Los ¨²ltimos cristianos de Gaza se encierran en las iglesias para evitar las bombas y el exilio: ¡°Nuestro lugar est¨¢ aqu¨ª¡±
Varios centenares de fieles est¨¢n refugiados en dos templos donde han almacenado lo necesario para resistir y no verse obligados a salir de la Franja. Uno de ellos fue alcanzado por un ataque israel¨ª

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Mientras decenas de miles de palestinos de la Franja hu¨ªan hacia el sur del enclave siguiendo el ultim¨¢tum del ej¨¦rcito israel¨ª con la esperanza de alejarse de los bombardeos, un grupo de cristianos refugiados en la iglesia cat¨®lica de Ciudad de Gaza celebraba el bautizo de un ni?o de 11 meses llamado Daniel. Esta imagen del d¨ªa 15, casi irreal, quiso ser un mensaje al mundo: ¡°Nosotros elegimos la vida, pese a estar rodeados de muerte¡±. A George Antone, responsable de C¨¢ritas-Jerusal¨¦n en la Franja, se le quiebra la voz al recordar ese momento. Est¨¢ agotado y aterrado, admite en una conversaci¨®n telef¨®nica con este diario.
¡°Estamos muertos de miedo. La mayor¨ªa piensa que no saldremos vivos de la iglesia, que nos van a bombardear. Pero hay que seguir, hay que ser fuertes. Estamos en casa de Jes¨²s, estamos en sus manos¡±, cuenta desde la iglesia de la Sagrada Familia de Ciudad de Gaza.
Entre los m¨¢s de dos millones de habitantes de la Franja vive una diminuta comunidad cristiana de unas 1.000 personas que no deja de mermar con el paso de los a?os, sobre todo desde que el movimiento islamista Ham¨¢s se hizo con el control del enclave en 2007. A la falta de libertad y al aislamiento que domina las vidas de los gazat¨ªes debido al bloqueo que Israel impone desde hace 16 a?os, se suma, en el caso de los cristianos, una exclusi¨®n laboral y social impulsada por sectores vinculados a Ham¨¢s y a otros movimientos islamistas radicales tambi¨¦n presentes en la zona.
¡°Desgraciadamente, tenemos bastante experiencia en guerras y cuando vimos el ataque de Ham¨¢s el d¨ªa 7, supimos que habr¨ªa una respuesta militar israel¨ª enorme. Mi esposa, mis tres hijas y yo decidimos refugiarnos en la iglesia. Poco a poco, fue llegando m¨¢s gente que ten¨ªa miedo en sus casas o que lo hab¨ªa perdido todo. Ahora somos 500 cristianos aqu¨ª¡±, explica, pausadamente, Antone, de 42 a?os. Al grupo se ha unido un sacerdote egipcio, el padre Yussef, y alrededor de una decena de monjas de diferentes congregaciones. Todos saben bien que corren un riesgo enorme y hasta los m¨¢s optimistas se sintieron desfallecer el jueves, cuando la iglesia ortodoxa, situada a pocos metros de la suya, fue alcanzada en un bombardeo en el que perecieron al menos 18 personas, de las m¨¢s de 350 que se refugiaban en su interior.
Consciente de que vive en un polvor¨ªn, la comunidad cristiana de la Franja cre¨® hace algunos meses un comit¨¦ de gesti¨®n para las futuras crisis y empez¨® a prepararse para momentos dif¨ªciles, explica Antone. ¡°Comenzamos a almacenar colchones, mantas, productos de higiene, combustible y alimentos no perecederos, a preparar generadores y vimos c¨®mo podr¨ªamos comprar r¨¢pidamente agua y otros v¨ªveres en caso de emergencia. Vivimos aqu¨ª y conocemos la situaci¨®n. Tem¨ªamos que algo iba a pasar porque en Gaza la violencia es c¨ªclica, aunque esto ha superado nuestras peores previsiones¡±, reconoce.
Cuando el ej¨¦rcito israel¨ª advirti¨® a la poblaci¨®n civil de que deb¨ªa desplazarse hacia la zona sur del enclave para preservar la vida, la inmensa mayor¨ªa de las familias cristianas decidieron no moverse de la iglesia. ¡°En este momento, podemos aguantar hasta dos meses aqu¨ª dentro. La idea es garantizar la supervivencia de la comunidad cristiana de Gaza cuando la guerra termine. No queremos vernos obligados a irnos de aqu¨ª, nuestro lugar est¨¢ en Gaza¡±, explica Antone, que naci¨® en una familia de refugiados palestinos en L¨ªbano y volvi¨® a la Franja en 1994, animado con el optimismo generado por los acuerdos de paz de Oslo y con la esperanza de participar en la construcci¨®n de un Estado palestino.
¡°Todos somos palestinos¡±
¡°Lo siento, estamos en plena evacuaci¨®n de las personas de la iglesia ortodoxa. Vamos a tener que hablar m¨¢s tarde¡±, responde al tel¨¦fono, agitada, Nisreen Antone, esposa de George y responsable de los proyectos del Patriarcado de Jerusal¨¦n en Gaza, horas despu¨¦s del bombardeo del templo ortodoxo de San Porfirio, el m¨¢s antiguo de Gaza. ¡°No sabemos cu¨¢ntos muertos hubo, creemos que hay gente a¨²n bajo los escombros. No hay palabras para expresar c¨®mo nos sentimos hoy¡±, agrega la mujer.

Horas despu¨¦s, eran enterrados 18 cristianos fallecidos en este bombardeo. Un total de 40 supervivientes y varias personas heridas fueron acogidos en la iglesia cat¨®lica, donde hay m¨¦dicos y enfermeras entre los refugiados. La familia Antone insiste en que las autoridades eclesi¨¢sticas en Jerusal¨¦n han informado al ej¨¦rcito israel¨ª de que las iglesias y sus instituciones asociadas, como las escuelas cat¨®licas, son refugio de centenares de personas, ¡°gente de paz que no tiene nada que ver con este conflicto¡±.
¡°Pero todos somos palestinos, no hay ninguna diferencia entre los palestinos musulmanes y nosotros. No somos una excepci¨®n y estamos permanentemente en peligro. Solo intentamos sobrevivir, pero no sabemos qu¨¦ va a pasar, qu¨¦ nos deparan los d¨ªas venideros¡±, expresa, con angustia, George Antone.
El Patriarcado Ortodoxo Griego de Jerusal¨¦n denunci¨® duramente este ataque y subray¨® que tomar una iglesia como blanco militar, cuando adem¨¢s est¨¢ ¡°prestando refugio a ciudadanos inocentes¡± que perdieron sus casas, ¡°es un crimen de guerra que no puede ser ignorado¡±. Un portavoz del ej¨¦rcito israel¨ª declar¨® a la agencia Reuters que sus aviones de combate atacaron un ¡°puesto de mando de una organizaci¨®n terrorista¡± y ¡°una pared de una iglesia en la zona result¨® da?ada¡± e inform¨® de que el ¡°incidente est¨¢ revis¨¢ndose¡±.
Un fr¨¢gil equilibrio
Desde hace a?os, los cristianos de Gaza se mueven en un fr¨¢gil equilibrio entre las autoridades islamistas de la Franja, el di¨¢logo con Israel y la preservaci¨®n de sus costumbres. Ha habido momentos en que la iglesia y sus fieles, f¨¢cilmente identificables por sus apellidos y apariencia, especialmente las mujeres, han sido objeto de amenazas y de algunas agresiones. En el pasado, los cristianos ocuparon tambi¨¦n puestos importantes en el Gobierno, universidades y organismos palestinos, pero han desaparecido paulatinamente de la vida p¨²blica de Gaza y en el mejor de los casos trabajan en entidades cat¨®licas como C¨¢ritas o alguna ONG. A diferencia de las grandes familias cristianas de Cisjordania, a menudo influyentes, sin dificultades financieras y bien integradas en la sociedad, en Gaza ser cristiano significa enfrentarse a un complicado y diario camino de obst¨¢culos.
Esto hace que muchos hayan hecho las maletas. En 2007, hab¨ªa en la Franja unos 7.000 cristianos, siete veces m¨¢s que ahora. En todos los territorios palestinos, la comunidad no llega al 2% de la poblaci¨®n. Dentro de la comunidad cristiana de Gaza, los cat¨®licos no superan los 130.
El d¨ªa a d¨ªa dentro de la iglesia de la Sagrada Familia est¨¢ perfectamente organizado para ahuyentar la sensaci¨®n de caos y ahogar el miedo. Dos misas, una por la ma?ana y otra por la tarde, rezo del rosario, momentos para cocinar y limpiar... ¡°No salimos apenas porque eso significa arriesgar nuestra vida. Solo si es necesario procurar alg¨²n medicamento que no tenemos o atender a alguien que est¨¢ en nuestras escuelas, donde s¨ª hemos recibido a algunas familias musulmanas¡±, explica Antone.
Cuando hay una amenaza de bombardeo cerca, los responsables de la seguridad dentro del templo organizan r¨¢pidamente a los presentes, los ayudan a moverse a uno de los refugios que se habilitaron en zonas m¨¢s seguras de la iglesia, donde tambi¨¦n hay agua y comida, y se ocupan de los ni?os, de los ancianos y de los discapacitados del grupo.
Para George Antone, uno de los pocos momentos de paz en estos d¨ªas han sido las tres llamadas que ha hecho el papa Francisco: ¡°Se interes¨® por la comunidad, por c¨®mo est¨¢bamos viviendo dentro de la iglesia y nos dese¨® que podamos volver pronto a nuestras casas. Ojal¨¢¡±.
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