Liberales, progresistas y extrema derecha llegan igualados a las elecciones en Pa¨ªses Bajos
Inmigraci¨®n y la escasez de vivienda dominan el debate final antes de los comicios de este mi¨¦rcoles. Las dos agresiones sufridas por Thierry Baudet, uno de los l¨ªderes xen¨®fobos, enturbian el tramo final de la campa?a
La recta final de las elecciones legislativas holandesas viene marcada por el ascenso en los sondeos de la extrema derecha de Geert Wilders, al que la empresa demosc¨®pica I&O Research situaba la noche del martes en cabeza con 28 esca?os. Ese resultado le coloca pr¨¢cticamente igualado a los liberales de derecha y la alianza formada por socialdem¨®cratas y ecologistas, que se quedar¨ªa con 27 diputados cada uno. Aunque estos fueran los resultados definitivos de los comicios, formar una coalici¨®n entre esos partidos ser¨ªa imposible. Los liberales aseguran estar dispuestos a hablar con Wilders, pero no a gobernar con ¨¦l. La socialdemocracia, que no ha encabezado un Ejecutivo desde 2002, no contempla dicha posibilidad. Si bien es cierto que Wilders suele subir mucho en la recta final de las campa?as electorales, a su reciente mejora de perspectivas electorales se suma el malestar generado por las dos agresiones sufridas por el otro representante de la derecha xen¨®foba, Thierry Baudet. La noche del lunes, le dieron un botellazo en la cabeza en un bar del norte de Pa¨ªses Bajos. Hace un mes, cuando visitaba la universidad belga de Gante, un paraguazo le provoc¨® una ligera conmoci¨®n cerebral.
Todos los candidatos han criticado los asaltos sufridos por Baudet, causados, el de B¨¦lgica, por un inmigrante de origen ucranio; el del lunes, por un holand¨¦s menor de edad. Sin descartar las simpat¨ªas que ello pueda generar entre los votantes, la crisis de la vivienda, la polarizaci¨®n social, el coste de la lucha contra el cambio clim¨¢tico y la inmigraci¨®n han ocupado el debate de este martes de cierre de campa?a. Tambi¨¦n ha aparecido la guerra de Israel y Gaza, un tema de ¨¢mbito internacional casi obviado. Wilders lo ha aprovechado para se?alar: ¡°Crece el antisemitismo en Pa¨ªses Bajos y si llego a ser primer ministro, lo ser¨¦ de todos los holandeses¡±. Dilan Yesilg?z, l¨ªder de los liberales de derecha, le ha dicho que no le cree. Que su programa electoral excluye a gran parte de la poblaci¨®n por su origen inmigrante. ¡°Lo que quiere la gente es una casa caliente y un trabajo. No quieren enfrentamientos, se?or Wilders¡±, ha dicho Yesilg?z. Ella aspira a suceder a Mark Rutte, el primer ministro saliente, que ha estado al frente de cuatro Gobiernos entre 2010 y 2023 y con el que comparte partido. ¡°El ¨²ltimo Gabinete cay¨® porque llega demasiada gente a Pa¨ªses Bajos y eso hay que regularlo. Esa es la realidad y hay que tener soluciones¡±, ha asegurado Yesilg?z.
A pesar de que las diferencias en los ingresos no son abismales entre la poblaci¨®n holandesa, nueve de cada 10 hogares ganan menos de 84.000 euros anuales. Donde m¨¢s se nota la brecha es en los activos, entre ellos, una vivienda, terrenos o acciones. Ah¨ª, el 10% m¨¢s rico del pa¨ªs posee casi el 60% de la riqueza. Seg¨²n los datos publicados por el Instituto Holand¨¦s de Derechos Humanos, un organismo asesor del Gobierno, alrededor de 800.000 personas ¡ª200.000 ni?os¡ª viven en la pobreza, en un pa¨ªs de 17 millones de habitantes. ¡°No se puede ignorar esta situaci¨®n, y es lo que hacen los dem¨¢s partidos, planes y an¨¢lisis, pero nada concreto. La esperanza es una nueva forma de gobernar¡±, ha dicho Pieter Omtzigt, exdiputado democristiano y cabeza visible de Nuevo Contrato Social, el partido reci¨¦n creado que espera auparse al Ejecutivo; la ¨²ltima encuesta le otorga 21 diputados. En este punto, el socialdem¨®crata Frans Timmermans, exvicepresidente de la Comisi¨®n Europea, se ha lanzado a recordar que su programa ¡°se ocupa de que los ni?os holandeses salgan de la pobreza y la gente pueda acceder a una vivienda decente¡±. Con su ya famoso colgante de vaca blanca y negra, Caroline van der Plas, jefa del Movimiento Campesino-Ciudadano, la voz del populismo agrario, ha se?alado que ¡°no se puede evitar el cambio de clima y es mejor ayudar a la gente a que sus hogares sean sostenibles, pero invertimos millones sin que se vea bien en qu¨¦ ayudan a la poblaci¨®n¡±.
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