Caravanas de voluntarios tras el terremoto de Marruecos: ¡°Llevamos cinco noches sin dormir, pero estamos al 100% con los m¨¢s necesitados¡±
La marea de solidaridad de la sociedad civil suple la lentitud del Estado con las v¨ªctimas del se¨ªsmo. El ej¨¦rcito instala un hospital de campa?a y acelera el reparto de tiendas
Miles de habitantes de aldeas remotas del Atlas devastadas por el terremoto de Marruecos se preparaban el mi¨¦rcoles para pasar su sexta noche al raso, mientras decenas de j¨®venes amontonaban cajas y bolsas con ropa de abrigo y comida frente al supermercado Marjane de la carretera que parte desde Marraquech en direcci¨®n a Casablanca. Algunos estantes de alimentos b¨¢sicos se han vaciado tras las compras masivas de donantes. ¡°Llevamos cinco noches sin dormir y hemos aparcado los estudios y el trabajo, pero ahora estamos al 100% con los m¨¢s necesitados de ayuda¡±, aseguraba Munir Aznail, empresario de 36 a?os que preside la asociaci¨®n Marock (sic) Jeunes.
¡°Nos movilizamos de inmediato, desde la noche del viernes al s¨¢bado, y desde ese mismo d¨ªa empezamos a repartir ayuda en Uirg¨¢n (90 kil¨®metros al sur de Marraquech)¡±, detallaba el responsable de esta ONG que cuenta con cerca de 400 asociados, en su mayor¨ªa alumnos universitarios y profesionales.
La marea de solidaridad de la sociedad civil marroqu¨ª, encarnada en asociaciones como la que dirige Aznail, ha suplido la lentitud en la asistencia a las v¨ªctimas del aparato del Estado, que se concentr¨® en un primer momento en despejar carreteras cortadas y reparar las l¨ªneas de electricidad y telefon¨ªa. ¡°Al principio los m¨®viles no funcionaban y muchas aldeas ten¨ªan los accesos cortados por desprendimientos, pero ahora ya se han reabierto en un 70%¡±, recuerda mientras organiza la recepci¨®n de ayuda humanitaria junto a un grupo de j¨®venes que parece estar afrontando la tarea m¨¢s exigente de su vida.
¡°Nos coordinamos como pudimos a trav¨¦s de WhatsApp, Facebook e Instagram, y vamos a seguir activos hasta que las autoridades puedan hacerse cargo de todo¡±, asegura el responsable de la ONG, que ha dejado su empresa de consultor¨ªa financiera en manos de un colaborador mientras varios de sus empleados se han sumado voluntariamente a la misi¨®n de solidaridad. El Ministerio de Educaci¨®n ha aplazado los ex¨¢menes para el acceso a los cursos de posgrado, que se suelen convocar en septiembre, para facilitar la participaci¨®n de los estudiantes en las tareas humanitarias.
Los voluntarios de la caravana de Marock Jeunes partieron en la tarde del mi¨¦rcoles con una decena de veh¨ªculos y una quincena de sus asociados en direcci¨®n a Amizmiz, desde donde se trasladaron a Urika, 49 kil¨®metros al sur de Marraquech, cuyos vecinos carecen de alimentos b¨¢sicos y no tienen donde resguardarse en las fr¨ªas noches de las monta?as. Transportaban mantas, ropa de abrigo y una decena de tiendas de campa?a, adem¨¢s de leche infantil, conservas, frutos secos y productos de higiene personal al coraz¨®n de Al Hauz, la provincia que ha registrado m¨¢s de la mitad de los cerca de 3.000 muertos y m¨¢s de 5.000 heridos contabilizados hasta el momento tras el temblor de tierra de la noche del viernes. La ayuda tiene que recorrer a veces los ¨²ltimos kil¨®metros a lomos de mulos.
La se?al de visita del rey
La visita del rey Mohamed VI a los heridos ingresados en un hospital de Marraquech, en su segunda aparici¨®n p¨²blica tras el terremoto, parece haber servido como se?al para acelerar el despliegue de la ayuda del Estado a las v¨ªctimas. La respuesta oficial al se¨ªsmo, el m¨¢s mort¨ªfero en 60 a?os y el m¨¢s intenso desde que existen registros, est¨¢ siendo liderada por el ej¨¦rcito, que el fin de semana instal¨® un hospital de campa?a en Asni, entre Uirg¨²n y Amizmiz, en una de las ¨¢reas con mayor n¨²mero de v¨ªctimas, que entr¨® en servicio el lunes con consultorios y quir¨®fanos.
Muchas cl¨ªnicas privadas de las principales ciudades marroqu¨ªes han enviado ambulancias y personal sanitario para evacuar a los heridos hasta los hospitales de Marraquech, donde el sonido de sus sirenas es incesante.
El reparto masivo de grandes tiendas de campa?as donadas por la Media Luna Roja de Marruecos, la Fundaci¨®n para la Solidaridad Mohamed V y la compa?¨ªa p¨²blica de fosfatos OCP, la mayor empresa del pa¨ªs magreb¨ª, ha alterado el paisaje de los campamentos de damnificados por el se¨ªsmo, que en los primeros d¨ªas estaban formados por entoldados improvisados de lonas y pl¨¢sticos.
La solidaridad de la sociedad civil no se limita solo a los ciudadanos marroqu¨ªes. Algunos turistas europeos en Marraquech han interrumpido sus vacaciones para llevar mantas y comida a las aldeas o para ofrecer directamente sus servicios. El matrimonio formado por los m¨¦dicos alemanes Alexandra Weber, de 51 a?os, y Oliver Weber, de 52, afincados desde hace una d¨¦cada en la isla canaria de La Gomera, se present¨® el martes en la base de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Amizmiz para intentar colaborar en tareas sanitarias. ¡°No pod¨ªamos permanecer impasibles en el hotel mientras ve¨ªamos lo que estaba ocurriendo tan cerca¡±, se justificaban ante un militar espa?ol, que les remiti¨® a las autoridades marroqu¨ªes del centro de mando de la base, compartida con una unidad de rescate brit¨¢nica.
¡°Lloramos juntos a las v¨ªctimas¡±
Preparada para salir en direcci¨®n al Atlas en la caravana de Marock Jeunes, la comadrona Wiza Kotbi, de 28 a?os, se afanaba el mi¨¦rcoles en Marraquech en organizar las numerosas donaciones ciudadanas. ¡°He doblado guardias en el hospital y ahora he juntado varios d¨ªas libres para echar una mano. Me duele ver a la gente abandonada a su suerte en las monta?as¡±, alegaba, antes de matizar que ¡°la magnitud de la solidaridad de la sociedad civil ha generado la impresi¨®n de que el Gobierno se estaba quedando atr¨¢s¡±.
A su lado, la funcionaria Zineb Aguisul, de 30 a?os, precisaba que ha recibido autorizaci¨®n de la Administraci¨®n para teletrabajar. ¡°En realidad, todos estamos ahora en tareas solidarias. Lo dem¨¢s puede esperar. La sociedad civil se ha movido con m¨¢s rapidez que el Estado para dar una respuesta a las v¨ªctimas porque es mucho m¨¢s ¨¢gil¡±, argumentaba mientras apilaba unas cajas con mantas. ¡°Los marroqu¨ªes somos as¨ª de emotivos¡±, confesaba el impacto que est¨¢ sintiendo en sus visitas diarias a las laderas del Atlas: ¡°En diciembre todos ¨¦ramos felices con los ¨¦xitos de la selecci¨®n nacional de f¨²tbol. Ahora lloramos juntos por las v¨ªctimas del terremoto y hacemos lo que podemos por los supervivientes¡±.
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