¡°No est¨¢is solos¡±: el mensaje de Biden a las v¨ªctimas de la matanza de Maine
El presidente de EE UU visita los escenarios en los que Robert Card asesin¨® a 18 personas y reclama ¡°el derecho de ir a un restaurante o una bolera sin temor a morir¡±
La visita del presidente de Estados Unidos al lugar de una matanza con arma de fuego ya se ha convertido en una costumbre que sirve para cerrar la secuencia de hechos que sigue cada cierto tiempo a la tragedia, tan genuinamente estadounidense. El asesinato masivo del pasado 25 de octubre en Lewiston (Maine) no ha sido una excepci¨®n. Joe Biden y la primera dama, Jill Biden, viajaron el viernes por la tarde a rendir tributo a las v¨ªctimas, hablar con los pol¨ªticos y autoridades locales, homenajear a los agentes, m¨¦dicos o conductores de ambulancias implicados y brindar consuelo a los familiares. A todos ellos, el presidente les dijo: ¡°Jill y yo estamos aqu¨ª, en representaci¨®n del pueblo estadounidense para asegurarnos de que sab¨¦is que no est¨¢is solos¡±.
Pero esta vez, a diferencia de recientes sucesos ¡ªcomo las matanzas de B¨²falo (mayo de 2022, 10 muertos), Uvalde (mayo de 2022, 21 muertos) o Monterey Park, en California (enero de este a?o, 10 muertos)¡ª, Biden no aprovech¨® la ocasi¨®n para dar un discurso y reclamar avances en la legislaci¨®n para endurecer el control de armas o prohibir los fusiles de asalto, como el que us¨® en Lewiston Robert Gunman, militar en la reserva de 40 a?os, autor del tiroteo masivo m¨¢s mort¨ªfero en lo que va de a?o y en toda la historia del Estado de Maine. Tal vez sea frustraci¨®n. O producto del simple hartazgo: ¡°Jill y yo hemos hecho esto ya demasiadas veces¡±, dijo Biden el viernes.
La pareja presidencial guard¨® un minuto de silencio y deposit¨® un ramo de flores blancas en un peque?o altar frente al Schemengees Bar and Grille, el segundo escenario de la matanza, donde murieron ocho personas. Card hab¨ªa empezado su macabra misi¨®n poco antes de las siete de la tarde a unos seis kil¨®metros de all¨ª, en la bolera Just-In-Time Recreation, donde acab¨® con la vida de siete personas. Tres m¨¢s murieron esa misma noche en el hospital.
Despu¨¦s condujo hasta la vecina localidad de Lisbon, donde abandon¨® su todoterreno, y se esfum¨®. Las autoridades decretaron un confinamiento en Lewiston, Lisbon, Auburn y Bowdoin, donde estaba la casa de su familia. El encierro dur¨® 48 horas, en las que centenares de agentes locales, del condado, estatales y federales llegados de todo el pa¨ªs buscaron al tipo en los bosques, en casas de la zona y hasta en las aguas del r¨ªo Androscoggin. Finalmente, su cuerpo sin vida apareci¨®, con signos de haberse suicidado, en un tr¨¢iler estacionado en el aparcamiento de una compa?¨ªa de reciclaje en la que hab¨ªa trabajado hasta abril.
Salud mental
Desde que se produjo el hallazgo y esta comunidad rural de unos 40.000 habitantes pudo respirar tranquila, se ha sabido que la familia de Card alert¨® sobre el deterioro del estado de su salud mental, y que las autoridades no gestionaron bien alarmas como las que debieron saltar cuando este pas¨® dos semanas ingresado en un hospital psiqui¨¢trico, dijo a un amigo que planeaba un asesinato masivo o atac¨® a un compa?ero del Ej¨¦rcito.
Biden ha demostrado durante su presidencia que se encuentra c¨®modo en el consuelo, ya sea con las v¨ªctimas de un tornado, de un hurac¨¢n o de una matanza como la de Maine. Tambi¨¦n ha reafirmado una y otra vez su postura con respecto a las armas. Cre¨® la primera oficina de la Casa Blanca contra la prevenci¨®n de la violencia armada, y ha presionado a los legisladores en el Capitolio para que saquen adelante una norma que proh¨ªba la venta de fusiles como el AR-15, dise?ado en los a?os cincuenta como un arma de guerra, capaz de disparar con gran precisi¨®n centenares de balas en un corto espacio de tiempo.
¡°Hoy lloramos en Maine, porque esta tragedia abre una dolorosa herida en todo el pa¨ªs¡±, dijo el presidente estadounidense el viernes. ¡°Es puro sentido com¨²n. Necesitamos medidas razonables, responsables, que protejan a nuestros hijos, nuestras familias y nuestras comunidades. Independientemente de nuestra orientaci¨®n pol¨ªtica, esto trata de proteger nuestra libertad para ir a una bolera, un restaurante, una escuela o una iglesia, sin temor a que nos asesinen¡±.
Seg¨²n la organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro Gun Violence Archive, que lleva el recuento de los tiroteos masivos en Estados Unidos (para que un incidente cuente como tal, debe causar cuatro v¨ªctimas, entre muertos y heridos, sin contar al agresor) se han registrado 589 en lo que va de a?o. 22 solo desde el de Maine. El ¨²ltimo fue en la madrugada de este s¨¢bado, en Cincinatti (Ohio), y provoc¨® un muertos y cinco heridos. De todos esos ini de t¨¦s, 37 acabaron en matanza, seg¨²n calcula la agencia AP.
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