Estados Unidos despide en Washington a sus pen¨²ltimos osos chinos: ?se agota la diplomacia de los pandas?
Solo quedan en EE UU una pareja de pandas y sus dos cachorros, en Atlanta. China no ha renovado los acuerdos para la cesi¨®n de estos animales
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Ya no hay osos pandas en Washington, despu¨¦s de 51 a?os de ser uno de los emblemas de la ciudad. Embarcados en jaulas gigantes, en un avi¨®n de carga equipado especialmente para ellos, y en una fecha que se hab¨ªa mantenido en secreto hasta el ¨²ltimo momento por motivos de seguridad, el tr¨ªo que ha habitado el Zoo Nacional durante casi un cuarto de siglo ha partido este mi¨¦rcoles hacia China. Con su marcha, estos animales otrora en riesgo de extinci¨®n quedan a punto de desaparecer en Estados Unidos: solo queda una pareja, en el Zoo de Atlanta, que regresar¨¢n a su pa¨ªs de origen el a?o pr¨®ximo. Hasta ahora, Pek¨ªn no ha dado se?ales de estar dispuesta a ofrecer a su gran antagonista mundial otros ejemplares que reemplacen a los retornados.
La pareja de pandas adultos, el macho de 26 a?os Tian Tian (su nombre en mandar¨ªn significa ¡°m¨¢s y m¨¢s¡±) y la hembra Mei Xiang (¡°hermosa fragancia¡±), junto a su hijo de tres a?os Xiao Qiji (¡°peque?o milagro¡±) afronta un viaje de 19 horas a bordo de un Boeing 777 apodado ¡°Panda Expr¨¦s¡± y decorado con la imagen de uno de estos animales. Viajan junto a m¨¢s de un centenar de kilos de bamb¨² para alimentarlos durante el trayecto ¡ªinterrumpido por una escala para repostar en Alaska¡ª y fruta para calmarlos si dieran se?ales de ansiedad a lo largo de la ruta. Est¨¢n acompa?ados por dos cuidadores y un veterinario hasta su llegada a Chengdu, en el centro de China, donde se les acomodar¨¢ en uno de los parques de cuidado para los pandas a cargo de la Asociaci¨®n para la Protecci¨®n de la Vida Salvaje en este pa¨ªs. All¨ª, en las h¨²medas monta?as neblinosas repletas de bosques de bamb¨² que constituyen el h¨¢bitat ancestral de los pandas gigantes, el tr¨ªo vivir¨¢ el resto de su vida con otros 150 cong¨¦neres.
Decenas de personas se hab¨ªan acercado al recinto del zoo en la capital estadounidense, cerrado para la marcha de sus animales m¨¢s emblem¨¢ticos, desde que a primera hora de la ma?ana se hizo p¨²blico que este mi¨¦rcoles era el d¨ªa del adi¨®s. Algunos lloraban; otros agitaban la mano en se?al de despedida a la comitiva de furgones que trasladaban a los animales al aeropuerto. El acuerdo entre el zoo y las autoridades chinas expiraba el 7 de diciembre, pero los responsables de la instituci¨®n de Washington prefirieron adelantar el retorno un mes.
Es dif¨ªcil exagerar hasta qu¨¦ punto los pandas se hab¨ªan convertido en una de las grandes estrellas de la vida de Washington desde la llegada de la primera pareja en 1972. Durante a?os, sus im¨¢genes decoraron los billetes de metro; se les dedicaron sabores de helado y todo tipo de mercader¨ªa. El zoo les construy¨® un recinto especialmente para ellos, el m¨¢s visitado ¡ªpor mucha diferencia¡ª de todas sus exhibiciones. Dos c¨¢maras retransmit¨ªan en directo 24 horas al d¨ªa cada segundo de sus movimientos¡ o de sus muy abundantes y largas siestas. Un ej¨¦rcito de cuidadores y voluntarios estaba asignado a cuidarles y vigilar cada detalle de su alimentaci¨®n y su salud, desde su ritmo cardiaco a sus heces, pasando por sus instintos reproductivos. El embajador chino en EE UU, Cui Tiankai, lleg¨® a comentar: ¡°Mucha gente no lo sabe, pero China tiene dos embajadores en Washington: yo y los pandas¡±.
Ahora, no obstante, se abre un enorme interrogante sobre cu¨¢l ser¨¢ el futuro de estos animales en Washington y en el resto de Estados Unidos. Por primera vez en medio siglo, la perspectiva de que no haya pandas en ning¨²n zoo de este pa¨ªs es muy real.
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Cesiones temporales a pa¨ªses amigos
China utiliza sus animales m¨¢s emblem¨¢ticos como herramienta diplom¨¢tica: desde 1984 no regala ¡ªni vende¡ª ejemplares fuera de su territorio, pero s¨ª suele cederlos durante un plazo determinado de tiempo a los pa¨ªses con los que mantiene relaciones m¨¢s estrechas, o con los que quiere estrecharlas. Los cachorros que puedan nacer durante el pr¨¦stamo en el extranjero, estipula, tambi¨¦n son propiedad suya y deben repatriarse al cabo de unos a?os. En la actualidad, viven en la Rep¨²blica Popular unos 1.800 pandas, anta?o una especie en peligro de extinci¨®n y hoy solo ¡°vulnerable¡±. Otros 65 est¨¢n en una veintena de pa¨ªses extranjeros, desde Rusia a Qatar.
Si cede estos animales a pa¨ªses amigos por un precio aproximado de un mill¨®n de d¨®lares anuales, China no los presta a las naciones con las que atraviesa tiranteces. EE UU, hoy por hoy, es su rival m¨¢s enconado. A medida que los acuerdos de pr¨¦stamo han ido expirando, los animales han ido regresado a su patria de origen, sin que se hayan firmado extensiones o contratos para la llegada de ejemplares de reemplazo. Australia y Escocia tambi¨¦n deben devolver los suyos antes de que expire el a?o.
En este caso, las autoridades del Zoo Nacional sostienen que se trata simplemente de una cuesti¨®n de edad. Los tres pandas han alcanzado una etapa biol¨®gica en la que siempre ha estado previsto su regreso a China: los beb¨¦s suelen retornar antes de los cuatro a?os, y los adultos, en su vejez. Pero la instituci¨®n hab¨ªa comenzado un proyecto millonario de reforma del recinto para pandas, que se completar¨¢ en los pr¨®ximos ocho o diez meses.
El Zoo ha indicado que el proyecto continuar¨¢ adelante a la espera de ver si llegan nuevos animales. Si se completa y no llegan otros pandas gigantes, se utilizar¨¢ para exhibir otros animales.
¡°La marcha de Tian Tian, Mei Xiang y Xiao Qiji es un momento de alegr¨ªa porque este es un paso m¨¢s en 50 a?os de exitoso programa de conservaci¨®n de los pandas gigantes, y ojal¨¢ el comienzo de otros 50 a?os¡±, declaraba la directora del zoo, Brandie Smith, en la ceremonia de despedida. ¡°Que sepan que el futuro es muy halag¨¹e?o para los pandas gigantes. Seguimos comprometidos con nuestro programa, y esperamos con anticipaci¨®n celebrar con todos ustedes cuando los pandas puedan volver a Washington¡±.
Los primeros pandas hab¨ªan llegado a Estados Unidos en 1972. La pareja Ling Ling y Hsing Hsing llegaron a Washington como regalo del entonces primer ministro, Zhou Enlai, para conmemorar el viaje del presidente Richard Nixon a Pek¨ªn ese a?o, que abri¨® el camino a la normalizaci¨®n de lazos diplom¨¢ticos.
La primera dama, Patricia Nixon, hab¨ªa comentado a Zhou, al ver un paquete de cigarrillos con la imagen de estos osos, que le encantaban. ¡°Le regalo unos¡±, le respondi¨® el primer ministro. ¡°?Cigarrillos?¡±, se asombr¨® la esposa del presidente. ¡°?Pandas!¡±, le contest¨® el l¨ªder. Dos meses m¨¢s tarde, los embajadores blanquinegros chinos estaban en la capital estadounidense.
Esos pandas fallecieron en la d¨¦cada de los noventa, sin dejar descendencia viva. Pero en el a?o 2000 llegaron Mei Xiang y Tian Tian, mediante un acuerdo que estipulaba que la pareja vivir¨ªa en el Zoo Nacional durante 10 a?os, a cambio de 10 millones de d¨®lares. Con los a?os, los dos pandas adultos han tenido cuatro cachorros vivos. El primero de ellos, Tai Shan, naci¨® en 2005. El ¨²ltimo, Xiao Qiji, naci¨® en 2020, cuando los veterinarios pensaban que su madre ya era demasiado mayor para tener m¨¢s descendencia. Su llegada, en plena pandemia, aport¨® una bocanada de optimismo a una ciudad casi fantasma.
En 2011 se renov¨® el pacto para otros cinco a?os, y volvi¨® a extenderse sucesivamente en 2015 y 2020. En 2023 no han llegado m¨¢s pr¨®rrogas.
El a?o pr¨®ximo retornar¨¢n a China los pandas en Atlanta, una pareja adulta y dos cachorros gemelos. En 2019 ya hab¨ªa regresado una panda hembra y su hijo, acogidos hasta entonces en el zoo de San Diego. Ya Ya, otra hembra en el zoo de Memphis, regres¨® en abril. Dos meses antes hab¨ªa fallecido su compa?ero, Le Le, de una enfermedad card¨ªaca, en un incidente que caus¨® la furia de los internautas chinos.
En la ceremonia de despedida en Washington, la representante de la Embajada china, Xu Xueyan, no aludi¨® a una posible continuaci¨®n de los acuerdos de cesi¨®n de pandas, y se limit¨® a asegurar que su pa¨ªs ¡°seguir¨¢ colaborando estrechamente con otros, incluido Estados Unidos, en la protecci¨®n de especies en peligro¡±, y ¡°contribuir¨¢ a la amistad entre los pueblos¡±. ¡°Como representante diplom¨¢tica china, digo adi¨®s a los pandas ¡ªcoment¨® Xu¡ª. Como ciudadana china, les digo: bienvenidos de regreso a casa¡±.
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