China y EE UU ¡®resetean¡¯ sus relaciones en busca de un ¡°nuevo enfoque¡±
La visita al gigante asi¨¢tico esta semana de Gina Raimondo, la cuarta alta funcionaria estadounidense desde junio, deja un ambiente de ¡°cierto optimismo¡±, aunque Pek¨ªn mantiene su desconfianza
El carrusel de visitas de altos funcionarios estadounidenses a Pek¨ªn desde junio no ha producido un fest¨ªn de grandes acuerdos; no ha habido recepciones bomb¨¢sticas, ni marchas militares, ni paseos cadenciosos al son de instrumentos milenarios ¡ªcomo sucedi¨® con la visita del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron¡ª. Tampoco era lo esperado. Los resultados tangibles son m¨¢s bien escasos. Pero los cuatro emisarios de la Casa Blanca, que han aterrizado en el gigante asi¨¢tico a un ritmo de casi dos primeros espadas por mes, s¨ª parecen haber logrado un cambio de humor en la arena geopol¨ªtica y el reseteo de unos v¨ªnculos en peligrosa espiral descendente.
Si el primero de estos viajes a China, el del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, logr¨® colocar en junio un suelo a lo que ¨¦l mismo denomin¨® ¡°una de las relaciones [bilaterales] m¨¢s importantes del mundo¡±, la ¨²ltima figura de nivel que ha pasado por la Rep¨²blica Popular, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, asegur¨® el mi¨¦rcoles que dejaba el pa¨ªs con ¡°cierto optimismo¡±.
¡°Esto es el principio de un nuevo di¨¢logo, esto es el principio de un nuevo enfoque¡±, dijo Raimondo en una comparecencia en Shangh¨¢i tras cuatro d¨ªas en dos ciudades y media docena de encuentros destacados. No fueron meros intercambios de puntos de vista, seg¨²n su lectura.
Durante su estancia, ambas superpotencias se han comprometido a poner en marcha diversos mecanismos de di¨¢logo para reducir riesgos e incrementar la comprensi¨®n mutua: un grupo de trabajo sobre cuestiones comerciales, un mecanismo de intercambio de informaci¨®n sobre la aplicaci¨®n del control de las exportaciones, la celebraci¨®n de la 14? Cumbre de Liderazgo Tur¨ªstico China-Estados Unidos, y se acord¨® adem¨¢s que expertos t¨¦cnicos de ambos pa¨ªses se re¨²nan para reforzar la protecci¨®n de los secretos comerciales. ¡°Un excelente principio¡±, reiter¨® Raimondo tras enumerarlos ante la prensa en un hangar de la joint venture del gigante aeron¨¢utico Boeing en la Rep¨²blica Popular.
La secretaria de Comercio acababa de visitar el parque Disney ubicado en la megal¨®polis financiera y se refiri¨® a las sonrisas de los ni?os que vio all¨ª; tambi¨¦n habl¨® de las m¨¢s de mil cafeter¨ªas Starbucks abiertas en la ciudad y de los j¨®venes chinos y estadounidenses que hab¨ªa visto estudiar codo con codo en la sucursal de la Universidad de Nueva York en la urbe, ¡°ret¨¢ndose unos a otros y teniendo un di¨¢logo y un debate abierto¡±, dijo. ¡°Ese es todo el negocio que deber¨ªamos estar haciendo¡±, a?adi¨®. ¡°Debemos fomentar el intercambio entre personas y los negocios¡±.
Seguridad nacional
Como encargada del departamento de Comercio, su visita era de las m¨¢s esperadas: China considera que Estados Unidos ha emprendido una creciente estrategia de ¡°cerco y supresi¨®n¡± a su desarrollo mediante la imposici¨®n de aranceles y restricciones a la exportaci¨®n de tecnolog¨ªas cr¨ªticas. Entre las ¨²ltimas medidas, apenas dos semanas antes del viaje de Raimondo, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunci¨® nuevas restricciones para limitar las inversiones de su pa¨ªs en ¨¢reas tecnol¨®gicas estrat¨¦gicas en el pa¨ªs asi¨¢tico. Durante su estancia en China, varios mandos comunistas reclamaron que redujera esos controles. ¡°Por supuesto, dije que no¡±, respondi¨® Raimondo, seg¨²n cont¨® en una comparecencia. Les asegur¨® que Washington no busca un ¡°desacoplamiento¡± sino velar por sus propios intereses, y subray¨® las l¨ªneas rojas: ¡°No negociamos en materia de seguridad nacional¡±.
Por este motivo, algunos analistas ponen en duda que haya habido un verdadero avance y mantienen su escepticismo. ¡°Impedir el acceso a los semiconductores y otras tecnolog¨ªas avanzadas que tanto necesita China es, con mucho, la medida m¨¢s perjudicial que ha tomado Washington contra sus intereses econ¨®micos¡±, valoran desde la consultora Trivium China en una reciente nota. ¡°La negativa estadounidense a relajar tales medidas significa que hay poco margen para que mejoren las relaciones bilaterales¡± por lo que ¡°los riesgos geopol¨ªticos seguir¨¢n siendo elevados para las multinacionales¡±.
A pesar de que tambi¨¦n esta semana se ha retomado el contacto entre altos mandos militares de las dos superpotencias en Fiji, lo cual disminuye el riesgo de choque por falta de comunicaci¨®n, el diario Global Times, voz contundente de la propaganda de Pek¨ªn, aseguraba el viernes al hilo del regreso a casa de Raimondo: ¡°EE UU no da pasos sustanciales para mejorar los lazos con China pese al clima de distensi¨®n¡±.
Pocos hab¨ªan previsto en la superpotencia asi¨¢tica la ¡°agresividad¡± de la administraci¨®n Biden, cuenta Mark Leonard, director del Instituto Europeo de Relaciones Internacionales, en un reciente art¨ªculo de Foreign Affairs. Algunos analistas chinos comparan hoy sus acciones con las del expresidente Donald Trump contra Ir¨¢n, a?ade Leonard. ¡°Se ha formado un consenso en Pek¨ªn de que el objetivo de Washington no es que China cumpla con las reglas de juego; sino evitar que China crezca¡±. El an¨¢lisis concluye, es ¡°incorrecto¡±: lo que Washington y la Uni¨®n Europea buscan es asegurar que sus negocios no comparten tecnolog¨ªas sensibles con Pek¨ªn y rebajar la dependencia de importaciones en sectores estrat¨¦gicos. Es lo que Bruselas ha denominado derisking (reducci¨®n de riesgos).
Poco despu¨¦s de la visita de Blinken, un empresario chino y miembro del partido comunista que ve c¨®mo los negocios no acaban de despegar en China tras la reapertura pospand¨¦mica, reclamaba bajo condici¨®n de anonimato menos ¡°derisking¡± y m¨¢s ¡°depoliticizing¡± (despolitizaci¨®n) en las relaciones entre Pek¨ªn y Occidente. Eso afirm¨® mientras brindaba con un vino franc¨¦s desde un hotel con vistas a la plaza de Tiananm¨¦n, en Pek¨ªn. ¡°Necesitamos comunicaci¨®n¡±, aseveraba tambi¨¦n este verano una funcionaria del Gobierno de una de las principales ciudades chinas.
Despolitizaci¨®n
En esa misma l¨ªnea se pronunciaba el martes pasado el primer ministro, Li Qiang, durante la entrevista con Raimondo: ¡°Politizar las cuestiones econ¨®micas y comerciales y exagerar el concepto de seguridad [¡] socavar¨¢ los intereses de las empresas y la poblaci¨®n de los dos pa¨ªses¡±, le traslad¨® Li, seg¨²n la lectura oficial facilitada por Xinhua. Pero Pek¨ªn, le indic¨®, estaba dispuesto a ¡°reforzar el di¨¢logo y la cooperaci¨®n¡± en materia de comercio y econom¨ªa.
Tras un verano de noticias negras para China en estos campos (precios negativos, bajo consumo, ca¨ªda de las exportaciones, paro juvenil), el Gobierno ha comenzado a tomar medidas de choque para tratar de reactivar la locomotora. Entre ellas, est¨¢ el llamamiento constante a la inversi¨®n extranjera. La Rep¨²blica Popular busca de forma acuciante reducir la desconfianza entre las multinacionales. Pero el ambiente no es positivo, m¨¢s bien todo lo contrario.
Muchas compa?¨ªas occidentales consideran que el gigante asi¨¢tico se ha vuelto un destino donde ¡°no invertir¡±, tal y como le trasladaron varios empresarios estadounidenses a Raimondo antes de su visita. A los viejos problemas de acceso al mercado chino, de propiedad intelectual, de secretos industriales y de terreno de juego desnivelado, se a?ade ahora una creciente preocupaci¨®n por un entorno regulatorio impredecible, una ley antiespionaje reforzada, adem¨¢s de las redadas y multas que han sufrido algunas empresas estadounidenses de forma sorpresiva en los ¨²ltimos meses.
Los mecanismos acordados durante la estancia de Raimondo tambi¨¦n buscan tranquilizar a los preocupados empresarios de su pa¨ªs. La alta funcionaria se dio por satisfecha de haber puesto en marcha esos canales activos de comunicaci¨®n para evitar riesgos por malos entendidos. ¡°No quiero volver a los tiempos del di¨¢logo por el di¨¢logo¡±, zanj¨® durante la comparecencia en la sede de Boeing en Shangh¨¢i.
Tras el frenes¨ª de visitas, ahora toca esperar a que los l¨ªderes de ambos pa¨ªses vuelvan a verse las caras y propongan nuevos objetivos. En su ¨²ltimo encuentro, el pasado noviembre durante la cumbre del G-20 de Bali (Indonesia), los presidentes Xi Jinping y Joe Biden lograron un t¨ªmido deshielo cuyos resultados han ido permeando durante las visitas de los altos funcionarios estadounidenses de los ¨²ltimos meses. Entonces, se emplazaron a no adentrarse en una nueva guerra fr¨ªa.
La pr¨®xima cumbre del G-20, que arranca en India este s¨¢bado, no ser¨¢, sin embargo, el escenario de un nuevo cara a cara entre los responsables de las dos mayores potencias planetarias. Xi ¡°probablemente¡± no acudir¨¢ a la cita que se celebra en un pa¨ªs con el que China mantiene serias disputas, seg¨²n una informaci¨®n exclusiva de la agencia Reuters, a¨²n no confirmada por Pek¨ªn. Diversos analistas apuntan en cualquier caso que la siguiente cita entre Biden y Xi podr¨ªa tener lugar en noviembre durante la reuni¨®n anual del Foro de Cooperaci¨®n Econ¨®mica Asia-Pac¨ªfico que se celebra en San Francisco.
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