El racismo aflora en Finlandia de la mano de la extrema derecha en el Gobierno
El Ejecutivo del pa¨ªs n¨®rdico trata de superar la crisis provocada por los m¨²ltiples comentarios xen¨®fobos vertidos en el pasado por varios de sus ministros
Ni la guerra en Ucrania, ni el cambio clim¨¢tico, ni la inflaci¨®n; el racismo ha sido el asunto central del debate pol¨ªtico y medi¨¢tico durante este verano en Finlandia. El Gobierno del pa¨ªs n¨®rdico, el m¨¢s derechista de su historia, ha estado sumido en una profunda crisis desde su formaci¨®n a finales de junio. La catarata de antiguos comentarios racistas vertidos por varios ministros de ultraderecha, que han salido a la luz p¨²blica por distintas v¨ªas en las ¨²ltimas semanas, y los v¨ªnculos con grupos neonazis de uno de ellos, han llevado al l¨ªmite la coalici¨®n de gobierno del primer ministro Petteri Orpo. Y han deteriorado la imagen internacional de un pa¨ªs considerado un referente en igualdad, educaci¨®n o transparencia.
¡°Si hubi¨¦semos tenido constancia de que en el pasado hab¨ªan empleado ese lenguaje tan claramente racista, no habr¨ªamos entrado en el Gobierno¡±, declar¨® hace unas semanas Anna-Maja Henriksson, ministra de Educaci¨®n y l¨ªder del Partido Popular Sueco de Finlandia (RKP), formaci¨®n que representa a la minor¨ªa de habla sueca. Ante la crisis desatada, los l¨ªderes de los cuatro partidos gobernantes anunciaron el pasado jueves, con la mediaci¨®n del conservador Orpo, que hab¨ªan alcanzado un acuerdo con 23 propuestas que se debatir¨¢n la pr¨®xima semana en el Parlamento.
El paquete incluye, por ejemplo, castigar la discriminaci¨®n de grupos ¨¦tnicos o religiosos en el ¨¢mbito laboral, un programa para ¡°luchar contra el discurso de odio¡±, criminalizar la negaci¨®n del Holocausto y ¡°estudiar la posibilidad¡± de prohibir el uso de s¨ªmbolos nazis o comunistas, como la esv¨¢stica y la hoz y el martillo. ¡°Para el RKP, seguir o no en la coalici¨®n depend¨ªa de este pacto. Con este comunicado queda claro que no vamos a tolerar actitudes racistas de ning¨²n tipo¡±, sostuvo Henriksson, que por primera vez desde el inicio de la crisis alej¨® la opci¨®n de una ruptura inminente del Gobierno.
El primer miembro del Ejecutivo que se vio en el ojo del hurac¨¢n fue Vilhelm Junnila, quien ostent¨® 10 d¨ªas la cartera de Econom¨ªa. Junnila nunca escondi¨® su simpat¨ªa hacia grupos xen¨®fobos y neonazis. Siendo diputado en la anterior legislatura, fue el principal orador en varios actos del Movimiento de Resistencia N¨®rdico, un grupo ilegalizado en 2020, adem¨¢s de invitar a varios de sus miembros a una sesi¨®n en el hemiciclo. En la campa?a electoral para las parlamentarias de abril, el pol¨ªtico ultraderechista brome¨® con referencias al n¨²mero 88, cifra que significa Heil Hitler en la simbolog¨ªa neonazi.
Junnila se resisti¨® a dimitir tras la primera oleada de cr¨ªticas de la oposici¨®n en bloque. Sobrevivi¨® a una moci¨®n de censura, pero cay¨® menos de 48 horas despu¨¦s, tras afirmar en Facebook que a¨²n estaba a favor de que Helsinki fomentara los ¡°abortos clim¨¢ticos¡± en ?frica para reducir las emisiones mundiales de di¨®xido de carbono. Es decir, promover las interrupciones del embarazo para que, al haber menos personas, se reduzca la contaminaci¨®n. Esa era su propuesta, y no era la primera vez que la formulaba: ya la hab¨ªa esgrimido cuatro a?os antes en el Parlamento. Los cristianodem¨®cratas, socios minoritarios del Gobierno de coalici¨®n, toleraron los lazos neonazis de Junnila, pero no sus ideas para reducir la natalidad en pa¨ªses africanos. Ante la presi¨®n de los cinco diputados democristianos, Junnila fue forzado a dimitir; y se convirti¨® en el segundo ministro que menos tiempo ha permanecido en el cargo en la historia de Finlandia, adem¨¢s del ¨²nico que public¨® en las redes sociales fotos de esv¨¢sticas o una de un mu?eco de nieve, hecho por ¨¦l, con una evidente semejanza a un miembro del Ku Klux Klan. Tras ser expulsado del Gobierno, el Partido de los Finlandeses le recompens¨® con el puesto de vicepresidente del grupo parlamentario.
¡°Escupir a mendigos y pegar a ni?os negratas¡±
La relativa calma dur¨® unos d¨ªas. La se?alada esta vez fue Riikka Purra, vice primera ministra, titular de Finanzas y la primera mujer al frente de Los Finlandeses, segunda fuerza parlamentaria. Primero, emergieron varios posts que Purra realiz¨® en un blog en 2008; uno de ellos destac¨® sobre el resto: ¡°?Alguien se anima a salir hoy por Helsinki a escupir a mendigos y pegar a ni?os negratas?¡±. La l¨ªder ultra se disculp¨® en las redes sociales por sus ¡°comentarios est¨²pidos de hace 15 a?os¡± y por ¡°el da?o que comprensiblemente hayan podido causar¡±, pero insisti¨® en que los medios de comunicaci¨®n los hab¨ªan ¡°sacado de contexto, sin tener en cuenta su sarcasmo¡±, y acus¨® a estos de ¡°emprender una caza de brujas¡± y tratar a los miembros de su partido ¡°como criminales¡±.
Unos d¨ªas despu¨¦s, se sometieron al escrutinio p¨²blico otros comentarios de Purra, realizados en 2019 en su web personal, justo antes de ser elegida diputada por primera vez. Entre los mensajes difundidos por distintos medios, el que m¨¢s eco tuvo fue uno en el que la ultraderechista ridiculizaba a las mujeres con burka: ¡°Por el ¨¢rea metropolitana de Helsinki caminan sacos negros no identificados que solo pueden reconocerse como personas porque suelen arrastrar a ni?os¡±. Casi una treintena de organizaciones musulmanas finlandesas emitieron un comunicado conjunto en el que exig¨ªan su dimisi¨®n.
Por su parte, la ministra de Exteriores finlandesa, la conservadora Elina Valtonen, pidi¨® perd¨®n a su hom¨®logo turco durante una reciente reuni¨®n en Bruselas por las numerosas veces en las que Purra se refiri¨® a los turcos como ¡°monos¡± en antiguas publicaciones de internet. ¡°Transmit¨ª a Hakan Fidan mis disculpas por los comentarios inapropiados que hizo hace a?os una miembro del nuevo Gobierno¡±. La l¨ªder de Los Finlandeses se ha limitado en las ¨²ltimas semanas a reiterar que no piensa dimitir y que ¡°ni el partido, ni sus propuestas sobre inmigraci¨®n, son racistas¡±.
Al escoger al sucesor de Junnila como titular de Econom¨ªa, Orpo trat¨® de asegurarse de que no hubiera nada en internet ni en las hemerotecas con lo que se pudiera calificar al nuevo ministro como racista. Aun as¨ª, poco despu¨¦s del nombramiento de Wille Rydman, el diario Helsingin Sanomat public¨® unos mensajes que este envi¨® hace siete a?os a quien entonces era su novia. En uno de ellos, se refer¨ªa a los inmigrantes de Oriente Pr¨®ximo como ¡°monos del desierto¡±; en otro, descart¨® la opci¨®n de comprar lirios para adornar la vivienda que compart¨ªan porque ¡°se multiplican y se propagan como los somal¨ªes¡±. Rydman se neg¨® a disculparse y ¨²nicamente critic¨® con vehemencia la publicaci¨®n sin su consentimiento de esos mensajes privados.
La pr¨®xima semana, en la que se reanuda la actividad parlamentaria tras el receso estival, adem¨¢s de comenzar a debatirse el plan contra el racismo y la discriminaci¨®n, varias formaciones de la oposici¨®n presentar¨¢n mociones de censura contra Purra y Rydman. A pesar del acuerdo alcanzado el pasado jueves, la crisis en el Gobierno ¡ªy la interna del RKP¡ª est¨¢n lejos de zanjarse. ¡°Las luchas en el seno de la coalici¨®n entre el RKP y el Partido de los Finlandeses son tan feroces como las que hay entre el Gobierno y la oposici¨®n¡±, sostiene en un correo electr¨®nico Henrik Jaakkola, coordinador pol¨ªtico de Alianza de la Izquierda, una de las cinco formaciones que compon¨ªan el anterior Gobierno de coalici¨®n liderado por la socialdem¨®crata Sanna Marin y que inclu¨ªa al RKP.
Marin, que durante su mandato proyect¨® una imagen de Finlandia radicalmente distinta a la del actual Gobierno, insisti¨® en la campa?a electoral en que Los Finlandeses era un ¡°partido racista¡±. La ex primera ministra ¡ªque este viernes dej¨® de ser presidenta del Partido Socialdem¨®crata, tal y como hab¨ªa anunciado tras la derrota en abril¡ª declar¨® hace unas semanas que las revelaciones sobre los ministros ultras no hab¨ªan sido ¡°ninguna sorpresa¡±, aunque ¡°reflejaban el lado m¨¢s oscuro y deshumanizador de la pol¨ªtica finlandesa¡±.
Tuija Parvikko, profesora de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Jyv?skyl?, considera que era ¡°bastante previsible¡± que una crisis de esta ¨ªndole afectar¨ªa al Gobierno desde sus inicios. ¡°A lo largo de los ¨²ltimos 20 a?os, bastantes miembros del Partido de los Finlandeses han sido cazados haciendo comentarios racistas, a trav¨¦s de sus canales, en las redes sociales o incluso en declaraciones a la prensa¡±, sostiene por tel¨¦fono Parvikko, que agrega que ¡°el racismo es la base ideol¨®gica del partido¡±.
Adem¨¢s de antiguos comentarios de ministros ultras, los medios de comunicaci¨®n han rescatado varios informes publicados en los ¨²ltimos a?os que subrayan la gravedad del racismo en la sociedad finlandesa. Entre ellos, uno de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales que concluye que Finlandia es el pa¨ªs de la UE ¡ªde entre los 12 analizados¡ª en el que es m¨¢s frecuente la discriminaci¨®n hacia los negros; o uno del Consejo de Europa que alertaba de que el ¡°lenguaje racista y agresivo¡± era cada vez m¨¢s com¨²n entre los j¨®venes. Amnist¨ªa Internacional inst¨® la pasada primavera a ¡°tomar medidas para acabar con el racismo estructural en Finlandia¡±.
Jaakkola, de Alianza de la Izquierda, cree que el racismo ¡°es un problema muy grave¡±, y que el ¡°Gobierno y sus pol¨ªticas discriminatorias son una amenaza para las personas de color en Finlandia¡±. Por su parte, la profesora Parvikko opina que ¡°parte de la sociedad finlandesa es incapaz de identificar o admitir sus propios comportamientos racistas, o de reconocer la existencia de un racismo estructural¡±.
Desde la investidura de Orpo, se han celebrado varias manifestaciones en Helsinki y otras ciudades en contra de la presencia extremista en el Gobierno. Este domingo tendr¨¢ lugar en la capital la que, previsiblemente, ser¨¢ con mucha diferencia la m¨¢s numerosa de todas. Los convocantes conf¨ªan en que la marcha, a la que se han sumado centenares de organizaciones, ser¨¢ ¡°la mayor protesta en Finlandia en m¨¢s de un decenio¡±.
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