Unas 2.000 personas se manifiestan por la paz en Tel Aviv mientras Netanyahu augura ¡°muchos meses hasta la victoria¡±
El primer ministro israel¨ª comunica a Estados Unidos que no propiciar¨¢ un Estado palestino cuando acabe el conflicto en Gaza
Unas 2.000 personas se han manifestado este jueves en Tel Aviv para pedir el fin de la guerra el mismo d¨ªa en que el presidente israel¨ª, Isaac Herzog, aseguraba en Davos (Suiza) que ¡°ning¨²n israel¨ª en su sano juicio est¨¢ dispuesto ahora a pensar¡± en un acuerdo de paz con los palestinos y que el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, auguraba ¡°muchos meses¡± de combates hasta ¡°lograr la victoria¡± en Gaza.
La protesta, con el lema ¡°Solo la paz trae seguridad¡±, se ha celebrado gracias a una medida cautelar del Tribunal Supremo, tras prohibirla la pasada semana la polic¨ªa, dependiente del ministerio que lidera el ultraderechista Itamar Ben Gvir (Seguridad P¨²blica). Aunque ha sido la mayor manifestaci¨®n en el pa¨ªs contra la guerra desde su inicio hace 104 d¨ªas, su relativamente escasa asistencia muestra la dificultad de que cale el mensaje del pacifismo tras el ataque de Ham¨¢s el 7 de octubre, que dej¨® unos 1.200 muertos.
Seg¨²n los sondeos, la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n apoya la continuaci¨®n de la guerra hasta la eliminaci¨®n de Ham¨¢s. Cuando acabe, no habr¨¢ horizonte hacia un Estado palestino, como pide Estados Unidos, seg¨²n le ha comunicado Netanyahu a su principal aliado. ¡°Les he dicho esta verdad a nuestros amigos estadounidenses y par¨¦ el intento de imponernos una realidad que perjudicar¨ªa la seguridad de Israel¡±, asegur¨® en una comparecencia.
La marcha estaba organizada por De pie juntos y Mujeres por la Paz, dos organizaciones de la sociedad civil que ponen el foco en la acci¨®n conjunta jud¨ªo-¨¢rabe y vienen ganando visibilidad en los ¨²ltimos a?os. La han secundado tambi¨¦n una veintena de colectivos de izquierda, pacifistas y de derechos humanos opuestos a la ocupaci¨®n militar.
Los manifestantes han coreado lemas y portado pancartas como ¡°En Gaza y en Sderot [ciudad israel¨ª cercana a la Franja y blanco de cohetes], los ni?os quieren vivir¡± o ¡°La mayor¨ªa pide un alto el fuego¡±. Unos pocos ondeaban banderas israel¨ªes y ninguno, palestinas, que la polic¨ªa impide mostrar. Los agentes, de hecho, han quitado por la fuerza de la cabeza un gorro de lana con los colores de ambas banderas a una manifestante, Shoshana Lavan, que rechazaba hacerlo. Lavan, una profesora de 44 a?os, ped¨ªa un alto el fuego definitivo y vinculado al regreso de los rehenes como ¡°primer paso¡±, antes de tratar de resolver el conflicto de forma permanente. ¡°Esto de matarnos y que nos maten ellos no nos lleva a ning¨²n lado. Ya hemos tenido suficiente¡±, aseguraba.
Lo defend¨ªa tambi¨¦n Mor Benedek, de 20 a?os, con un t¨ªo asesinado el 7 de octubre y un hermano hoy de uniforme en Gaza, movilizado como reservista en el ej¨¦rcito. ¡°Quiero asegurarme de que lo que le pas¨® a mi t¨ªo no vuelva a suceder¡±, defend¨ªa, dando la vuelta al discurso mayoritario sobre la necesidad de la guerra. ¡°Tambi¨¦n¡±, prosigue, ¡°mandar un mensaje en este momento en que tantos jud¨ªos y ¨¢rabes son perseguidos por expresarse contra la guerra¡±. ¡°La prioridad es lograr un alto el fuego. No tiene ning¨²n sentido que esto siga. Y luego que la gente que ahora la apoya entienda que la soluci¨®n militar nunca funciona¡±, se?alaba el mismo d¨ªa en que la milicia hut¨ª lanzaba desde Yemen por quinta vez un misil contra la ciudad israel¨ª de Eilat. Fue interceptado.
Las ideas de futuro y esperanza estaban muy presentes en los c¨¢nticos y en los discursos desde el estrado, ubicado frente la Cinemateca de la ciudad y donde tomaron la palabra tanto jud¨ªos como ¨¢rabes. Tambi¨¦n all¨ª se defendieron las causas que m¨¢s movilizan: un acuerdo para traer de vuelta a todos los rehenes a¨²n en Gaza ¨D¡±?Ahora!¡±, coreaban con frecuencia los manifestantes¨D y elecciones anticipadas para echar a Netanyahu del poder. Pero incluso en Tel Aviv, considerada la ciudad m¨¢s liberal y secular del pa¨ªs, palabras como paz, alto el fuego y ocupaci¨®n chirr¨ªan a muchos, sobre todo en estos momentos.
Cada pocos metros, alg¨²n viandante increpaba a los manifestantes. ¡°?Qu¨¦ paz? ?No entend¨¦is que los ¨¢rabes quieren matarnos?¡±, les gritaba uno de ellos. ¡°Odio a Bibi [el mote por el que es conocido Netanyahu] tanto como vosotros, pero la palabra ocupaci¨®n me aleja de vosotros¡±, dec¨ªa otro. Cuando los participantes coreaban ¡°Jud¨ªos y ¨¢rabes rechazan ser enemigos¡±, un taxista baj¨® la ventanilla para chillarles: ¡°Los ¨¢rabes merecen morir¡±. Aunque el lema de la protesta estaba escrito en hebreo y en ¨¢rabe y hubo tambi¨¦n oradores palestinos, la inmensa mayor¨ªa de los manifestantes eran jud¨ªos de distintas edades.
La manifestaci¨®n tiene como tel¨®n de fondo la lucha de Ben Gvir con las instituciones a las que quer¨ªa restar poder con la reforma judicial, cuya primera ley de peso anul¨® recientemente el Tribunal Supremo. A ra¨ªz del ataque del 7 de octubre, orden¨® a la polic¨ªa ¡°impedir protestas identific¨¢ndose con los nazis de Ham¨¢s¡±, en sus palabras.
Protestas prohibidas
Desde entonces, las protestas contra la guerra de Gaza han estado mayoritariamente prohibidas, en especial en las zonas del pa¨ªs de mayor¨ªa palestina. Cuatro exdiputados ¨¢rabes en el Parlamento israel¨ª fueron incluso arrestados en noviembre cuando se dirig¨ªan a una en la ciudad de Nazaret. La polic¨ªa tambi¨¦n las ha impedido en las ciudades ¨¢rabes de Um el Fahem y Sajn¨ªn (con la aquiescencia del Supremo) y, m¨¢s recientemente, en la mixta Haifa. All¨ª fue convocada una para el s¨¢bado pasado, con la participaci¨®n de decenas de colectivos judeo-¨¢rabes, pero el jefe de polic¨ªa de la zona le neg¨® la luz verde ¡°por preocupaci¨®n genuina a que perturbe gravemente el orden p¨²blico¡±.
La pasada semana, la polic¨ªa prohibi¨® la celebrada este jueves. La Asociaci¨®n de Derechos Civiles de Israel, la mayor de derechos humanos en el pa¨ªs, la acus¨® de actuar ¡°al servicio de Ben Gvir, al rechazar las manifestaciones que no concuerdan con las pol¨ªticas del Gobierno¡±, y le record¨® que ¡°el derecho de expresi¨®n no es privativo de un solo lado del mapa pol¨ªtico ni desaparece en tiempo de guerra¡±.
La asesora jur¨ªdica del Gobierno, Gali Baharav-Miara, se?al¨® luego a Ben Gvir por ¡°intervenir err¨®nea e ilegalmente¡± en el trabajo policial, y ¨¦l respondi¨® acus¨¢ndola de odiarlo y guiarse por motivaciones ideol¨®gicas.
El Supremo dict¨® entonces una medida cautelar contra ¨¦l, al considerar que hab¨ªa violado una orden que ya le dio al respecto el a?o pasado, durante los meses de protestas multitudinarias contra la controvertida reforma. Es la que le impide dar ¡°instrucciones operativas¡± a la polic¨ªa sobre ¡°la aplicaci¨®n de su pol¨ªtica respecto al ejercicio de derecho a manifestarse y la libertad de protesta¡±. Es decir, le se?ala que puede decidir la pol¨ªtica general a seguir, pero no entrar en cu¨¢ndo o cu¨¢nta fuerza usar, ni en qu¨¦ protestas permitir. ¡°?C¨®mo se puede tomar una decisi¨®n que permite al enemigo manifestarse contra nuestros soldados cuando d¨ªa tras d¨ªa enterramos a los mejores de nuestros hijos combatientes?¡±, respondi¨® en Facebook.
Tel Aviv ya alberg¨® una protesta contra la guerra en noviembre. La polic¨ªa no dio permiso inicialmente, intervino el Supremo y al final se celebr¨® limitada a un m¨¢ximo de 700 asistentes y con la promesa de no llevar banderas palestinas. Este martes hubo adem¨¢s una peque?a concentraci¨®n contra la guerra de decenas de personas, en su mayor¨ªa de avanzada edad. En un video difundido en las redes sociales, se puede ver c¨®mo un polic¨ªa quita por la fuerza una pancarta de las manos a una manifestante tras advertir de que el lema, ¡°Basta de la masacre¡±, ¡°molestaba¡± a la gente que pasaba por la acera.
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