Parad¨®jico Sarkozy: condenado judicialmente e influyente en la pol¨ªtica y los negocios
El expresidente franc¨¦s presenta en Espa?a un nuevo libro tras concluir el segundo juicio por financiaci¨®n ilegal y a la espera de otro proceso por el uso de dinero libio en su campa?a de 2007
El expresidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy (Par¨ªs, 68 a?os) siempre va de cara. Hasta sus cr¨ªticos m¨¢s ac¨¦rrimos se lo pueden conceder. No practica lo que en Francia se llama la lengua de madera, la costumbre de tantos pol¨ªticos de hablar con f¨®rmulas huecas para no decir nada. En su ¨²ltimo libro, que ahora se publica en castellano, habla de Juan Carlos I y su nuera, la reina Letizia. Va directo, sin rodeos. ¡°La relaci¨®n [entre Juan Carlos y Letizia] no me pareci¨® ni de confianza ni de afecto¡±, escribe Sarkozy. ¡°Constat¨¦ claramente una reticencia, sin duda rec¨ªproca¡±.
La reflexi¨®n aparece en las p¨¢ginas de Los a?os de las luchas (Alianza editorial, en castellano) sobre la visita oficial a Madrid en 2009. Juan Carlos todav¨ªa reinaba y sus esc¨¢ndalos no hab¨ªan estallado. Tampoco los casos que marcar¨ªan a Sarkozy hasta hoy.
Casi 15 a?os despu¨¦s, Juan Carlos I ha ca¨ªdo en desgracia. Reside en Abu Dabi, lejos de su pa¨ªs y su familia, aunque no ha sido imputado ni condenado. El conservador Sarkozy, presidente entre 2007 y 2012, s¨ª ha sido condenado en dos casos por corrupci¨®n y financiaci¨®n ilegal, condenas recurridas y en suspenso. Hasta la sentencia definitiva se le presume inocente. Ahora est¨¢ a la espera de otro juicio e imputado en un cuarto caso.
Y, pese a todo, el presidente Emmanuel Macron le agasaja. Almuerzan de vez en cuando. La ¨²ltima vez, seg¨²n La Tribune, a finales de noviembre. Es m¨¢s: sus libros son superventas. Esta semana estar¨¢ en Madrid para presentar el ¨²ltimo, el primero en espa?ol. La editorial, Alianza, pertenece a Hachette, del grupo Lagard¨¨re, en cuyo consejo de administraci¨®n se sienta el expresidente, en una de sus m¨²ltiples actividades empresariales. Sarkozy nunca cay¨® en desgracia como Juan Carlos I. ?l sigue influyendo, se le sigue escuchando.
Franz-Olivier Giesbert, autor de la jugosa trilog¨ªa Historia ¨ªntima de la V Rep¨²blica y periodista de referencia en cabeceras como Le Nouvel Observateur, Le Figaro y Le Point, detecta nostalgia de Sarkozy. ¡°Hay nostalgia en una parte de la derecha¡±, dice, a pesar de que muchos, en Los Republicanos, partido que el expresidente fund¨®, no le perdonan que en las presidenciales de 2022 apoyase a Macron. ¡°Macron le consulta¡±, dice Giesbert, ¡°aunque no creo que le escuche demasiado¡±.
Que se le consulte y que suscite a?oranza puede sorprender, visto su historial judicial. ?Una anomal¨ªa francesa? ?O la prueba de que el historial judicial no es para tanto y por eso no hay problema en agasajarle?
¡°Nicolas Sarkozy disfruta de una especie de inmunidad en Francia por haber sido presidente de la Rep¨²blica¡±, dice Fabrice Arfi, periodista de investigaci¨®n en el diario Mediapart y autor de un breve ensayo sobre la corrupci¨®n en la pol¨ªtica francesa. A?ade Arfi: ¡°Es como si esto le ofreciese un muro que le permitiese, pol¨ªtica y medi¨¢ticamente, ser m¨¢s resistente a problemas que otros no podr¨ªan resistir, pues los hechos son grav¨ªsimos, teniendo en cuenta las funciones que desempe?aba¡±.
Giesbert cree que, si a Sarkozy se le escucha y entre un sector de la poblaci¨®n es popular, ¡°es porque, cuando le condenan, la gente no cree que sea algo serio¡±. ¡°Es terrible para la justicia francesa¡±, lamenta. Puntualiza: ¡°De todas maneras yo no soy sarkozysta¡±.
La anomal¨ªa, seg¨²n el veterano periodista, es lo que en su libro llama ¡°el encarnizamiento judicial insensato, como si los magistrados de la Fiscal¨ªa Nacional Financiera hubiesen decidido acabar con ¨¦l por todos los medios poni¨¦ndole un brazalete electr¨®nico antes de lanzarle a un calabozo hasta el final de sus d¨ªas, ?y que no se hable m¨¢s!¡±. Al tel¨¦fono, completa: ¡°Soy de los que piensa que no hay gran cosa detr¨¢s de estos casos¡±.
Animadversi¨®n
La venganza tendr¨ªa su origen cuando el presidente Sarkozy critic¨® a los magistrados y propuso una reforma que les desagradaba. Lo relata el expresidente en Los a?os de las luchas: ¡°No tardar¨ªa en comprobar lo profundo de la animadversi¨®n que mi persona hab¨ªa suscitado, de manera totalmente injusta, en parte de la judicatura¡±.
El argumento del expresidente es que, desde entonces, fiscales y jueces se la tienen jurada. En el caso por corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias en un supuesto intercambio de favores con un magistrado, fue condenado en 2021 a tres a?os de prisi¨®n, de los que debe cumplir uno. El Tribunal de Apelaciones confirm¨® la condena en mayo y el expresidente ir¨¢ al Supremo. En el caso de la financiaci¨®n de la campa?a para la reelecci¨®n en 2012, fue sentenciado a un a?o de c¨¢rcel. El juicio de apelaci¨®n acaba de terminar y el fallo se espera en febrero. En 2025 est¨¢ previsto el juicio por la supuesta financiaci¨®n de su campa?a de 2007 con dinero de la Libia de Muamar el Gadafi.
Tras la condena m¨¢s reciente, en mayo, Sarkozy denunci¨® en Le Figaro: ¡°Algunos magistrados libran un combate pol¨ªtico¡±. Sarkozy, al contrario que el l¨ªder de la izquierda Jean-Luc M¨¦lenchon cuando fue juzgado por encararse con un polic¨ªa durante un registro, no invoca el concepto de lawfare para quejarse de la supuesta politizaci¨®n de la justicia. Pero el significado parece similar. ¡°Yo lo llamo el cartel de la impunidad: personas de l¨ªneas pol¨ªticas distintas que, en el fondo, dicen lo mismo¡±, dice Arfi. ¡°Se trata de una destrucci¨®n de la gram¨¢tica republicana¡±.
¡°Hay algo muy berlusconiano aqu¨ª¡±, afirma el periodista de Mediapart en referencia al expresidente. ¡°Los atracadores y los traficantes reaccionan igual. Dicen: ¡®El problema es el fiscal¡¯. O: ¡®El juez no me quiere¡¯. En estos casos se dice que se defienden como pueden, pero cuando se trata del antiguo presidente, que ha sido el garante constitucional de la independencia de la justicia, para m¨ª es dram¨¢tico¡±. En una posici¨®n contraria, Giesbert opina sobre las acusaciones y condenas que pesan sobre el expresidente: ¡°Para m¨ª se trata de una vendetta¡±.
Pero Sarkozy no se va, ni se ir¨¢. Once a?os despu¨¦s de dejar el poder, sigue ah¨ª, hiperactivo ¡ª¡°soy un angustiado¡±, confes¨® una vez ante un juez¡ª y dedicado a una doble labor. Reivindicar su legado, truncado por la crisis financiera y la derrota ante el socialista Fran?ois Hollande. Y preparar su defensa judicial. Entre los recursos y al menos un nuevo juicio, le quedan a?os en el banquillo.
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