Pinita Gurdi¨¢n, la matriarca que no se pudo despedir de su hija y su nieta desterradas por Ortega

La situaci¨®n cl¨ªnica de Josefina Gurdi¨¢n, conocida en Nicaragua como do?a Pinita, era compleja: una carcinomatosis agresiva y una ileostom¨ªa que minaban su salud desde noviembre de 2021, cuando estuvo al borde de la muerte entubada. Contra los pron¨®sticos reservados, sali¨® del hospital y, pese a su enfermedad, nunca dej¨® de reclamar por la liberaci¨®n de su hija y su nieta, Ana Margarita Vijil y Tamara D¨¢vila, ambas presas pol¨ªticas del r¨¦gimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

A pesar de su condici¨®n m¨¦dica, do?a Pinita asisti¨® a las pocas visitas familiares que le permitieron en la c¨¢rcel de El Chipote. Una vez se desmay¨®, otra la obligaron a desnudarse para poder ingresar. Cada d¨ªa perd¨ªa m¨¢s facultades f¨ªsicas, pero no el empe?o por ver a su hija y su nieta libres: firmaba comunicados y daba declaraciones a organismos de derechos humanos. Esa incansable denuncia p¨²blica le trajo represalias por parte del Gobierno de Ortega y Murillo cuando en septiembre de 2021 le prohibieron salir de Nicaragua y le confiscaron su pasaporte, una arbitrariedad que, seg¨²n su familia, termin¨® influyendo en su muerte a los 79 a?os, ocurrida este domingo en Managua.

Su deceso conmovi¨® a Nicaragua, donde fue una conocida emprendedora y empresaria de la gastronom¨ªa tradicional que editaba recetarios y ten¨ªa un programa de televisi¨®n. Antes de que los m¨¦dicos descubrieran la carcinomatosis, do?a Pinita ya hab¨ªa padecido otro c¨¢ncer. Logr¨® ganarle la batalla a la enfermedad con quimioterapias, pero en 2021 le volvieron a detectar unos n¨®dulos muy raros en el peritoneo. Le realizaron un examen especializado que en Nicaragua no existe: un PET City Scan. Pudo realiz¨¢rselo en Chicago, Estados Unidos. All¨ª, el m¨¦dico le dijo que se volviera a realizar el procedimiento tres meses despu¨¦s, ya que no hab¨ªa certezas de que el c¨¢ncer hubiese regresado. En esas mismas fechas, en Managua, la hija y la nieta de do?a Pinita fueron capturadas por la polic¨ªa y procesadas por los delitos pol¨ªticos: ¡°conspiraci¨®n para cometer menoscabo a la integridad nacional¡± y ¡°conspiraci¨®n¡±.

Las capturas de Ana Margarita y Tamara supusieron un golpe para do?a Pinita quien, fiel a sus creencias de justicia social, que desarroll¨® en su juventud al involucrarse en la revoluci¨®n sandinista, no cej¨® en denunciar las arbitrariedades contra sus familiares. Tamara fue una de las presas pol¨ªticas que m¨¢s vej¨¢menes sufri¨® en El Chipote: estuvo brutalmente aislada e incomunicada durante todo su confinamiento, desde junio de 2021 a febrero de 2023, cuando el Gobierno sandinista desterr¨® a 222 presos pol¨ªticos. ¡°Es lo peor que me ha pasado, mucho peor que mi enfermedad¡±, dijo do?a Pinita cuando su hija y su nieta llevaban seis meses presas.

Cuando encarcelaron a su hija y a su nieta, do?a Pinita regres¨® inmediatamente de Chicago a Nicaragua. Tres meses despu¨¦s, en septiembre de 2021, intent¨® salir a Costa Rica, el ¨²nico pa¨ªs centroamericano con la tecnolog¨ªa m¨¦dica para realizarse el PET City Scan. Sin embargo, no se lo permitieron y le decomisaron su pasaporte.

¡°En Nicaragua se le hacen los ex¨¢menes que se pueden hacer y el c¨¢ncer no aparec¨ªa, porque es un c¨¢ncer especial. Ella necesitaba ese diagn¨®stico vital y especializado. En noviembre de ese a?o, ella se escapa de morir [estuvo a punto de morir], la entuban, la conectan a un respirador artificial y la someten a una operaci¨®n riesgosa¡±, relata a EL PA?S Josefina Vijil, hija de do?a Pinita. ¡°Mi mam¨¢ sale mucho m¨¢s debilitada de esa operaci¨®n, con un c¨¢ncer nuevo que se hubiese podido detectar antes con el PET City Scan. A pesar de eso, el equipo m¨¦dico que la trat¨® en Nicaragua fue muy profesional, tanto en su calidad cient¨ªfica, t¨¦cnica y humana¡±.

No pudo verlas en libertad

La salud de do?a Pinita ya no tuvo mejor¨ªa. Aunque sufri¨® muchas reca¨ªdas, mantuvo el empe?o de exigir la liberaci¨®n de Ana Margarita y Tamara. Aparte de ir a El Chipote, asist¨ªa a Migraci¨®n y Extranjer¨ªa a preguntar por su pasaporte, pero siempre se lo negaron. Necesitaba atenci¨®n m¨¦dica en Costa Rica, pero el r¨¦gimen se lo imped¨ªa. El 9 de febrero de 2023 do?a Pinita tuvo un golpe de alegr¨ªa, un aliciente para seguir venciendo los pron¨®sticos reservados: Tamara y Ana Margarita hab¨ªan sido liberadas, desterradas en Estados Unidos. Ya solo faltaba abrazarlas en libertad. Era lo ¨²ltimo que deseaba: despedirse.

Sin embargo, no pudo ser. Do?a Pinita muri¨® sin pasaporte y este 27 de agosto su nutrida familia ¨Cla mayor¨ªa en el exilio¨C la llora desde lejos. ¡°Mi mam¨¢ sent¨ªa que cada d¨ªa ten¨ªa menos fuerza. Quer¨ªa ir a abrazar a Ana Margarita y Tamara, pero no pod¨ªa ir porque no le daban su pasaporte o luego no la iban a dejar regresar a Nicaragua. Es un sistema terrible para las personas¡±, relata su hija Josefina Vijil. ¡°Su muerte es un dolor profundo porque no nos pudimos despedir de ella. Pero las muchachas est¨¢n retomando el ejemplo de ella: una mujer incre¨ªble que tuvo tres grandes amores: mi pap¨¢, su familia y Nicaragua¡±.

Casada con Miguel Ernesto Vijil, exministro de Vivienda en los a?os 80, do?a Pinita form¨® un clan numeroso con ra¨ªces en los ideales de libertad, la justicia social y la teolog¨ªa de la liberaci¨®n de la mano del padre Fernando Cardenal. Esos mismos principios que le costaron c¨¢rcel a su hija y su nieta, pero que esta mujer mantuvo hasta su muerte. En el testamento dejado a sus nietas, y al que tuvo acceso EL PA?S, do?a Pinita dice: ¡°La palabra que abarca mi legado es: compasi¨®n. Compasi¨®n, no en el sentido de l¨¢stima, sino en situarme en el lugar de la otra persona. En ser tratada como a m¨ª me gustar¨ªa ser tratada. De hacer lo posible para remediar o paliar su dolor, su tristeza. No volver a ver para otro lado como hicieron el sacerdote y el levita con el herido en el camino, sino ser el samaritano que se conmueve ante el dolor y se detiene para curarlo, para llevarlo a un lugar donde lo cuiden y todav¨ªa no bast¨¢ndole eso, deja dinero para los gastos en que el herido pueda incurrir mientras el samaritano pasa de regreso de su viaje. Esa es mi herencia. Lo que yo quisiera ser siempre, compasiva, aunque no siempre haya sido fiel a ese principio. Sean compasivos¡±, escribi¨®. Su entierro se llev¨® a cabo en su natal Le¨®n, una ciudad al occidente de Nicaragua, un pa¨ªs al que a seis de sus familiares no permitieron ingresar en el ¨²ltimo mes para despedirse de ella.

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