seguramente habr¨¢ conflicto y enfrentamiento¡±.
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