La losa de la culpa hist¨®rica silencia en Alemania las protestas por las v¨ªctimas de Gaza
La defensa de Israel es considerada ¡°raz¨®n de Estado¡± en el pa¨ªs, donde la cr¨ªtica al Gobierno de Netanyahu est¨¢ pr¨¢cticamente desaparecida del debate p¨²blico. Declaraciones a favor de los derechos humanos de los palestinos son censuradas
La guerra de Gaza ha abierto una herida singular en Alemania. Un pa¨ªs responsable de algo tan horrible como un genocidio se ve ahora en la encrucijada de conjugar su historia, su culpa y su sentido de la responsabilidad con la respuesta pol¨ªtica a conflictos actuales. El asesinato de seis millones de jud¨ªos tiene en Alemania todav¨ªa un enorme peso, ocho d¨¦cadas despu¨¦s, en sus relaciones exteriores, pero tambi¨¦n en su gesti¨®n interna de las protestas propalestinas o la cr¨ªtica a Israel. Una cr¨ªtica pr¨¢cticamente desaparecida del discurso p¨²blico, tanto de los pol¨ªticos como de los medios de comunicaci¨®n. Atreverse a censurar la respuesta de Israel a los atentados de Ham¨¢s del 7 de octubre suele equivaler a ser tildado de antisemita y cancelado en ¨¢mbitos que van desde la cultura y el arte hasta la academia.
¡°Liberad a Palestina de la culpa alemana¡±, se lee en muchos carteles de las protestas propalestinas que vienen organiz¨¢ndose desde octubre en ciudades como Berl¨ªn. En las que se han producido, porque muchas otras han sido prohibidas ante la sospecha de que se pudieran lanzar consignas a favor de Ham¨¢s. La polic¨ªa vigila estrechamente las concentraciones autorizadas y ha llegado a retirar carteles ¡ªy a detener a quienes los portaban¡ª con el lema ¡°bastante neutral¡± de ¡°desde el r¨ªo hasta el mar, igualdad para todos¡±, recuerda Christa Waegemann, directora de los programas para Oriente Pr¨®ximo de la ONG dedicada al periodismo Media in Cooperation and Transition. Waegemann, que se define como ¡°medio jud¨ªa-medio alemana¡±, lamenta que el eco de los cr¨ªmenes nazis est¨¦ silenciando el debate p¨²blico. ¡°Tengo muchas conversaciones con amigos y colegas sobre la creciente imposibilidad de criticar a Israel¡±, deplora.
Alemania est¨¢ entre los pa¨ªses que ofrecen un apoyo cerrado al Gobierno israel¨ª. El canciller, Olaf Scholz, invoca constantemente su derecho a defenderse. Sin fisuras. Los pol¨ªticos de todo el arco parlamentario tambi¨¦n muestran su apoyo incondicional y recuerdan que la seguridad de este pa¨ªs es ¡°raz¨®n de Estado¡± para Berl¨ªn, un valor irrenunciable. Esta expresi¨®n, que en realidad es dif¨ªcil de traducir a la pr¨¢ctica, se ha vuelto com¨²n desde que la pronunciara la excanciller Angela Merkel en un discurso hist¨®rico ¡ªy en alem¨¢n¡ª en 2008 ante la Kneset, el Parlamento israel¨ª. ¡°Alemania, que intent¨® aniquilar la vida jud¨ªa durante el r¨¦gimen nazi, se siente obligada a garantizar un refugio seguro para los jud¨ªos, lo que considera que es Israel. Esa raz¨®n de Estado fue invocada de nuevo tras los atentados de Ham¨¢s y es lo que est¨¢ guiando la pol¨ªtica alemana¡±, explica el historiador J¨¹rgen Zimmerer, profesor en la Universidad de Hamburgo especializado en memoria hist¨®rica.
Ligero cambio de la ministra de Exteriores
Solo muy recientemente, esta misma semana, se ha visto un ligero cambio en la postura alemana. La ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, ha pedido p¨²blicamente a Israel respetar los derechos humanos en Gaza. ¡°Ya han muerto demasiados palestinos¡±, dijo el martes durante una visita oficial a Eslovenia, en las declaraciones m¨¢s cr¨ªticas con Israel que se le han escuchado hasta ahora. ¡°El hecho de que Ham¨¢s siga atacando a Israel desde infraestructuras civiles no exime a Israel de su responsabilidad de aliviar este incre¨ªble sufrimiento en Gaza y proteger a la poblaci¨®n civil: ni?os, familias¡±, insisti¨®. Sin embargo, Berl¨ªn sigue neg¨¢ndose a pedir un alto el fuego humanitario sostenido por considerar que beneficiar¨ªa a Ham¨¢s.
Mientras tanto, se suceden los casos de cancelaci¨®n de quienes defienden a los civiles palestinos, aunque a la vez condenen con claridad los sangrientos atentados de Ham¨¢s. Le ocurri¨®, por ejemplo, al fil¨®sofo esloveno Slavoj Zizek durante la inauguraci¨®n de la Feria del libro de Fr¨¢ncfort. Parte del p¨²blico lo abuche¨® y abandon¨® la sala cuando record¨® el sufrimiento de los civiles de Gaza. El Museo del Sarre, en Saarbr¨¹cken, cancel¨® hace unos d¨ªas la exposici¨®n de la artista sudafricana Candice Breitz por sus ¡°pol¨¦micas declaraciones¡± sobre la guerra de Gaza. Breitz, que es jud¨ªa, ha explicado que siempre se ha pronunciado contra el terrorismo de Ham¨¢s, pero manteniendo que ¡°la vida de los ni?os palestinos vale lo mismo que la de los jud¨ªos¡±.
El celo alem¨¢n ha llegado al extremo de retirar de la programaci¨®n de la cadena p¨²blica ARD una pel¨ªcula palestina, Wajib, ganadora de varios premios internacionales y que cuenta una historia intimista sobre la relaci¨®n entre un padre y un hijo. Pese a no tener nada que ver con la propaganda islamista, la cadena decidi¨® retirarla a finales de noviembre ¡°en vista de los recientes acontecimientos en Oriente Pr¨®ximo¡± y porque podr¨ªa ¡°ser malinterpretada¡±.
Escud¨¢ndose en la raz¨®n de Estado, se proh¨ªben manifestaciones, s¨ªmbolos y pancartas. El lema ¡°bombardear ni?os no es autodefensa¡± fue retirado recientemente en una protesta en Fr¨¢ncfort. ¡°El problema es que las personas de ascendencia palestina o ¨¢rabe sienten que no pueden expresar sus inquietudes y cr¨ªticas. Veremos en el futuro si esto conduce a una radicalizaci¨®n de ciertos grupos y tambi¨¦n a una fractura permanente de la sociedad¡±, alerta Zimmerer. La posibilidad de que suceda es muy real, insiste el historiador, porque la ultraderecha ha mezclado el debate sobre Israel y Palestina con el discurso sobre la migraci¨®n.
¡°Las exigencias de retirar la ciudadan¨ªa alemana a los manifestantes propalestinos de ascendencia ¨¢rabe han envenenado a¨²n m¨¢s el discurso p¨²blico¡±, asegura. Esta misma semana, el Gobierno de Sajonia-Anhalt (liderado por los democristianos, en coalici¨®n con socialdem¨®cratas y liberales) anunci¨® que todos los residentes en ese Estado oriental que quieran adoptar la ciudadan¨ªa alemana deber¨¢n firman un documento que reconozca expresamente ¡°el derecho a existir de Israel¡±.
Alemania persigue el antisemitismo, pero a juzgar por los mensajes de sus autoridades, se centra especialmente en el importado. El presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, pidi¨® a las personas de origen ¨¢rabe que se distancien claramente del odio a los jud¨ªos y de Ham¨¢s. Declaraciones similares ha hecho la ministra del Interior, Nancy Faeser, al reclamar a las organizaciones isl¨¢micas que adopten una ¡°postura clara contra el antisemitismo¡±. Ambos a?adieron que los musulmanes, que suman alrededor de cinco millones y medio de personas en Alemania, no deben ser objeto de una sospecha generalizada.
¡°No se nos permite decir stop al genocidio en el pa¨ªs que perfeccion¨® el concepto¡±, lamenta Deborah Feldman, autora de unas memorias que inspiraron la conocida serie de Netflix Unorthodox. Feldman, nacida en Estados Unidos, huy¨® de una comunidad jud¨ªa ultraortodoxa de Brooklyn y se instal¨® en Berl¨ªn, donde ha participado en numerosas protestas desde el 7 de octubre. ¡°Es un momento terriblemente triste y desesperado para nosotros¡±, asegura, en referencia a los jud¨ªos progresistas. Su presencia en uno de los programas de debate pol¨ªtico m¨¢s destacados el mes pasado provoc¨® gran impacto porque la suya fue una de las primeras voces que asegur¨® en la televisi¨®n p¨²blica que solo se puede extraer una lecci¨®n del Holocausto: ¡°La defensa absoluta e incondicional de los derechos humanos para todos¡±.
En declaraciones a EL PA?S, record¨® que el vicecanciller, el ecologista Robert Habeck, calific¨® en ese debate su postura como de ¡°admirable claridad moral¡±, pero dijo que no pod¨ªa apoyarla como pol¨ªtico de un pa¨ªs que cometi¨® la Shoah. ¡°Esto significa que hemos llegado a un punto en el discurso alem¨¢n en que el Holocausto se utiliza como justificaci¨®n para el abandono de la claridad moral¡±, asegura.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.