Toque de queda y escasez en los comercios: la tensa calma tras el golpe en Niamey
Los ciudadanos de la capital de N¨ªger navegan entre la incertidumbre y los deseos de que la paz vuelva al pa¨ªs. El posible inicio de un conflicto armado, la falta de electricidad y la subida de los precios son las mayores preocupaciones
Jean Sebasti¨¦n, empleado de Naciones Unidas, estaba viendo la televisi¨®n en su casa de Niamey, liberado de obligaciones laborales. En ese dolce far niente se le ocurri¨® echar un vistazo a las redes sociales y su paz interior se fue al garete: la pantalla se inund¨® con las noticias del golpe de Estado que se acababa de producir a solo unos pocos kil¨®metros de su casa. Era el 26 de julio y un grupo de militares acababa de deponer al presidente electo, Mohamed Bazoum. ¡°Me sorprendi¨® mucho porque trabajamos todos los d¨ªas con el Gobierno. Pero ahora, si pensamos en los detalles, parece que pod¨ªamos haberlo esperado¡±, reconoce. Como ¨¦l, millones de personas en este pa¨ªs del Sahel cruzan los dedos para que la paz se restablezca.
El curso de los acontecimientos desde aquel mi¨¦rcoles de julio mantiene a los habitantes de N¨ªger en una tensi¨®n constante. Primero, los golpistas se organizaron en una junta militar. A continuaci¨®n, la Comunidad Econ¨®mica de Estados de ?frica Occidental (Cedeao), a la que N¨ªger pertenece, conden¨® la asonada, aplic¨® sanciones y dio un ultim¨¢tum para que los militares deshicieran el entuerto. El plazo expir¨® y la tensi¨®n sigui¨® aumentando hasta el punto de que, dos semanas despu¨¦s, el pa¨ªs ha roto relaciones militares con Francia, se ha formado un nuevo Gobierno y la Cedeao ha activado una fuerza militar para una posible intervenci¨®n, aunque no renuncia al di¨¢logo. Si hay algo en N¨ªger, es incertidumbre.
Pero mientras, la vida cotidiana en Niamey, ciudad de 700.000 habitantes y la m¨¢s poblada del pa¨ªs, se mantiene m¨¢s o menos igual que antes. ¡°Las tiendas, los mercados y los restaurantes est¨¢n abiertos, todo est¨¢ funcionando¡±, confirma Djaffra Traor¨¦, coordinador de incidencia en N¨ªger de la ONG Acci¨®n contra el Hambre. ¡°Hay manifestaciones por ambas partes y por ahora la calma es total, pero no es buen momento para salir¡±, sostiene. En su ONG, el 60% del personal est¨¢ teletrabajando. El toque de queda impuesto reafirma las precauciones. ¡°Se han formado milicias espont¨¢neas que protegen la ciudad durante la noche. No son peligrosas, pero me han recomendado quedarme en casa¡±, coincide Sebasti¨¦n.
¡°No se emplearon ni balas; ha habido un cambio de poder, pero no enfrentamientos armados. Mi despacho est¨¢ a unos 3.000 metros de la Presidencia y puedo venir con normalidad desde casa¡±, tranquiliza, por su parte, Moulaye Hassane, profesor del Instituto de Ciencias Humanas de la Universidad Abdou Moumouni de Niamey. El d¨ªa de autos, estaba impartiendo una conferencia. ¡°Los asistentes empezaron a comentarlo seg¨²n recib¨ªan las primeras noticias¡±, recuerda.
A Traor¨¦ le pill¨® viajando. ¡°Me enter¨¦ bajando de un avi¨®n, cuando volv¨ªa a la capital¡±. Como trabajador humanitario, este nigerino siente que no puede evadirse de la actualidad. Pero cuando empieza a agobiarse y necesita desconectar, hace deporte. ¡°Como no puedo salir siempre, me he comprado una cinta de correr¡±. El profesor Hassane se distrae con juegos de mesa como el Ludo, parecido al parch¨ªs, porque ¡°ofrecen una salida a los debates cotidianos¡±, dice. Sebasti¨¦n toca bossa nova en la seguridad de su domicilio y se siente entristecido por la situaci¨®n de un pa¨ªs que es su hogar desde hace tres a?os.
No obstante, el cierre de las fronteras del pa¨ªs y las sanciones que la Cedeao ha impuesto para obligar a las nuevas autoridades militares a rehabilitar las instituciones disueltas ¡ªembargo econ¨®mico y financiero, congelaci¨®n de activos, suspensi¨®n de transacciones¡ª ya se dejan notar, sobre todo para los m¨¢s vulnerables. La semana pasada, 16 ONG del ¨¢mbito humanitario advirtieron de que el aumento de la inestabilidad puede deteriorar enormemente la vida de muchas personas. N¨ªger es uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo y alrededor de 4,5 millones de habitantes de los 25 millones que residen en ¨¦l necesitan ayuda humanitaria.
Quienes no viven en esa situaci¨®n de pobreza tambi¨¦n se inquietan. ¡°Las estanter¨ªas de los supermercados empiezan a vaciarse porque los contenedores est¨¢n bloqueados en Ben¨ªn. Para los nigerinos, los precios se han disparado, sobre todo el del arroz, que ahora cuesta una fortuna, a 16.000 francos [unos 25 euros] el saco de 25 kilos¡±, asegura Sebasti¨¦n. Hace solo 15 d¨ªas costaba 1.200 francos. ¡°Con el cierre de las fronteras, las mercanc¨ªas esenciales no entran. As¨ª que hay comerciantes que se aprovechan e intentan aumentar sus m¨¢rgenes de beneficio¡±, explica Hassane.
Mahaman Nouri, presidente de la asociaci¨®n de consumidores ADDC Wadata, aseguraba en una entrevista esta semana que el ma¨ªz y el mijo, b¨¢sicos en la alimentaci¨®n de millones de nigerinos, ya son inasequibles para la mayor¨ªa, y denunciaba tambi¨¦n las malas pr¨¢cticas de algunos vendedores.
La escasez de electricidad es otro inconveniente, porque el 70% del suministro proviene de Nigeria y este pa¨ªs ha cortado el grifo. ¡°Hay barrios enteros que solo tienen luz dos o tres horas al d¨ªa¡±, asevera Hassane. Por otra parte, empieza a haber problemas con las transacciones financieras. ¡°Cada vez m¨¢s bancos se est¨¢n quedando sin efectivo, y el 70% de las tarjetas no funciona en la capital¡±, describe Traor¨¦.
En la actualidad, la actitud es la de no perder la serenidad. ¡°Creo que el estado de ¨¢nimo general es esperar y ver, pero mantener la cabeza fr¨ªa¡±, reflexiona Sebasti¨¦n. Traor¨¦ percibe que en la sociedad no existe una gran divisi¨®n porque la mayor¨ªa ha aceptado el golpe. ¡°No hay grandes debates al respecto. Sin embargo, en las redes sociales se ve que tambi¨¦n hay partidarios del expresidente¡±, afirma. La muestra m¨¢s expl¨ªcita del apoyo a los golpistas se produjo el pasado 6 de agosto, cuando cerca de 30.000 partidarios se manifestaron en un estadio deportivo de Niamey.
Hassane advierte de que existe mucha informaci¨®n contradictoria. ¡°El problema es que no tenemos datos fiables ni medios para saber qu¨¦ decisiones est¨¢n tomando los pol¨ªticos¡±.
Nadie quiere adelantar acontecimientos y todos est¨¢n de acuerdo en algo: que N¨ªger es un pa¨ªs pobre, pero tranquilo. ¡°Si hay una intervenci¨®n militar, va a ser catastr¨®fico, habr¨¢ muchos muertos¡±, advierte Hassane. ¡°N¨ªger es un pa¨ªs muy fr¨¢gil. Por eso no podemos apoyar una intervenci¨®n militar¡±, completa Traor¨¦. Los pr¨®ximos movimientos de los l¨ªderes golpistas y de la Cedeao determinar¨¢n si est¨¢n a la altura de los millones de ciudadanos que observan y anhelan que les devuelvan la paz.
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