La posguerra de Gaza y la fallida reforma judicial tensionan la coalici¨®n de gobierno de Netanyahu
EE UU y la UE presionan al primer ministro israel¨ª para que la Autoridad Nacional Palestina gestione el territorio tras el conflicto. Los ultraortodoxos y ultranacionalistas vigilan al l¨ªder conservador y reclaman una Franja ocupada y nuevos asentamientos
El diagn¨®stico sobre la capacidad de maniobra del Gobierno israel¨ª frente a la guerra en Gaza y sus derivadas lo dio Joe Biden el pasado 12 de diciembre. El presidente de Estados Unidos manifest¨® ese d¨ªa que Benjam¨ªn Netanyahu deb¨ªa cambiar de coalici¨®n de gobierno ¡ª¡±la m¨¢s conservadora de la historia¡±, dijo¡ª porque ¡°le est¨¢ haciendo muy dif¨ªcil moverse¡±. Casi un mes despu¨¦s de esas declaraciones, los ultraortodoxos y los ultranacionalistas del Ejecutivo de concentraci¨®n forjado por el primer ministro israel¨ª siguen chocando con ¨¦l por el escenario posterior al conflicto. Reclaman abiertamente la ocupaci¨®n total de Gaza, la construcci¨®n de nuevos asentamientos e incluso la expulsi¨®n de los palestinos de ese territorio, lo que limita dr¨¢sticamente los movimientos de su jefe de Gobierno. A este escenario se suma ahora el fiasco de la controvertida reforma judicial defendida por Netanyahu, que el Tribunal Supremo anul¨® este lunes.
La posici¨®n m¨¢s extremista la representa el ministro del Interior, Itamar Ben Gvir, del ultraderechista Otsm¨¢ Yehudit (Poder Jud¨ªo). Este lunes volvi¨® a defender como escenario de posguerra la expulsi¨®n de todos los gazat¨ªes de la Franja. ¡°La soluci¨®n de animar a todos los residentes en Gaza a emigrar es algo en lo que debemos avanzar¡±, dijo en un acto de partido. ¡°Es la soluci¨®n correcta, moral y humana¡±. Despu¨¦s pidi¨® al primer ministro que coordinara un proyecto legal de emigraci¨®n, ¡°un proyecto que empuje a los gazat¨ªes a emigrar a otros pa¨ªses del mundo¡±. ¡°Seamos claros: tenemos socios en el mundo de cuya ayuda podemos servirnos¡±, afirm¨®. Ben Gvir considera que alentando la emigraci¨®n de los palestinos, los residentes de las poblaciones cercanas a la Franja que fueron atacadas el 7 de octubre por la milicia palestina Ham¨¢s podr¨ªan volver a sus casas, pero tambi¨¦n los de los asentamientos de Gush Katif, en la propia Gaza, que fueron cerrados y evacuados en 2005.
Una posici¨®n similar mantiene el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich. El domingo, en una entrevista de la radio del ej¨¦rcito, asegur¨® que su aspiraci¨®n era que Gaza dejara de ser ¡°un semillero en el que dos millones de personas crecen en el odio y aspiran a destruir el Estado de Israel¡±. A diferencia de Ben Gvir, este dirigente no esboz¨® el m¨¦todo de echar a los palestinos residentes en la Franja, pero se mostr¨® partidario de expulsar a cerca del 90% de la poblaci¨®n. ¡°Si hubiera 100.000 o 200.000 ¨¢rabes en Gaza y no dos millones, el discurso sobre el d¨ªa despu¨¦s [de la guerra] ser¨ªa diferente¡±, afirm¨®. Para ello, defiende que Israel tome el control de la Franja no solo mediante la presencia militar, sino tambi¨¦n la de civiles. Algunas voces dentro del conservador Likud, el partido del primer ministro, tambi¨¦n han pedido ¡°facilitar¡± la salida de gazat¨ªes de su territorio ¡°de manera voluntaria¡± hacia pa¨ªses de ?frica o Am¨¦rica Latina.
Un portavoz del Departamento de Estado de EE UU ha asegurado este martes que Washington rechaza las manifestaciones de ambos ministros pidiendo nuevos asentamientos israel¨ªes en Gaza. ¡°Esta ret¨®rica es incendiaria e irresponsable¡±. ¡°Tanto el Gobierno de Israel como el primer ministro nos han asegurado que no reflejan la pol¨ªtica del Ejecutivo israel¨ª. Tienen que parar inmediatamente¡±, ha afirmado en un comunicado. Y ha a?adido: ¡°Hemos sido claros, coherentes e inequ¨ªvocos en que Gaza es territorio palestino y seguir¨¢ si¨¦ndolo sin que Ham¨¢s lo controle y sin grupos terroristas que amenacen a Israel. Ese es el futuro que buscamos en el inter¨¦s de los israel¨ªes, los palestinos, toda la regi¨®n y el mundo¡±.
Reducida capacidad de maniobra
En esas condiciones, la capacidad de maniobra de Netanyahu queda muy restringida. Washington, la UE, Naciones Unidas y sus aliados ¨¢rabes le presionan cada vez m¨¢s para dise?ar una posguerra en la que est¨¦ presente en Gaza la Autoridad Nacional Palestina, ahora solo al cargo en Cisjordania. El escenario que le plantean es retomar el camino de las conversaciones que llevaron a los acuerdos de Oslo ¡ªlos que dieron lugar a la creaci¨®n de esa autoridad y repartieron las responsabilidades de administraci¨®n civiles y de seguridad entre el nuevo organismo e Israel¡ª con la vista puesta en la creaci¨®n de un Estado palestino.
Netanyahu se ha negado durante a?os a retomar esas negociaciones para evitar nuevas concesiones territoriales a los palestinos, aunque tras el inicio de la guerra y el aumento de la presi¨®n internacional y la interna para traer de vuelta a los 129 rehenes todav¨ªa en manos de Ham¨¢s, ha flexibilizado su posici¨®n, aunque siempre haciendo equilibrios.
Los pasos han sido t¨ªmidos debido a la restricci¨®n de movimientos que le impone la cohesi¨®n de su coalici¨®n. En p¨²blico, Netanyahu ha mantenido que no quiere ¡°cambiar Hamast¨¢n por Fatahst¨¢n¡±, es decir, que no quiere que Fatah, el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas, sea quien mande en Gaza cuando logre hipot¨¦ticamente su objetivo de ¡°erradicar a Ham¨¢s¡±. Sin embargo, el 21 de diciembre, el jefe de su Consejo de Seguridad public¨® un art¨ªculo en un peri¨®dico saud¨ª en el que se abr¨ªa a una ¡°autoridad palestina desradicalizada¡± en la Franja. En cada rueda de prensa, el primer ministro enfatiza la idea de luchar hasta el final para acabar con la organizaci¨®n islamista. Despu¨¦s, tras las c¨¢maras, cede ante EE UU, que le pide que reduzca la escala de su asedio y abra la posibilidad de retirar parte de las tropas. Este lunes, cinco brigadas han salido de territorio gazat¨ª, aunque el Gobierno y el ej¨¦rcito aseguran que la maniobra no supone una reducci¨®n de la intensidad de los combates.
Las tensiones que provocan el agarrotamiento de Netanyahu en esta crisis sin precedentes no solo le vienen por los partidos m¨¢s a su derecha, tambi¨¦n por los que se sit¨²an m¨¢s a su izquierda, aunque con menor intensidad. El m¨¢s moderado Partido de Unidad Nacional del ministro Benny Gantz ¡ªque, seg¨²n las encuestas, ahora ganar¨ªa las elecciones¡ª rechaz¨® el pasado julio la principal apuesta del primer ministro, la reforma judicial para privar al Supremo de la facultad de juzgar la razonabilidad de las decisiones del Gobierno, una iniciativa que este lunes tumbaron los propios magistrados del alto tribunal.
Gantz apost¨® el lunes por dejar la batalla del Tribunal Supremo para despu¨¦s de la guerra. ¡°Estos no son d¨ªas para discusiones pol¨ªticas, hoy no hay ganadores ni perdedores¡±, mantuvo en X, el antiguo Twitter. ¡°Hoy solo tenemos un objetivo com¨²n: ganar la guerra juntos¡±, a?ad¨ªa, al tiempo que record¨® la polarizaci¨®n e incluso el odio que gener¨® la aprobaci¨®n de esa reforma solo con el apoyo de los ortodoxos y los ultras que sostienen al primer ministro. Sin embargo, el pasado s¨¢bado, cuando ya se hab¨ªa filtrado a los medios un borrador de la sentencia que anul¨® finalmente el proyecto, rechaz¨® comparecer en rueda de prensa junto a Netanyahu tras una reuni¨®n del gabinete de guerra, del que tambi¨¦n forma parte junto al ministro de Defensa, Yoav Gallant, al considerar que no hab¨ªa novedades sobre las que informar.
La derogaci¨®n de la reforma judicial tiene, adem¨¢s, una derivada que afecta al modo en que se conduce la guerra. Varios juristas advirtieron este lunes que la sentencia refuerza la separaci¨®n de poderes y permite que los tribunales israel¨ªes inicien hipot¨¦ticas investigaciones independientes contra los cargos pol¨ªticos y miembros del ej¨¦rcito en caso de que la justicia internacional formule acusaciones contra ellos de delitos como genocidio, cr¨ªmenes de guerra o cr¨ªmenes contra la humanidad. La posibilidad de abrir un caso con todas las garant¨ªas en Israel impedir¨ªa al Tribunal Penal Internacional (TPI) encargarse de instruirlos y dificultar¨ªa la posibilidad de que se ordene la detenci¨®n de los investigados en cualquier otro pa¨ªs. Si la reforma no hubiera sido anulada, la justicia israel¨ª podr¨ªa haber dejado de cumplir los est¨¢ndares internacionales, lo que habr¨ªa permitido al TPI actuar sin restricciones.
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