Grupos ultras intentan bloquear la entrada de ayuda en Gaza: ¡°Al enemigo se le mata, no se le alimenta¡±
Dos centenares de israel¨ªes se manifiestan y frenan los camiones en el puerto de Ashdod, uno de los puntos de acceso a la Franja palestina, para presionar por la liberaci¨®n de rehenes en manos de Ham¨¢s
Israel est¨¢ siendo escenario de manifestaciones para reclamar que se bloquee el env¨ªo de ayuda humanitaria a Gaza. Defienden abiertamente que dejar sin comida y agua a los gazat¨ªes es una buena medida de presi¨®n para que sean liberados los 136 rehenes que permanecen en el enclave palestino, principalmente en manos de Ham¨¢s. Algunos familiares de esos secuestrados han participado en los actos de protesta. La ¨²ltima marcha tuvo lugar este jueves en el puerto de Ashdod, situado a una veintena de kil¨®metros al norte de la Franja. Unas 200 personas cortaron dos puntos de acceso a las instalaciones portuarias y bloquearon el paso a camiones y coches a lo largo de varias horas. ¡°Al enemigo se le mata, no se le alimenta¡±, exclamaba en tono airado Orit Rosenfelder, de 22 a?os, que luc¨ªa una bandera israel¨ª a modo de capa y que no dudaba de que en Gaza nadie es inocente. ¡°Toda la ayuda que llega a trav¨¦s de este puerto va destinada a apoyar a nuestros enemigos para que nos sigan matando¡±, recalcaba.
El tono de otros asistentes no distaba mucho del de Rosenfelder. ¡°Queremos que nuestro Gobierno deje de ayudar a terroristas¡±, pero ¡°no tiene la valent¨ªa necesaria para detener los env¨ªos¡±, argumentaba Yeshava Kest, de 23 a?os, mientras sosten¨ªa una de las pancartas y avanzaba con el grupo hacia el arco que marca la entrada principal del puerto. Kest aseguraba que Ham¨¢s controla toda la ayuda que entra en la Franja y defend¨ªa la expulsi¨®n de la poblaci¨®n para que sea atendida fuera de ese territorio.
Cientos de miles de personas tratan de sobrevivir sin lo m¨¢s b¨¢sico debido a la guerra y al bloqueo israel¨ª en Gaza, donde ya han muerto m¨¢s de 27.000 palestinos desde que comenz¨® la guerra el 7 de octubre pasado. La comunidad internacional presiona para tratar de impedir que Israel siga empleando el hambre como arma, pero hay indicadores que dejan claro que esa t¨¢ctica de castigo colectivo es ampliamente respaldada. A la pregunta de si hay que detener el env¨ªo de ayuda hasta que sean liberados los rehenes, el 72% de los que respondieron lo hicieron de manera afirmativa frente al 21% (un 7% no sab¨ªa), seg¨²n un sondeo realizado esta semana por el canal 12 de la televisi¨®n israel¨ª.
¡°Ayudar a terroristas. Darles combustible, agua, comida¡ para que sigan matando a nuestra gente, a civiles inocentes. Para que violen a mujeres. Lo que est¨¢ ocurriendo aqu¨ª no ocurre en ning¨²n lugar del mundo, ni en Afganist¨¢n. Una locura¡±, sostiene Yeshava Kest, que ha viajado desde Jerusal¨¦n hasta Ashdod para participar en la protesta.
En una crisis de dimensiones nunca vistas, la inmensa mayor¨ªa de los 2,3 millones de habitantes de Gaza viven bajo la falta de comida y agua. Tampoco disponen de electricidad ni combustible para los generadores. Casi dos millones han sido desplazados por los bombardeos, que han destruido o da?ado aproximadamente el 60% de los edificios, y se encuentran sin un techo en el que cobijarse en pleno invierno m¨¢s all¨¢ de tiendas de campa?a.
En los ¨²ltimos d¨ªas, las manifestaciones de grupos de extrema derecha israel¨ªes tuvieron lugar en el entorno del paso de Kerem Shalom, que marca la frontera entre Israel y el sur de Gaza, y el de Nitzana, entre Israel y Egipto. En algunos casos, las protestas consiguieron que los camiones tuvieran que dar marcha atr¨¢s y regresaran a territorio egipcio. Pero tras algunos incidentes y con la comunidad internacional siguiendo de cerca los acontecimientos, el ej¨¦rcito decidi¨® declarar el entorno zona militar cerrada, es decir, que se proh¨ªbe el acceso a civiles. Por eso la manifestaci¨®n de este jueves tuvo lugar en el puerto de Ashdod, donde una discreta presencia policial no impidi¨® los cortes de tr¨¢fico.
La joven Orit Rosenfelder insist¨ªa una y otra vez en su discurso ultranacionalista e hiperb¨®lico: ¡°No hay nadie inocente en Gaza. Si ves las noticias, compruebas que tienen munici¨®n por todos sitios, en cada escuela, en cada casa. Todo para matarnos. Si ellos quieren matarnos, lo ¨²nico que nos queda es matarlos a ellos. Y, por supuesto, traer de vuelta a nuestros rehenes. La ¨²nica forma de conseguirlo es mantenerlos sin comida. ?Quieren comida? Que nos den a nuestros rehenes. Les dan de comer un trozo de pan de pita al d¨ªa mientras nosotros estamos llev¨¢ndoles a diario 7.500 toneladas de comida¡±.
Los manifestantes de Ashdod enarbolaban pancartas y carteles en los que se reclama a Ham¨¢s la vuelta a casa de los secuestrados. Son 136, entre civiles y militares, seg¨²n las autoridades, de los que una treintena estar¨ªan sin vida. Tambi¨¦n coreaban consignas en las que se exige al Gobierno que no levante el pie del acelerador de la operaci¨®n militar frente al alto el fuego que los tres pa¨ªses mediadores (Qatar, Egipto y Estados Unidos) tratan de cerrar con Israel y Ham¨¢s, lo que permitir¨ªa liberar a rehenes a cambio de presos palestinos de c¨¢rceles israel¨ªes y un mayor flujo de ayuda humanitaria.
¡°No hay que dar de comer al enemigo, especialmente si secuestra a nuestra gente¡±, defend¨ªa Yosef Haim, de 47 a?os. ¡°Lo primero es que liberen a nuestra gente y que abandonen las armas, entonces les podremos dar lo que piden¡±, comentaba este hombre, convencido de que no hay que acordar un alto el fuego ni siquiera para favorecer la liberaci¨®n de los secuestrados.
Estas marchas que defienden la asfixia humanitaria de Gaza tienen lugar mientras el Gobierno de Israel mantiene una firme campa?a de acoso y derribo contra la agencia de Naciones Unidas encargada de atender a los refugiados palestinos, la UNRWA. El Gobierno que lidera el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu relaciona a esta agencia con Ham¨¢s, cuyo ataque con unos 1.200 muertos el 7 de octubre fue el detonante de la guerra. Una docena de los 30.000 empleados de UNRWA, la inmensa mayor¨ªa con estatus de refugiado, habr¨ªan participado en esos hechos, seg¨²n las autoridades de Israel. Ese organismo de la ONU es el principal pilar de la atenci¨®n de dos millones de habitantes de la Franja. Varios de los principales donantes han dejado de aportar fondos y la agencia, que atiende a personas de Gaza, Cisjordania, Jerusal¨¦n Este, L¨ªbano, Siria y Jordania, ve complicado sobrevivir m¨¢s all¨¢ de este mes de febrero.
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