La guerra unir¨¢ a Israel

Los ataques sorpresa raramente son tales si se miran con gafas nuevas. El de Ham¨¢s contra Israel, a partir de sus bases en Gaza, ven¨ªa previ¨¦ndose por parte israel¨ª, y temi¨¦ndose por la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Justo la semana pasada, indicios apuntaban a que los servicios de inteligencia israel¨ªes estaban sobre aviso: se cumpl¨ªan 50 a?os de la Guerra de Octubre (1973) ¡ªtambi¨¦n un ataque sorpresa, en este caso de Egipto, considerado el mayor fracaso militar de Israel¡ª y el jefe del Mossad, David Barnea, hizo unas bien medidas declaraciones a prop¨®sito del peligro de una nueva derrota si sorpresivamente se declaraba una guerra en la actual situaci¨®n de crisis social que vive el pa¨ªs. Y aqu¨ª tenemos la guerra.

Desde 2007, cuando Israel impuso el bloqueo, la franja de Gaza ha sido objeto de repetidas operaciones preventivas israel¨ªes que, am¨¦n del castigo colectivo infligido a la poblaci¨®n civil, han pulverizado cualquier intento serio de la resistencia armada palestina. Esta vez no ha habido acci¨®n preventiva. Ham¨¢s no solo ha lanzado sus misiles contra territorio israel¨ª, y en mayor cantidad que en ocasiones anteriores, sino que ha agujereado con buld¨®ceres el muro que a¨ªsla Gaza, ha desembarcado con lanchas en las costas vecinas y sus milicianos se han infiltrado en Israel. Hay muertos, heridos e incluso ¨¢reas israel¨ªes ocupadas. Esta vez se ha pasado directamente a la guerra.

Muhammad Daif, l¨ªder de las brigadas Ezed¨ªn Al Qasam, el brazo armado de Ham¨¢s, ha denominado al ataque Operaci¨®n Diluvio de al-Aqsa, en un calco l¨¦xico de la ret¨®rica religioso-belicista israel¨ª (recu¨¦rdense las operaciones Plomo Fundido, Guardi¨¢n de los Muros, etc.). Ismael Haniyeh, el l¨ªder pol¨ªtico de Ham¨¢s, ha llamado a un levantamiento general palestino en Israel y los territorios ocupados. Esto se produce en un contexto en el que hasta Mahmud Abbas, el denostado presidente palestino, ha declarado a rengl¨®n seguido que los palestinos tienen derecho a defenderse ¡°del terror de los colonos y las fuerzas de ocupaci¨®n¡±.

Abb¨¢s sabe que la situaci¨®n en Cisjordania es insostenible, esto es, que la ANP no puede reducirse a ser un mero cuerpo represivo al servicio de Israel. En mayo recibi¨® una advertencia definitiva: el Bloque Isl¨¢mico, la rama estudiantil de Ham¨¢s, arras¨® en las elecciones a los consejos de estudiantes de las principales universidades cisjordanas, hoy la ¨²nica instituci¨®n democr¨¢tica de Palestina.

Las im¨¢genes del hormig¨®n y las c¨¢maras smart del muro gazat¨ª cayendo dif¨ªcilmente son digeribles por la sociedad israel¨ª en su conjunto, por m¨¢s dividida que est¨¦ y se venga enfrentando en las manifestaciones contra la reforma judicial emprendida por el Gobierno para blindar al poder ejecutivo. No est¨¢ dividida contra los palestinos. Apenas tres horas despu¨¦s del ataque, Netanyahu declar¨®: ¡°Estamos en guerra, esto no es una operaci¨®n¡±. Los 465.000 reservistas del Ej¨¦rcito israel¨ª, muchos de los cuales hab¨ªan declarado que desobedecer¨ªan las ¨®rdenes de un Gobierno corrupto y autoritario, se enfrentar¨¢n ahora a un dilema del que quiz¨¢ no eran del todo conscientes: ocupaci¨®n o democracia, guerra o paz.

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