Biden y Xi acuerdan retomar el di¨¢logo pero dejan claras sus diferencias en una cumbre ¡°franca¡±
Los dos pa¨ªses han acordado restablecer el di¨¢logo militar y medidas en la lucha contra el tr¨¢fico de fentanilo pero mantienen sus profundos desacuerdos sobre Taiw¨¢n
La cumbre entre los presidentes de EE UU, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, se ha saldado con sus objetivos ¡ªmodestos¡ª cumplidos. Seg¨²n ha apuntado el estadounidense en una rueda de prensa al t¨¦rmino de cuatro horas de reuniones en una mansi¨®n de las afueras de San Francisco, ambos han llegado a pactos para restablecer las comunicaciones militares y para la lucha contra el tr¨¢fico de fentanilo. Y han acordado mantener abiertas las l¨ªneas de contacto para evitar que la rivalidad de los dos colosos mundiales ¡°derive en confrontaci¨®n¡±. Pero tambi¨¦n han dejado claras sus amplias diferencias en asuntos como Taiw¨¢n en una conversaci¨®n ¡°franca¡±.
¡°Hemos conseguido progresos importantes¡±, aseguraba el inquilino de la Casa Blanca. ¡°Hemos mantenido conversaciones constructivas y productivas¡±, que continuar¨¢n en el futuro. Los dos l¨ªderes han acordado que, cuando uno lo desee, podr¨¢ contactar con el otro para atajar posibles crisis en el momento y evitar el riesgo de una escalada que ninguno de los dos desee.
No se aspiraba a m¨¢s. Las diferencias entre las dos potencias mundiales son demasiado grandes, y la desconfianza mutua, demasiado aguda como para permitir progresos en una sola tanda de reuniones. Se trataba, seg¨²n hab¨ªan adelantado altos cargos de la Casa Blanca, de establecer sinton¨ªa entre dos l¨ªderes que se conocen desde hace mucho tiempo -ya se trataron cuando ambos eran vicepresidentes, hace m¨¢s de una d¨¦cada-, y reforzar la confianza mutua.
Hubo momentos de cercan¨ªa. Biden record¨® a su interlocutor que comparte fecha de cumplea?os con Peng Liyuan, la esposa del l¨ªder chino, y le pidi¨® que le enviara sus felicitaciones. Seg¨²n relat¨® un alto cargo estadounidense al t¨¦rmino del encuentro, Xi reconoci¨® ¡°con cierta verg¨¹enza¡± que hab¨ªa estado tan ocupado que se le hab¨ªa olvidado el aniversario, y le agradeci¨® a su hom¨®logo que se lo hubiera recordado.
Pero tambi¨¦n qued¨® claro que se mantienen sus diferencias. Al t¨¦rmino de la rueda de prensa, y mientras se marchaba, Biden respondi¨® improvisadamente a la pregunta de si sigue considerando a Xi un ¡°dictador¡±, como le hab¨ªa tachado a comienzos de este a?o. ¡°S¨ª, lo es¡±, respondi¨®.
Taiw¨¢n, el gran escollo
Las discrepancias tambi¨¦n hab¨ªan quedado de manifiesto ya a lo largo de sus sesiones, a solas ¡ªincluyeron un paseo por los jardines de la residencia Filoli, la hacienda hist¨®rica donde se reunieron¡ª y en compa?¨ªa de sus equipos de asesores, una decena por cabeza. Xi Jinping subray¨® a su hom¨®logo estadounidense la importancia que confiere a Taiw¨¢n, la isla de r¨¦gimen democr¨¢tico que China considera parte de su territorio. Seg¨²n relat¨® el alto cargo estadounidense, el presidente chino asegur¨® que el asunto es ¡°potencialmente el m¨¢s peligroso en las relaciones bilaterales¡±. El l¨ªder tambi¨¦n insisti¨® en que prefiere la unificaci¨®n pac¨ªfica y su pa¨ªs no tiene planes, hoy por hoy, de tomar la isla por la fuerza. Pero ¡°pas¨® inmediatamente a las condiciones en las cuales se podr¨ªa utilizar la fuerza¡±.
Preguntado al respecto en la rueda de prensa, Biden se limit¨® a responder que hab¨ªa expuesto a Xi que Estados Unidos mantiene su pol¨ªtica de Una Sola China, que para Washington significa que reconoce a Pek¨ªn como el Gobierno leg¨ªtimo de China y considera el estatus de Taiw¨¢n como algo no decidido. Tambi¨¦n, seg¨²n el alto funcionario, le hab¨ªa reclamado a su hom¨®logo chino que respetara el resultado de las elecciones taiwanesas en enero. El Gobierno de Xi prefiere el triunfo del conservador Kuomintang, que ve con buenos ojos las relaciones con el otro lado del estrecho, y contempla con horror la perspectiva de un triunfo por tercer ciclo consecutivo del Partido Democr¨¢tico Progresista (PDP), partidario de la distancia hacia Pek¨ªn.
La versi¨®n china del encuentro
La versi¨®n china del encuentro indica, por contra, que Xi subray¨® a Biden que la unificaci¨®n entre China y Taiw¨¢n es ¡°inevitable¡± y reclam¨® que Estados Unidos deje de proporcionar armamento a la isla.
Los dos l¨ªderes encontraron m¨¢s armon¨ªa en cuestiones como la lucha contra el fentanilo, el opi¨¢ceo cuyo consumo cuesta la vida a decenas de miles de estadounidenses al a?o. La droga entra en EE UU mayoritariamente por su frontera sur, pero del gigante asi¨¢tico parten buena parte de los componentes que los c¨¢rteles utilizan para fabricarla. ¡°Trabajamos intensamente con cada elemento del sistema chino en un plan por el que China utilizar¨¢ una serie de procedimientos para ir contra compa?¨ªas espec¨ªficas que producen precursores¡±, declaraba el alto funcionario estadounidense.
El restablecimiento de las comunicaciones militares es otro de los grandes logros que Estados Unidos destaca de la cumbre. Esos contactos permanec¨ªan interrumpidos desde la visita a Taiw¨¢n en agosto del a?o pasado de la entonces presidenta de la C¨¢mara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi. Washington ten¨ªa gran inter¨¦s en restablecerlos para evitar que alguno de los encontronazos entre sus respectivas patrullas en las cercan¨ªas de Taiw¨¢n o el mar del Sur de China pudieran degenerar en una crisis grave.
Mensaje a Ir¨¢n
El presidente estadounidense tambi¨¦n pidi¨® a su hom¨®logo chino que transmita un mensaje a Ir¨¢n, el gran antagonista de Estados Unidos en Oriente Pr¨®ximo y con el que Pek¨ªn mantiene buenas relaciones. Seg¨²n hab¨ªa indicado la Casa Blanca, planeaba explicar a Xi que es ¡°esencial¡± que Teher¨¢n evite acciones que puedan ampliar el actual conflicto entre Israel y Ham¨¢s. Cualquier paso del r¨¦gimen isl¨¢mico en ese sentido recibir¨ªa una ¡°respuesta contundente¡± por parte de Estados Unidos.
Los dos dignatarios hab¨ªan hecho alarde de esp¨ªritu conciliador al comenzar su esperada cumbre. En un marcado giro en una relaci¨®n m¨¢s que g¨¦lida a lo largo de los ¨²ltimos nueve meses, el l¨ªder del gigante asi¨¢tico asegur¨® que ambos pa¨ªses deben ser capaces de sobreponerse a sus diferencias. El estadounidense subray¨® el inter¨¦s de su pa¨ªs en evitar que la rivalidad de los dos colosos mundiales ¡°derive en confrontaci¨®n¡±.
Ambos se hab¨ªan saludado a su llegada a la residencia Filoli con un apret¨®n de manos, sin hacer declaraciones a la prensa, rodeados de una intensa seguridad que hab¨ªa cortado los accesos desde kil¨®metros antes, llenaba los aparcamientos de veh¨ªculos de polic¨ªa y poblaba los palaciegos jardines con agentes del servicio secreto de EE UU y del cuerpo de guardaespaldas presidencial chino. En un indicio, quiz¨¢, del temor a la covid extranjera que Pek¨ªn implant¨® en sus ciudadanos durante tres a?os de pandemia, buena parte de los agentes chinos se cubr¨ªan la boca con mascarillas.
El encuentro era clave: China llega con una econom¨ªa alica¨ªda; Estados Unidos, bajo la presi¨®n de los conflictos en Ucrania y Oriente Pr¨®ximo. La reuni¨®n tiene como objeto evitar que la rivalidad entre Estados Unidos y China, las dos grandes potencias econ¨®micas mundiales, ¡°se convierta en enfrentamiento¡±, insist¨ªa un alto funcionario que habl¨® bajo la condici¨®n del anonimato con los periodistas que acompa?an al presidente estadounidense en su visita a San Francisco para la cumbre con Xi y el encuentro anual del Foro de Cooperaci¨®n Econ¨®mica Asia Pac¨ªfico (APEC).
Es la primera ocasi¨®n en que los dos l¨ªderes manten¨ªan contacto directo desde que se vieron cara a cara en noviembre de 2022 en Bali (Indonesia) durante la cumbre del G-20. Entonces acordaron dar pasos para reforzar la debilitada confianza entre los dos pa¨ªses y relanzar la relaci¨®n bilateral m¨¢s importante del mundo, a la deriva desde que la Administraci¨®n del entonces presidente Donald Trump y Pek¨ªn impusieron aranceles a decenas de miles de millones de d¨®lares de productos de sus respectivos pa¨ªses en 2018.
El incidente del globo aerost¨¢tico chino que atraves¨® el territorio de EE UU en febrero pasado antes de ser derribado cancel¨® durante meses esos buenos prop¨®sitos. Conseguir la reuni¨®n ha requerido una coreograf¨ªa diplom¨¢tica tan delicada como intensa: encuentros de los respectivos consejeros de seguridad nacional en Viena y Malta, viajes de los secretarios de Estado, Tesoro y Comercio a Pek¨ªn y visitas rec¨ªprocas a Washington y San Francisco de altos funcionarios chinos. Mientras tanto, Biden y Xi segu¨ªan sin mantener siquiera contactos telef¨®nicos.
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