La contestada amnist¨ªa de Sunak a los delitos del conflicto de Irlanda del Norte
El Gobierno conservador brit¨¢nico saca adelante la ley de perd¨®n en contra de todos los partidos norirlandeses, las v¨ªctimas, la oposici¨®n laborista y el Ejecutivo de Dubl¨ªn
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Las dos primeras reglas a la hora de impulsar una amnist¨ªa son, por este orden, que sus beneficios superen a sus perjuicios; y que cuente con el consenso de todas las partes afectadas. El Gobierno brit¨¢nico conservador de Rishi Sunak logr¨® sortear todas las enmiendas de la C¨¢mara alta y consigui¨® que la C¨¢mara de los Comunes aprobara la semana pasada su pol¨¦mica Ley de Legado y Reconciliaci¨®n de los Problemas en Irlanda del Norte. Se trata, b¨¢sicamente, de una amnist¨ªa general ¡ªcon cierta condicionalidad¡ª para todos aquellos delitos cometidos durante los 30 a?os de conflictos sangrientos y sectarios conocidos como The Troubles (los problemas o los disturbios). M¨¢s de 3.500 personas murieron durante ese periodo hist¨®rico, en el que el ej¨¦rcito brit¨¢nico acab¨® implic¨¢ndose de lleno en la guerra que enfrentaba al terrorismo del IRA provisional y al terrorismo de las organizaciones paramilitares unionistas y protestantes.
La determinaci¨®n de Downing Street por sacar adelante su borr¨®n y cuenta nueva, destinado exclusivamente a exonerar a los veteranos que siguen perseguidos penalmente por actos de guerra sucia, ha logrado poner en su contra a todas las partes directa o indirectamente afectadas: los principales partidos pol¨ªticos de Irlanda del Norte, la oposici¨®n laborista brit¨¢nica, el Gobierno de Dubl¨ªn y hasta la Administraci¨®n estadounidense.
¡°Hay pocas cosas que logren poner de acuerdo a las cinco principales formaciones de Irlanda del Norte, y esta es una de ellas. Todos coinciden en considerar esta ley como algo err¨®neo, que desaloja a las v¨ªctimas del centro del debate y que no respeta los derechos humanos¡±, ha asegurado el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar. Su Gobierno ha solicitado a los expertos un an¨¢lisis jur¨ªdico de la norma, y no descarta recurrirla ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, una maniobra que incorporar¨ªa tensi¨®n a las relaciones entre Dubl¨ªn y Londres en un momento de relativa cordialidad y estabilidad.
Menos posibilidades de reconciliaci¨®n
¡°Imponer una amnist¨ªa sin consultar y sin buscar consenso va en contra de las buenas pr¨¢cticas internacionales y aporta un contexto estructural en el que se reducen las posibilidades de una reconciliaci¨®n, al ser algo impuesto en vez de facilitado¡±, asegura Laura McAtackney, profesora del Laboratorio de Humanidades Radicales de la Universidad de Cork.
Quedan al menos 1.000 asesinatos por resolver heredados de los 30 a?os de conflicto norirland¨¦s. El prop¨®sito del Gobierno conservador es ¡°poner fin a todos los procesos judiciales relacionados con conductas de la era de los troubles y otorgar inmunidad condicional frente a la investigaci¨®n a todos los que cooperen con los trabajos que lleve a cabo la nueva Comisi¨®n para la Reconciliaci¨®n y la Recuperaci¨®n de Informaci¨®n¡±, seg¨²n el texto de la nueva ley.
Ese nuevo organismo, que presidir¨ªa el magistrado Declan Morgan, se inspira en la Comisi¨®n de Verdad y Reconciliaci¨®n de Sud¨¢frica, puesta en marcha por el Gobierno de Nelson Mandela despu¨¦s del final del r¨¦gimen racista y segregador del apartheid. Los cr¨ªticos con la nueva ley se?alan que la comisi¨®n sudafricana se puso en marcha de inmediato, cuando los recuerdos a¨²n estaban frescos. En el caso de Irlanda del Norte, han pasado ya 25 a?os desde la firma del Acuerdo de Viernes Santo, que puso fin al conflicto, pero situ¨® a las v¨ªctimas en el centro de la discusi¨®n, y preserv¨® la posibilidad de hacer justicia respecto a las atrocidades pendientes de ser aclaradas.
¡°Debemos ser honestos sobre nuestras posibilidades reales de cumplir con los familiares de las v¨ªctimas, en unas circunstancias en las que la posibilidad de hacer justicia en el sentido tradicional de este t¨¦rmino es cada vez m¨¢s reducida, casi inexistente¡±, ha defendido el ministro brit¨¢nico para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris.
M¨¢s all¨¢ de esa frustraci¨®n, sin embargo, la raz¨®n detr¨¢s de la urgencia del Gobierno reside en el caso del llamado ¡°soldado F¡± (su identidad ha sido preservada hasta la fecha), acusado de asesinar a dos manifestantes del famoso Bloody Sunday (Domingo sangriento) de 1972, cuando 13 personas que participan en una convocatoria en defensa de los derechos civiles en Londonderry, en Irlanda del Norte, murieron a manos del Regimiento Paracaidista del ej¨¦rcito brit¨¢nico. Los conservadores han cerrado filas con la mayor¨ªa de asociaciones de veteranos para impedir que la actuaci¨®n de las tropas brit¨¢nicas en territorio norirland¨¦s sea juzgada.
La legalidad de la amnist¨ªa
En el caso de leyes que suscitan la sospecha de provocar futuras fricciones con la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos (CEDH), es costumbre parlamentaria en el Reino Unido que el ministro responsable del texto ponga su firma por delante, en el pre¨¢mbulo, para dejar clara su convicci¨®n de que la medida respeta el derecho internacional. Heaton-Harries lo ha hecho con la amnist¨ªa propuesta. M¨¢s all¨¢ del posible desaf¨ªo ante la justicia europea que Dubl¨ªn o asociaciones de v¨ªctimas puedan impulsar ¡ªla ley podr¨ªa exonerar actos contra la vida, o de tortura, expresamente excluidos de una amnist¨ªa general por la CEDH¡ª, en ning¨²n momento se han planteado dudas sobre la constitucionalidad de la maniobra del Gobierno de Sunak.
El Reino Unido ha echado mano en ocasiones anteriores del mecanismo de la amnist¨ªa, cuyo contenido ¡ªcomo toda decisi¨®n fundamentalmente pol¨ªtica¡ª puede ser ¨¦ticamente defendible o rechazable. De hecho, Downing Street considera que su propuesta entra dentro de la categor¨ªa que el acad¨¦mico jurista estadounidense Ronald Slye, de la Universidad de Seattle, llam¨® ¡°amnist¨ªa correctiva¡±, dise?ada para ¡°evitar la aplicaci¨®n de una ley que, aunque siga siendo leg¨ªtima, ya no sea ¨²til¡±. Suele darse, explica Slye, ¡°despu¨¦s de un cambio dram¨¢tico en el entorno social y pol¨ªtico¡±, y se aplica a delitos contra el Estado como la traici¨®n, la sedici¨®n, la rebeli¨®n.
El Gobierno brit¨¢nico, al igual que el estadounidense, ha utilizado el t¨¦rmino amnist¨ªa, por ejemplo, para regularizar la situaci¨®n en el pa¨ªs de los inmigrantes ¡ªsiempre definidos como ¡°ilegales¡±, aunque no hayan sido condenados por un tribunal¡ª en 2008, 2009 y 2017. El propio Ejecutivo de Sunak, agobiado por el incremento de personas llegadas al Reino Unido a trav¨¦s del canal de la Mancha, se ha planteado una nueva amnist¨ªa.
La Ley de Vigilancia Policial y Delincuencia de 2017, conocida como la ¡°ley Alan Turing¡±, amnisti¨® a todos los condenados en las d¨¦cadas anteriores por actos de homosexualidad. El matem¨¢tico responsable de descifrar el c¨®digo de comunicaciones alem¨¢n durante la II Guerra Mundial fue condenado en 1952 por actos de indecencia. Dos a?os despu¨¦s, Turing se suicid¨®. Desde la aprobaci¨®n de la ley, casi 50.000 personas en el Reino Unido se han beneficiado de la amnist¨ªa.
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