Tres opciones ante las elecciones de Taiw¨¢n: m¨¢s cerca de China, m¨¢s lejos o una promesa de cambio
Los actos de campa?a de los principales partidos muestran las distintas opciones de la isla ante los comicios del s¨¢bado. ¡°Entre tres manzanas malas, hay que elegir una¡±, dice un seguidor del PPD, que lidera las encuestas
Quedan pocos d¨ªas para acudir a las urnas este s¨¢bado y las calles de Taip¨¦i, la capital de Taiw¨¢n, est¨¢n cubiertas de ambiente electoral. Numerosos autobuses llevan en el lomo el rostro de los candidatos a las presidenciales y al Yuan Legislativo (el Parlamento), carteles decoran edificios y tiendas y voluntarios en las esquinas entregan publicidad. Hasta ah¨ª, todo resulta bastante familiar. Luego est¨¢n las cosas t¨ªpicamente taiwanesas de la campa?a: es mi¨¦rcoles, a esa hora en que la gente regresa a casa del trabajo, cuando un grupo de unas 20 personas, calados con la gorra turquesa del joven Partido Popular de Taiw¨¢n (PPT) y agitando las banderas de la formaci¨®n, avanzan a buen ritmo por las calles del distrito de Xinyi.
Para seguirlos hay que apretar la zancada. Van escoltados por la polic¨ªa, que les apura para que crucen el paso de cebra; entregan banderines aqu¨ª y all¨¢, y mientras avanzan, el pelot¨®n de voluntarios grita el nombre de Ko Wen-je, el candidato a presidente, y lo aclaman con un apelativo en dialecto local: ¡°?A-bei, a-bei! [?T¨ªo, t¨ªo!]¡±, una f¨®rmula habitual para dirigirse a las personas mayores, que refleja el car¨¢cter desenfadado y pegado a la tierra de este antiguo m¨¦dico que ha ejercido como alcalde de Taip¨¦i hasta 2022. Su papeleta ha ascendido sorpresivamente en los sondeos. La escalada se debe sobre todo al apoyo de los j¨®venes, a la difusi¨®n de mensajes en redes sociales y a gente an¨®nima que arrima el hombro, como el esperanzado Chen Ting-wei, un agente inmobiliario de 32 a?os, que ha venido tras acabar su jornada para difundir el mensaje en esta especie de yincana callejera. ¡°No sabemos con certeza si traer¨¢ un cambio¡±, dice. ¡°Pero al menos es una oportunidad¡±.
La agrupaci¨®n naci¨® en 2019, y se presenta como una alternativa al gobernante Partido Progresista Democr¨¢tico (PPD) y al nacionalista Kuomintang (KMT), los dos ¨²nicos que han regido la isla desde las primeras elecciones democr¨¢ticas en 1996. La victoria de Ko Wen-je, remota, pero no descartable (en los ¨²ltimos sondeos, de principios de enero, aparec¨ªa en tercera posici¨®n), llevar¨ªa a Taiw¨¢n a territorio ignoto tras m¨¢s de 25 a?os de bipartidismo. Es precisamente lo que quiere Chen, que protesta porque los dos partidos tradicionales no ofrecen un cambio real. Para estos dos, prosigue, todo se reduce a las relaciones a trav¨¦s del estrecho de Taiw¨¢n, con un partido (el KMT) m¨¢s cercano a China y otro (el PPD) m¨¢s independiente. ¡°Y eso supone que Taiw¨¢n no est¨¢ haciendo ning¨²n progreso, est¨¢ atrapada en medio¡±.
Muchos j¨®venes han visto en Ko a un tipo con experiencia al frente de la capital, con fama de gesti¨®n transparente, y que les habla de sus problemas cotidianos, como el acceso a la vivienda o los bajos salarios. Estas cuestiones a menudo quedan ensombrecidas bajo la pugna geopol¨ªtica entre las dos grandes superpotencias: China, que considera a la isla autogobernada una parte irrenunciable de su territorio, y Estados Unidos, principal apoyo de Taiw¨¢n.
Otro de los voluntarios a?ade que se ha sumado a la comitiva porque quiere apoyar a un partido con pocos recursos. Opina que el PPT busca cambiar la cultura electoral, sin depender de donaciones o pr¨¦stamos para su campa?a. En el rostro de estos ciudadanos se percibe el entusiasmo de las primeras veces. ¡°?Quieres un bander¨ªn?¡±.
Es la recta final. Los eventos pol¨ªticos se superponen. El pelot¨®n de voluntarios del PPT, por ejemplo, pasa en un momento dado ante un aparcamiento donde, poco a poco, comienzan a congregarse los simpatizantes de uno de sus rivales, el KMT. Este es el partido heredero del bando que huy¨® de China en 1949 tras caer derrotado por los comunistas de Mao Zedong en la guerra civil china. Los vencidos se asentaron en la isla de Taiw¨¢n, donde fundaron una especie de gobierno en el exilio, bajo la batuta del l¨ª?der del KMT, el dic?tador Chiang Kai-shek. Su viaje es el origen de uno de los grandes conflictos geopol¨ªticos de nuestra era. El partido va segundo en las encuestas presidenciales, aunque encabeza los sondeos al Parlamento.
Los seguidores del KMT son, a primera vista, de mayor edad. Y la bandera que agitan en el aire es distinta: la ense?a oficial de Taiw¨¢n. Aguardan a que arranque una caravana electoral, otra de las peculiaridades taiwanesas. Los pol¨ªticos recorren a menudo las calles a bordo de veh¨ªculos que recuerdan al Papam¨®vil. Saludan y piden el voto a trav¨¦s de altavoces. En este caso, se trata de Jaw Shaw-kong, que aspira a la vicepresidencia, y Hsu Chiao-hsin, que opta al Legislativo.
Cuando la caravana se pone en marcha, los seguidores gritan el nombre del l¨ªder y candidato a presidente: ¡°?Hou Yu-ih, gana las elecciones!¡±. Y, en un suspiro, la comitiva se esfuma calle abajo. Uno de los presentes, un jubilado llamado Wang Der-song, de 69 a?os, dice que el PPD, el actual partido de Gobierno, que lleva ocho a?os en el poder, ¡°provoca deliberadamente a China y no quiere di¨¢logo ni comerciar¡± con este pa¨ªs. El KMT es el partido preferido en Pek¨ªn.
¡°Me gustar¨ªa que hubiera paz y amistad a trav¨¦s del Estrecho¡±, aporta Hou Jun-luen, exfuncionaria de 69 a?os, cuando se le pregunta si estar¨ªa a favor de una reunificaci¨®n con China. Valora positivamente el progreso del gigante asi¨¢tico: ¡°Los edificios de all¨ª son m¨¢s altos¡±. Tiene un hijo viviendo en Pek¨ªn (al que ha visitado hace poco), otro en Silicon Valley y una tercera en Taip¨¦i. Su marido, profesor retirado de historia, tras recordar la presencia china en Taiw¨¢n desde la dinast¨ªa Qing (1644¨C1911), asegura que un cambio del statu quo llevar¨ªa al conflicto con China.
Finalmente, est¨¢n los m¨ªtines multitudinarios de cierre de campa?a. El partido favorito, el PPD, celebra en la noche del jueves uno en un bulevar junto a la sede del Gobierno, en Taip¨¦i. Logra reunir a miles de personas. El acto tiene algo de evento deportivo. Hay riadas de gente ya desde la salida del metro m¨¢s cercano, a lo lejos, las pantallas gigantes muestran lo que sucede en el escenario, los potentes focos apuntan al cielo y bailotean en el cuenco oscuro de la noche. Mientras suena m¨²sica ¨¦pica, y uno de los l¨ªderes del partido calienta motores antes del discurso de los primeros espadas, Yuhsiang Ying, profesora de instituto de 35 a?os, da sus motivos para su apoyo: ¡°Todos sentimos que China no es realmente amistosa con Taiw¨¢n, y que necesitamos un partido que nos respalde y nos ayude a defender nuestro pa¨ªs¡±. Esta formaci¨®n es la que menos gusta en China.
Andrew Woo, de 45 a?os, tambi¨¦n profesor en una escuela de negocios, a?ade en referencia a los tres partidos que se disputan la presidencia: ¡°Entre tres manzanas malas, hay que elegir una. Y desde luego, una est¨¢ podrida, el KMT, que es m¨¢s pro-China¡±. En su opini¨®n, la formaci¨®n de Gobierno lo ha hecho ¡°bien¡± en los ¨²ltimos a?os. El PIB per c¨¢pita supera al de Jap¨®n, dice; la Bolsa taiwanesa va mejor que la de Hong Kong. Y tampoco ve riesgo de conflicto. ¡°Muchos dicen que China atacar¨¢ si sale elegido este partido, pero ha sucedido ya antes. No creo que China sea una amenaza. Es un tigre de papel¡±. A lo que su novia, junto a ¨¦l, a?ade: ¡°Y si votamos al KMT corremos el riesgo de convertirnos en Hong Kong o Xinjiang¡±.
El p¨²blico agita las banderas, los altavoces atronan y la presentadora anuncia finalmente al candidato que, con mayor probabilidad, ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de Taiw¨¢n: ¡°?Lai Ching-te!¡±. ¡°El mundo entero est¨¢ pendiente de la decisi¨®n de Taiw¨¢n¡±, arranca su discurso Lai, actual vicepresidente. ¡°Si avanza hacia el futuro o vuelve al pasado; si abraza el mundo o se encierra en China; si se aferra a los valores democr¨¢ticos o se pliega al autoritarismo¡±.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.