Las opciones de Trump de volver a la Casa Blanca quedan en manos del Supremo de Estados Unidos
El alto tribunal debe decidir si la prohibici¨®n contemplada en la decimocuarta enmienda de presentarse a un cargo p¨²blico a un ¡°insurrecto¡± puede aplicarse en el caso de la presidencia
La decisi¨®n del Tribunal Supremo de Colorado de impedir a Donald Trump presentarse a las primarias republicanas en ese Estado provoc¨® el martes por la noche la onda expansiva propia de los gestos hist¨®ricos, pero est¨¢ lejos de ser la ¨²ltima palabra en el debate jur¨ªdico sobre si el expresidente puede o no presentarse a las elecciones de noviembre de 2024.
Primero, porque la decisi¨®n, que se basa en la decimocuarta enmienda de la Constituci¨®n y da por probado que Trump particip¨® en una ¡°insurrecci¨®n¡± durante el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, implica solo eso: que su nombre no podr¨ªa figurar en las papeletas de Colorado, un Estado que, por otra parte, vot¨® dem¨®crata en 2016 y 2020. Pero sobre todo, porque esa ¨²ltima palabra ser¨¢, como tantas en este pa¨ªs, del Supremo de Washington.
Los magistrados de Colorado, en una votaci¨®n estrecha de cuatro contra tres, dieron a los abogados del expresidente hasta el 4 de enero para apelar a ese alto tribunal, y estos confirmaron inmediatamente que lo har¨ªan. A las pocas horas tambi¨¦n pidieron al Supremo que no entre a¨²n a valorar otro asunto pendiente: si el magnate goza de inmunidad por sus actos de los ¨²ltimos meses en la Casa Blanca.
Los nueve jueces del Supremo, tres liberales y seis conservadores, tres de los cuales fueron nombrados durante el mandato de Trump, pueden decidir que no entrar¨¢n en el asunto, pero es muy poco probable. ¡°Es casi imposible que no acepten el caso¡±, explic¨® este mi¨¦rcoles por correo electr¨®nico el profesor de Derecho y Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Massachusetts Amherst Paul Collins, autor de varios libros sobre el Supremo. ¡°Aborda una cuesti¨®n de extraordinaria importancia que no se ha respondido antes: si la cl¨¢usula de inhabilitaci¨®n de la decimocuarta enmienda se aplica al cargo de presidente¡±.
Nikhel Sus, uno de los abogados que litig¨® el caso en Colorado de parte de una organizaci¨®n de Washington llamada Ciudadanos por la Responsabilidad y la ?tica (CREW son sus siglas en ingl¨¦s), con experiencia en enfrentarse judicialmente a Trump, aclar¨® el mi¨¦rcoles en una entrevista telef¨®nica que conf¨ªan en que el Supremo se pronuncie con rapidez. ¡°Es de esperar que quieran acelerar el procedimiento, teniendo en cuenta la velocidad con la que el caso avanz¨® en las instancias inferiores y que hay un plazo [el 5 de enero] para que el secretario de Estado decida qu¨¦ nombres incluye en las papeletas [de Colorado]. Aunque todo es un poco incierto a¨²n¡±.
Para aspirar a la Casa Blanca, es obligatorio ser ciudadano estadounidense, tener m¨¢s de 35 a?os y haber residido en el pa¨ªs durante los ¨²ltimos 14. La Constituci¨®n no se lo proh¨ªbe expresamente a un investigado por un delito federal (Trump se enfrenta a 91, en cuatro casos distintos). Ni siquiera si lo declaran culpable.
Pero la citada enmienda, aprobada en 1868, contiene una secci¨®n, la tercera, que se redact¨® tras la Guerra de Secesi¨®n para que los sublevados del Sur no pudieran reincidir desde dentro del sistema present¨¢ndose a cargos oficiales. ¡°Ninguna persona podr¨¢ ser senador o congresista, elector del presidente o vicepresidente, o desempe?ar cualquier puesto civil o militar¡±, dice el texto, ¡°si, habiendo prestado previamente juramento de apoyo a la Constituci¨®n de Estados Unidos, ha participado en una insurrecci¨®n o rebeli¨®n contra la misma, o dado ayuda o consuelo a sus enemigos¡±.
Un acto de rebeld¨ªa
A la pregunta de si puede considerarse como un acto de insurrecci¨®n lo que Trump hizo el 6 de enero de 2021, d¨ªa en que convoc¨® una manifestaci¨®n en Washington que acab¨® en un ataque al Capitolio, el Supremo de Colorado ha respondido contundentemente que s¨ª, y que el discurso con el que aquel d¨ªa enardeci¨® a las masas no est¨¢ protegido por la primera enmienda, la que garantiza la libertad de expresi¨®n. Al final de la ma?ana del mi¨¦rcoles el presidente Joe Biden se mostr¨® de acuerdo. ¡°No hay ninguna duda, cero¡±, dijo a los periodistas, ¡°de que incit¨® a la insurrecci¨®n¡±.
Los magistrados de Colorado tambi¨¦n entienden que cabe aplicar esa prohibici¨®n al cargo de presidente, en contra del criterio de una jueza Sarah Wallace, que dict¨® la sentencia de una instancia inferior que fue recurrida, y en contra de los argumentos de los abogados de Trump, que defendieron que el presidente no es un funcionario de Estados Unidos y que su juramento de ¡°preservar, proteger y defender la Constituci¨®n¡± no es lo mismo que el de apoyarla que describe la decimocuarta enmienda.
Para Collins, que considera que la larga opini¨®n mayoritaria conocida el martes est¨¢ ¡°muy bien razonada¡±, el resultado m¨¢s probable es que el ¡°Supremo de Washington devolver¨¢ el nombre Trump a las papeletas de Colorado¡±. ¡°Pueden hacer esto de diferentes maneras¡±, explica. ¡°Por ejemplo, diciendo que la decimocuarta enmienda no alude al cargo de presidente, considerando que para impedir a alguien presentarse a la Casa Blanca es necesaria una condena penal, o diciendo que se trata de una cuesti¨®n pol¨ªtica en la que los tribunales no deber¨ªan entrar¡±. Lo que est¨¢ claro, a?ade, es que, en el improbable caso de que as¨ª lo desee, el alto tribunal no tiene la potestad de ¡°impedir que Trump se presente en los 50 estados¡±. ¡°Tendr¨ªa que ser una decisi¨®n tomada en cada uno de ellos por separado¡±.
Si consideran que la decisi¨®n del Supremo de Colorado es err¨®nea, eso s¨ª tendr¨ªa efectos en todo el pa¨ªs.
?Por qu¨¦, entonces, tanto revuelo? Porque el de Colorado es un ejemplo que podr¨ªan seguir en otros territorios, m¨¢s decisivos que ese. Si fueran suficientes como para hacer matem¨¢ticamente imposible que Trump junte los votos electorales suficientes, eso equivaldr¨ªa a inhabilitarlo. De momento, hay casos parecidos abiertos, entre otros lugares, en Maine, M¨ªchigan y Oreg¨®n. En Minnesota y Nuevo Hampshire, intentos similares al de Colorado han naufragado en los tribunales, por cuestiones de procedimiento o de competencia.
¡°Hay una l¨®gica poderosa en el razonamiento del Supremo de Colorado que otros podr¨ªan seguir¡±, consider¨® en declaraciones a EL PA?S el historiador presidencial Russell Riley. ¡°Es una l¨®gica, por cierto, simple: mejor no confiar de nuevo para desempe?ar un cargo en alguien que se mostr¨® tan arrogante la primera vez que jur¨®¡±.
Riley, codirector del centro Miller de la Universidad de Virginia en Charlottesvile, pronunci¨® dos palabras, ¡°territorio inexplorado¡±, que se escucharon repetidamente en los an¨¢lisis del d¨ªa siguiente. ¡°No existe ning¨²n precedente para esto en la historia presidencial de este pa¨ªs¡±, aclar¨®.
En el caso del Supremo, algunos analistas s¨ª apuntaron uno: el fallo del Supremo en el caso de Bush contra Gore, que zanj¨® la disputa por el recuento de votos en Florida en las elecciones de 2000 y acab¨® d¨¢ndole la presidencia a George Bush hijo. ¡°Son dos casos con enormes implicaciones en el funcionamiento de la pol¨ªtica en Estados Unidos¡±, opina Collins. ¡°Aquel ilustr¨® claramente cu¨¢n ideol¨®gico puede ser el Supremo, y es probable que este caso tenga un resultado partidista similar. Curiosamente, sus magistrados pudieron recuperar gran parte de su apoyo p¨²blico despu¨¦s de aquello. Con sus actuales ¨ªndices de aprobaci¨®n en su nivel m¨¢s bajo de todos los tiempos, ser¨¢ fascinante ver c¨®mo esto afecta su decisi¨®n sobre Trump a su legitimidad ante la opini¨®n p¨²blica¡±.
Adem¨¢s de por la poca confianza que inspira, la mayor¨ªa del alto tribunal estadounidense se caracteriza por interpretar la Constituci¨®n de la manera m¨¢s fiel posible, as¨ª que ser¨¢ interesante tambi¨¦n ver c¨®mo lo hacen en este caso. Curiosamente, la teor¨ªa jur¨ªdica que hay detr¨¢s del intento de inhabilitaci¨®n de Colorado tambi¨¦n procede, como algunos de los magistrados m¨¢s famosos de Washington, del campo del ¡°originalismo¡±, que aboga por no despegarse de un texto escrito hace m¨¢s de dos siglos. Esa teor¨ªa empez¨® a tomar fuerza en agosto, tras la difusi¨®n de un art¨ªculo acad¨¦mico de 126 p¨¢ginas para la revista jur¨ªdica de la Universidad de Pensilvania. Lo firmaban William Baude y Michael Stokes Paulsen, dos reputados acad¨¦micos conservadores.
Despu¨¦s de conocerse la resoluci¨®n judicial, Trump dio un mitin en Iowa, el Estado donde en enero empezar¨¢, con los caucus, el proceso de las primarias para elegir candidato en el Partido Republicano. Ante sus fieles, no se refiri¨® a los magistrados de Colorado, pero s¨ª dijo (en may¨²sculas) en su red social, Truth, que el martes fue ¡°UN D?A TRISTE PARA ESTADOS UNIDOS¡±. Tambi¨¦n lanz¨® una campa?a de recaudaci¨®n con un mensaje en el que dec¨ªa: ¡°As¨ª es c¨®mo nacen las dictaduras. No permitir¨¦ que jueces de izquierda ROBEN los votos de la MAYOR?A de los estadounidenses¡±. La ret¨®rica es la misma que en los ¨²ltimos meses le ha servido para cimentar a¨²n m¨¢s su base de fieles.
Trump saca una ventaja que se antoja un abismo al resto de los candidatos republicanos, que reaccionaron a la noticia cerrando filas en la defensa de su principal rival. Los seguidores de Trump hablan de ¡°persecuci¨®n pol¨ªtica¡±, consideran que el cerco judicial en varios frentes que asedia al expresidente es una manera de ganar en los tribunales lo que los dem¨®cratas no podr¨¢n lograr en las urnas. Uno de esos aspirantes, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, fue a¨²n m¨¢s lejos en un acto p¨²blico el martes por la noche al decir que la estrategia con la acumulaci¨®n de casos en su contra es mejorar sus perspectivas en las primarias para despu¨¦s poder derrotarlo en el banquillo cuando se enfrente cara a cara contra Biden.
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