22 a?os de c¨¢rcel para el l¨ªder de los Proud Boys Enrique Tarrio, la condena m¨¢s alta por el asalto al Capitolio

Las cuentas pendientes con la justicia de la c¨²pula de los Proud Boys, milicia de extrema derecha pr¨®xima a Donald Trump, quedaron este martes saldadas en un juzgado de Washington con la condena a 22 a?os de prisi¨®n a Enrique Tarrio, su presidente. El juez, que lo defini¨® como el ¡°cabecilla ¨²ltimo de la conspiraci¨®n¡± y le aplic¨® la agravante por ¡°terrorismo¡±, dict¨® as¨ª para la cara m¨¢s visible de esos Muchachos Orgullosos la pena m¨¢s alta de las centenares ya impuestas a los participantes en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. El grupo se hizo un nombre en Estados Unidos durante el convulso 2020 a base de reventar por todo el pa¨ªs, entre otras, las protestas que siguieron al asesinato a manos de la polic¨ªa del afroamericano George Floyd. Aquella escalada de violencia desemboc¨® en la participaci¨®n de dos centenares de ellos en la insurrecci¨®n que sigui¨® aquel d¨ªa a un mitin del a¨²n presidente frente a la Casa Blanca, que Trump se negaba a abandonar.

Cinco miembros del grupo (adem¨¢s de Tarrio, Joe Biggs, Zachary Rehl, Ethan Nordean y Dominic Pezzola) fueron declarados en mayo pasado culpables tras un juicio de 15 semanas. Cuatro de ellos, por el delito de conspiraci¨®n sediciosa. Los cinco, por obstrucci¨®n de un procedimiento parlamentario: la transferencia de poder a Joe Biden tras su victoria sobre Trump en las elecciones del noviembre anterior, un triunfo que el expresidente a¨²n cuestiona.

El de conspiraci¨®n sediciosa es un cargo que no se adjudica a la ligera; se cre¨® para perseguir a los sublevados contra la Uni¨®n durante la Guerra Civil (1861-1865) y, hasta que llegaron los procesos del 6 de enero, no se aplicaba desde hac¨ªa d¨¦cadas. Los otros cuatro compinches recibieron la semana pasada su condena: a Nordean, que el juez entendi¨® que ejerci¨® aquel d¨ªa de lugarteniente en ausencia de Tarrio, le cay¨® una pena r¨¦cord de 18 a?os; a Biggs, 17; a Rehl, 15; y a Pezzola, 10.

La lectura de la sentencia a Tarrio estaba prevista para el mi¨¦rcoles pasado, pero se retras¨® por enfermedad del juez, Timothy J. Kelly, un nombramiento de los a?os de Trump en la Casa Blanca. Los fiscales ped¨ªan para ¨¦l 33 a?os de c¨¢rcel. Este martes, la decisi¨®n del magistrado, fijada para ¡°la tarde¡±, se hizo esperar hasta el ¨²ltimo minuto, mientras aquel decid¨ªa si a?ad¨ªa la agravante por terrorismo, que no aplic¨®, pese a la solicitud de la Fiscal¨ªa, con los anteriores condenados. El abogado de Tarrio, Nayib Hassan, dijo que su cliente no es un terrorista, sino un ¡°patriota descarriado¡±.

A Kelly no parece haberlo ablandado el hecho de que el 6 de enero, Tarrio, cubanoestadounidense de 39 a?os, natural de Miami, no estuviera en all¨ª. Sigui¨® el ataque por televisi¨®n a 60 kil¨®metros del lugar de los hechos, desde un hotel de Baltimore: la polic¨ªa le hab¨ªa prohibido pisar Washington, tras un arresto en la ciudad por quemar la bandera antirracista de Black Lives Matter de una iglesia. La fiscal¨ªa considera que incit¨® a decenas de Proud Boys a marchar sobre el Capitolio y que les envi¨® mensajes para que no cejaran en su empe?o mientras se desarrollaban los hechos.

Tras la algarada, Tarrio, como record¨® el juez, sentenci¨®: ¡°No se equivoquen... ?nosotros hicimos esto!¡±. Despu¨¦s concedi¨® varias entrevistas en las que trat¨® de distanciarse de las acciones de sus correligionarios. Uno de ellos, Pezzola, fue el primero en entrar en el edificio tras romper una ventana con el escudo que le hab¨ªa arrebatado a un polic¨ªa antidisturbios. Unos 150 de estos agentes sufrieron heridas en el ataque. Poco antes de escuchar su sentencia, el l¨ªder de los Proud Boys dijo este martes, tras las defensas llorosas de su novia, su hermana y su madre, que ¡°siempre¡± ha tenido a las fuerzas del orden ¡°un gran respeto¡±. ¡°Espero poder disculparme alg¨²n d¨ªa personalmente con ellos¡±, a?adi¨®. Tambi¨¦n se dirigi¨® a los ciudadanos de Washington ¨D¡°Siento profundamente lo que pas¨® aquel d¨ªa¨D, a los congresistas ¨D¡±No puede haber lugar para la violencia pol¨ªtica¡±¨D, a la opini¨®n p¨²blica estadounidense ¨D¡±El 6 de enero fue una verg¨¹enza nacional¡±¨D y al juez: ¡°Por favor, sea misericordioso¡±. En su lectura de la sentencia, Kelly dud¨® de la sinceridad del reo.

Guardianes del juramento

Al l¨ªder de los Proud Boys s¨ª se lo pudo situar durante el 5 de enero en las inmediaciones del Capitolio: se vio en un aparcamiento de subterr¨¢neo de la capital con Stewart Rhodes, su hom¨®logo en otro grupo violento implicado en la insurrecci¨®n, los Oath Keepers (Guardianes del Juramento). Rhodes fue tambi¨¦n considerado culpable de conspiraci¨®n sediciosa y condenado a 18 a?os de prisi¨®n en mayo, con la agravante, tambi¨¦n, de terrorista. Aquel fallo hab¨ªa marcado el anterior r¨¦cord en la causa del 6 de enero, definida por el fiscal general, Merrick Garland, como la m¨¢s grande la la historia del Departamento de Justicia estadounidense. M¨¢s de 1.100 personas han sido acusadas de delitos federales relacionados con aquellos disturbios. M¨¢s de 600 de ellas han sido condenadas y sentenciadas.

No directamente por el asalto al Capitolio, pero s¨ª por sus intentos de revocar el resultado electoral, Trump est¨¢ imputado tanto en Washington, donde est¨¢ previsto que se siente en el banquillo el 4 de marzo de 2024, como en el Estado de Georgia, uno de los escenarios donde se certific¨® su derrota, que trat¨® de alterar a base de presionar, entre otros presuntos hechos delictivos, a funcionarios electorales. En el caso del expresidente no hay acusaci¨®n de conspiraci¨®n sediciosa, pero s¨ª uno relativo a crimen organizado, que puede conllevar importantes penas de c¨¢rcel.

El magnate republicano estuvo muy presente en el juicio de los Proud Boys, celebrado en el palacio de justicia E. Barrett Prettyman. Una de las primeras decisiones del juez fue admitir como prueba el v¨ªdeo en el que Trump daba una orden a los Proud Boys durante un debate electoral de aquellas presidenciales. ¡°Retroceded y permaneced a la espera¡±, les dijo. Gestos de sinton¨ªa como ese, le valieron a la milicia el sobrenombre de ¡°ej¨¦rcito de Trump¡±.

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