Cuatro partidos se disputan la victoria electoral en Pa¨ªses Bajos en la recta final de campa?a
Los millones de electores indecisos ser¨¢n claves en los comicios del mi¨¦rcoles, marcados por el tir¨®n de una nueva formaci¨®n de centroderecha y la s¨²bita moderaci¨®n del l¨ªder de extrema derecha Geert Wilders
Pa¨ªses Bajos acude este mi¨¦rcoles a las urnas en unas elecciones legislativas marcadas por la ausencia del liberal Mark Rutte, que dejar¨¢ la pol¨ªtica nacional despu¨¦s de haber ejercido como primer ministro desde 2010. Su marcha ha desencadenado un relevo generacional en la mayor¨ªa de los partidos en liza, que han centrado sus debates en temas como vivienda, sanidad e inmigraci¨®n. A la remesa de candidatos que se estrenan se han sumado otros dos factores. Por un lado, la revoluci¨®n causada por Nuevo Contrato Social, un grupo de centroderecha fundado en agosto pasado por el exdiputado cristianodem¨®crata Pieter Omtzigt, al que casi todos sus oponentes intentan atraer. Por otro, el giro de Geert Wilders, el l¨ªder m¨¢s conocido de la extrema derecha nacional, que ya no considera prioritario rechazar frontalmente el islam.
El resultado es un flujo de sondeos electorales con cuatro agrupaciones disput¨¢ndose el primer puesto. El ¨²ltimo, de Peil.nl, sit¨²a en cabeza a los liberales de derecha del partido de Rutte, y a Omtzigt, ambos con 26 esca?os. Les siguen la alianza formada por socialdem¨®cratas y ecologistas, liderada por el excomisario europeo Frans Timmermans, y la nueva versi¨®n moderada de Wilders, que empatar¨ªan con 23 diputados. Otra encuesta reciente de I&O Research refleja que ¡°tres de cada cuatro electores no est¨¢n seguros de su voto, y los que dudan marcar¨¢n la diferencia al final¡±. Ante las cifras manejadas, seg¨²n los expertos de esta empresa demosc¨®pica, ¡°parece claro que Nuevo Contrato Social estar¨¢ en la pr¨®xima coalici¨®n¡±.
Los 26 partidos que se presentan a estos comicios suman en total 1.126 candidatos en sus listas. Cualquiera que sea el ganador tendr¨¢ que pactar una coalici¨®n gubernamental, una tradici¨®n que se remonta al siglo XIX en el pa¨ªs. De ah¨ª que los debates puedan ser duros, pero sin romper todos los puentes. Hasta ahora, sin embargo, nadie ha querido tener en el Ejecutivo a la extrema derecha de Wilders y su Partido por la Libertad (PVV). Tampoco a otra formaci¨®n similar, Foro para la Democracia (FvD), encabezado por Thierry Baudet. A lo m¨¢s que ha llegado Wilders es a apoyar desde el Congreso al primer Gobierno de Rutte. Ocurri¨® entre 2010 y 2012, cuando el l¨ªder xen¨®fobo ten¨ªa 24 esca?os de un total de 150. De todos modos, acab¨® provocando la ca¨ªda del Gabinete al no secundar los ajustes financieros que se propon¨ªan. En estos momentos, con 16 esca?os, la situaci¨®n de Wilders parece distinta. Tanto Dilan Yesilg?z, al frente de los liberales de derecha (VVD), como Caroline van der Plas, cabeza visible del Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB), se resisten a descartar una posible colaboraci¨®n con ¨¦l.
Yesilg?z intenta combinar su voluntad de dialogar con Wilders ¨Dque ya no ve la urgencia de prohibir el Cor¨¢n o las mezquitas¨D con hacerse con un electorado m¨¢s disperso que nunca. El VVD que representa lidera coaliciones desde hace una d¨¦cada y ella misma es una novedad, pues podr¨ªa ser la primera mujer en llegar a ser primera ministra en la historia de Pa¨ªses Bajos. Nacida en Ankara, es hija de refugiados, y su firmeza a la hora de limitar la reunificaci¨®n familiar de estos grupos contribuy¨® a tumbar el cuarto y ¨²ltimo Gobierno de Rutte el pasado julio. Durante la campa?a, ha dejado claro dos postulados: que se hace valer por lo que defiende y que las actuales normas de asilo ¡°dejan en la estacada tanto a los holandeses como a los aut¨¦nticos refugiados¡±. Por eso prefiere promover ¡°una acogida en las regiones de origen¡±. Sobre su ideario, asegura: el liberalismo ¡°consiste en estar ah¨ª si nos necesitan y dejar a la gente en paz el resto del tiempo¡±. Aunque las quinielas sobre las posibles coaliciones cambian cada d¨ªa, su preferencia ser¨ªa una entre su partido, el de Omtzigt, la democracia cristiana (CDA) y el BBB.
Caroline van der Plas es la otra candidata que propugna el di¨¢logo con la extrema derecha. El BBB es la voz del populismo agrario, y con un solo esca?o en el Congreso ¨Del suyo¨D consigui¨® hacerse en marzo con la mayor¨ªa del Senado. Aunque ha perdido algo de brillo con la llegada de Omtzigt, querr¨ªa ir a su lado en una coalici¨®n donde estuviera tambi¨¦n el VVD. ¡°Pieter [Omtzigt] est¨¢ en favor de la democracia y el imperio de la ley. Si piensas as¨ª, tienes que habar con un partido [el de Wilders] que tiene 1,5 millones de votantes detr¨¢s. Eso tambi¨¦n es democr¨¢tico¡±. Wilders, posiblemente ante la ¨²ltima oportunidad de su carrera de tocar cierto poder, se muestra calmado. Lo explica diciendo que lleva suficiente tiempo en la pol¨ªtica como para saber ¡°que despu¨¦s de las elecciones todo puede fluir de nuevo¡±. Tiene 60 a?os y es diputado desde hace 25.
Colaborar con la extrema derecha es una posibilidad que Omtzigt dice no contemplar. Sobre todo porque considera las ideas del l¨ªder de la formaci¨®n ¡°contrarias a la Constituci¨®n y los derechos fundamentales¡±. De ganar las elecciones, su Gobierno lo formar¨ªan ¡°un grupo de expertos para cada ministerio con un acuerdo gubernamental que no sea inamovible y pueda ser controlado por el Congreso¡±. El tercer y pen¨²ltimo Ejecutivo liderado por Rutte dimiti¨® en bloque en enero de 2021 por un esc¨¢ndalo en el que miles de familias, en su mayor¨ªa de origen inmigrante, fueron acusadas err¨®neamente de fraude. La abogada espa?ola Eva Gonz¨¢lez P¨¦rez destap¨® las irregularidades y Omtzigt removi¨® la conciencia nacional al denunciar la situaci¨®n en el Congreso. A pesar del prestigio as¨ª ganado, solo ha admitido este fin de semana su disposici¨®n a ser primer ministro. Promueve la reforma del Estado holand¨¦s y propone la creaci¨®n de un Tribunal Constitucional, un ¨®rgano al que pocos de sus oponentes encuentran utilidad.
El regreso de Timmermans
La reticencia de este candidato a reconocer que aspira a su lugar en La Torrecita, en La Haya ¨Ddonde se ubica el despacho oficial de los mandatarios holandeses¨D, contrasta con la franqueza de uno de sus principales rivales. Es el socialdem¨®crata Frans Timmermans, retornado de Bruselas, donde ha sido vicepresidente primero de la Comisi¨®n Europea. Asegura que desea ser primer ministro, pero solo si la alianza de su partido con la izquierda verde (PvdA/GroenLinks) gana la mayor¨ªa de los votos. Timmermans fue ministro de Exteriores entre 2012 y 2014, y quiere evitar la formaci¨®n de un Gobierno de derecha. Es casi el ¨²nico candidato que ha mencionado la guerra de Ucrania y la de Israel y Gaza en la campa?a electoral, y ha pedido ¡°un alto el fuego¡±. Aunque apoya combatir a Ham¨¢s, advierte de que ¡°no se consigue con bombardeos¡±. La situaci¨®n en la franja de Gaza no ha formado parte de los debates previos a las elecciones, aunque s¨ª ha habido manifestaciones ciudadanas en favor de los palestinos, y la comunidad jud¨ªa holandesa se?ala un aumento del antisemitismo. El Congreso lo analizar¨¢ el 23 de noviembre, el d¨ªa siguiente a los comicios.
En el nuevo panorama electoral holand¨¦s, la democracia cristiana, los liberales de izquierda (D66) y la Uni¨®n Cristiana, miembros de la coalici¨®n saliente, han bajado puntos en los sondeos. Todos se sit¨²an por debajo de los 10 esca?os, aunque la experiencia de otras elecciones muestra que los mayores cambios se producen pocos d¨ªas antes de la votaci¨®n. Sin jornada de reflexi¨®n, la campa?a llegar¨¢ hasta el ¨²ltimo minuto.
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