Modi, el controvertido l¨ªder nacionalista de una India en auge
El primer ministro indio exhibe logros econ¨®micos y geopol¨ªticos sobre los que planea la oscura sombra del deterioro democr¨¢tico y la confrontaci¨®n sectaria
Hubo un tiempo, entre 2005 y 2014, en el que el actual primer ministro de la India y entonces l¨ªder del Estado indio de Guyarat, Narendra Modi, no pod¨ªa entrar en Estados Unidos. Washington le vetaba en aplicaci¨®n de una norma estadounidense que proh¨ªbe que se entreguen visados a funcionarios gubernamentales extranjeros promotores o responsables de restricciones graves de la libertad religiosa. El veto sobre Modi, un pol¨ªtico nacionalista hind¨², se esgrimi¨® en relaci¨®n con los graves episodios de violencia sectaria entre hind¨²es y musulmanes que asolaron Guyarat en 2002, cuando el anfitri¨®n de la cumbre del G-20 en Nueva Delhi era jefe de aquel Estado occidental de la India.
Mucho ha cambiado desde entonces ¡ªel contexto internacional y el estatus pol¨ªtico de Modi, m¨¢s que sus convicciones¡ª, y ese veto ya es un recuerdo lejano. La India es un pa¨ªs m¨¢s poderoso, y EE UU le necesita en su pulso con China. El pasado mes de junio, Modi fue recibido por en¨¦sima vez con m¨¢ximos honores en Washington, entrando en el muy selecto club de mandatarios que han podido dirigirse a las c¨¢maras estadounidenses reunidas dos veces, honor concedido a figuras del calibre de Churchill y Mandela.
Los dos episodios representan una significativa aproximaci¨®n a un l¨ªder profundamente controvertido. Modi, de 72 a?os, primer ministro desde 2014 como jefe del partido nacionalista hind¨² BJP, encabeza una India que registra logros econ¨®micos y geopol¨ªticos mientras sufre ¡ªseg¨²n denuncian sus cr¨ªticos, apoyados en m¨²ltiples hechos¡ª un deterioro democr¨¢tico.
Modi es un pol¨ªtico carism¨¢tico, de enorme ambici¨®n ¡ª¡±pido al sector privado tambi¨¦n dar un paso al frente. Tenemos que dominar el mundo¡±, dijo, en su discurso por el 75 aniversario de la independencia¡ª, muy popular en la India.
Preside un pa¨ªs que en los ¨²ltimos dos a?os registra un crecimiento sin parang¨®n en las grandes econom¨ªas, que logr¨® en agosto una gran haza?a en su programa lunar, que conquista una creciente influencia en la escena internacional y que, seg¨²n los ¨ªndices de gobernanza del Banco Mundial, ha dado claros pasos adelante en su eficacia en m¨²ltiples criterios, como la eficacia de gesti¨®n, regulatoria o anticorrupci¨®n. En la cumbre se anot¨® un ¨¦xito diplom¨¢tico pastoreando un consenso que se antojaba dif¨ªcil.
La India se moderniza con importantes inversiones estructurales, reduce la pobreza. El camino por delante es enorme, como el retraso con respecto a su gran rival, China, y nada asegura que sea fluido, pero hay datos que evidencian mejoras en los ¨²ltimos a?os.
Sobre Modi pesan, sin embargo, grav¨ªsimas acusaciones ¡ªprocedentes de la oposici¨®n y de la gran mayor¨ªa de los expertos y centros de estudio del mundo democr¨¢tico¡ª de ser un l¨ªder que promueve una visi¨®n nacionalista hind¨² excluyente y peligrosa, y que encabeza un proyecto pol¨ªtico que deteriora en m¨²ltiples aspectos la calidad de la democracia india. Las cr¨ªticas se apoyan en un amplio cat¨¢logo de hechos pol¨¦micos.
Los principales indicadores de centros de estudio independientes occidentales consideran que el deterioro es grave. Reporteros sin Fronteras coloca a la India en el puesto 161 de 180 en cuanto a libertad de prensa, en franco retroceso con respecto al pasado. Los estudios anuales de Freedom House, The Economist Intelligence Unit o V-Dem coinciden en se?alar un paulatino deterioro. El Gobierno indio considera que estos informes son mera opini¨®n, que no tienen valor objetivo.
Hechos problem¨¢ticos
Los hechos problem¨¢ticos son muy variados. Al principio de su primer mandato, Modi impuls¨® una ley para reformar el sistema de selecci¨®n de jueces del Supremo, tocando un ¨¢rea notoriamente sensible para los equilibrios democr¨¢ticos.
A?os despu¨¦s, hizo aprobar una ley que favorece la concesi¨®n acelerada de la condici¨®n de ciudadanos a migrantes sin papeles que profesan las principales religiones de la regi¨®n, menos la musulmana. El Gobierno aleg¨® entonces que se trataba de una medida para proteger minor¨ªas amenazadas en pa¨ªses de los alrededores. Los cr¨ªticos apuntaron que se trataba de un primer gran boquete en el esp¨ªritu secular e inclusivo de la Constituci¨®n india.
Posteriormente, se han aprobado medidas que han complicado las labores de ONG y medios, a trav¨¦s de inspecciones y trabas burocr¨¢ticas, de las que han resultado objeto cadenas como la BBC, que precisamente trat¨® de esclarecer en profundidad los sucesos de Guyarat.
El Gobierno de Modi ha recurrido a draconianos cortes de comunicaciones en el Estado de Jammu y Cachemira, de mayor¨ªa musulmana, al que se ha retirado el estatuto especial vigente durante d¨¦cadas. Especial alarma desat¨®, por otra parte, la reciente condena a dos a?os de c¨¢rcel contra el l¨ªder de la oposici¨®n, Rahul Gandhi, por presunta difamaci¨®n contra Modi. Gandhi fue despojado de su acta de parlamentario. Pero el Supremo ha suspendido la sentencia.
Las calles de Nueva Delhi en estos d¨ªas de cumbre del G-20 se presentan repletas de c¨¢rteles que retratan la efigie del l¨ªder junto con variados mensajes pol¨ªticos vinculados con la reuni¨®n. La circunstancia ¡ªcuando menos inusual en democracias, habitual en otros tipos de reg¨ªmenes¡ª refleja el extraordinario protagonismo de Modi, cuya popularidad es muy superior a la de su partido.
Sus partidarios le consideran el impulsor de grandes pasos adelante de la India, de una gobernanza m¨¢s eficaz y menos corrupta. Sus detractores denuncian que esta popularidad se mantiene a trav¨¦s de la alteraci¨®n del terreno de juego pol¨ªtico, judicial y medi¨¢tico y cultivando de forma peligrosa el sentimiento identitario hind¨², a trav¨¦s de la marginalizaci¨®n de otras comunidades, especialmente la musulmana, con m¨¢s de 200 millones de ciudadanos. En la cumbre de Nueva Delhi presidi¨® las negociaciones detr¨¢s de un cartel que, en vez de India, pon¨ªa Bharat, el nombre del pa¨ªs preferido por los nacionalistas hind¨²es, alimentando las especulaciones de que pronto lanzar¨¢ la ofensiva para que ese sea el top¨®nimo de referencia para el pa¨ªs, cuando ahora, en la versi¨®n inglesa de la Constituci¨®n, es India. Otro probable elemento de controversia.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.