Desde los hospitales de Gaza: ¡°Esto no es una pel¨ªcula, cada minuto perdemos pacientes¡±
Solo 14 de los 36 hospitales de la Franja funcionan parcialmente, seg¨²n la OMS. Una doctora de M¨¦dicos Sin Fronteras y un estudiante de Medicina que se ha visto obligado a ejercer describen su frustraci¨®n ante la magnitud de la emergencia
¡°No s¨¦ c¨®mo me siento. Es una mezcla de frustraci¨®n, depresi¨®n, ansiedad... Ni siquiera tenemos la noci¨®n de estar vivos. Somos solo m¨¢quinas que intentan que los d¨ªas vayan pasando uno a uno¡±. Ruba, doctora de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF), responde a las preguntas de este diario con mensajes de voz que env¨ªa con dificultad, debido a las inestables y precarias conexiones en Gaza.
Hasta el 7 de octubre, d¨ªa en que estall¨® esta ofensiva, esta doctora, que no desea que su nombre completo sea publicado, trabajaba con MSF en Jan Yunis, al sur de la Franja, con pacientes de traumatolog¨ªa. Ahora, desplazada en Deir el Balah, en el centro del enclave palestino, trata a personas heridas y hace curas en su entorno con material de primeros auxilios cedido por la ONG, que el 6 de enero evacu¨® por razones de seguridad a su personal del hospital Al Aqsa ¡ªcentro que sigue funcionando parcialmente, pese a la falta de personal y de medios materiales y la cercan¨ªa de los bombardeos¡ª.
¡°En las ¨²ltimas semanas era muy dif¨ªcil conseguir alg¨²n tipo de conexi¨®n y la Media Luna Roja palestina no lograba saber d¨®nde se estaban produciendo los bombardeos, d¨®nde estaban los heridos y c¨®mo traerlos al hospital, el ¨²nico que sigue funcionando parcialmente en esta ciudad¡±, explica Ruba.
La m¨¦dica vive en un peque?o apartamento alquilado en Deir el Balah, tras verse obligada a salir de su hogar en Beit Hanoun, en el norte, en los primeros d¨ªas de bombardeos. Treinta personas de la misma familia, la mitad de ellos ni?os, se reparten en dos habitaciones. ¡°Sigo pensando que los que murieron en los primeros d¨ªas tuvieron mucha suerte. Nunca imaginamos que esto durar¨ªa tanto. Estamos ya en el cuarto mes, la guerra sigue y a nadie le preocupan los palestinos, nuestros ni?os, nuestro dolor¡±, explica esta doctora de 32 a?os, que tiene un hijo y dos hijas de siete, seis y dos a?os.
Los que murieron en los primeros d¨ªas tuvieron mucha suerte. Nunca imaginamos que esto durar¨ªa tantoRuba, doctora de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF)
En estos ¨²ltimos d¨ªas, periodistas palestinos, ONG locales y testigos han informado de bombardeos muy cercanos a la zona del hospital Al Aqsa. ¡°Faltan camas, equipos, personal y el acceso al hospital es realmente dif¨ªcil. Hace una semana los tanques estaban muy cerca. Imag¨ªnate un hospital con 7.000 personas, entre enfermos, personal y desplazados, que huyeron de sus casas buscando refugio ah¨ª y ahora tienen que evacuar de nuevo¡±, agrega la doctora Ruba.
Los ataques israel¨ªes han matado ya a m¨¢s de 26.000 gazat¨ªes desde el 7 de octubre, cuando milicianos del movimiento islamista palestino Ham¨¢s, que gobierna de facto en Gaza, perpetraron un ataque sin precedentes en territorio israel¨ª, en el que murieron unas 1.200 personas y m¨¢s de 200 fueron secuestradas. Adem¨¢s, el n¨²mero de heridos en la Franja supera los 65.000, seg¨²n cifras del Ministerio de Salud local.
¡°Mi hijo pregunt¨® hace algunos d¨ªas: ¡®?mam¨¢, nos podemos ir de Gaza ahora? Solo quiero irme¡¯. Imagina un ni?o de 7 a?os preguntando eso, dici¨¦ndote que solo quiere vivir¡±, recuerda la doctora Ruba. ¡°Me dec¨ªa: ¡®Tengo miedo de que los tanques vengan cerca, que no podamos conseguir comida o agua, que nos muramos de hambre, tengo miedo de que mueras entre mis brazos, mam¨¢, porque alguien te dispara, los helic¨®pteros te disparan, y no podemos salvarte¡±, detalla esta trabajadora de MSF.
Sin descanso
Ibrahim tambi¨¦n prefiere que no se publique su apellido. Este joven est¨¢ en quinto a?o de Medicina, pero lleva desde el inicio de la ofensiva militar israel¨ª trabajando sin descanso en el hospital Al Aqsa, en el departamento de cirug¨ªa ortop¨¦dica, donde lleg¨® como voluntario cuando empezaron los bombardeos.
¡°Nunca imagin¨¦ tener que ejercer de esta manera incluso antes de terminar mis estudios, pero hac¨ªan falta m¨¦dicos¡±, asegura. Este veintea?ero gazat¨ª no sale pr¨¢cticamente del hospital. Come, duerme y trabaja en su interior. Su familia se ha desplazado al sur, con muchas dificultades y durmiendo por momentos en la calle, y ¨¦l pena para tener noticias de ellos. Comunicarse con Ibrahim tambi¨¦n es muy complicado, debido en gran parte a los apagones de conexi¨®n que ha sufrido la Franja, que en algunos casos han durado d¨ªas. Cuando reaparece, sus mensajes son telegr¨¢ficos, a veces acompa?ados de una fotograf¨ªa en la que muestra intervenciones menores, extracciones de balas o curas de impresionantes heridas infectadas por falta de cuidados. La mayor¨ªa de las im¨¢genes muestran a pacientes en el suelo y a ¨¦l, arrodillado ante ellos, trabajando.
Nunca imagin¨¦ tener que ejercer de esta manera incluso antes de terminar mis estudios, pero hac¨ªan falta m¨¦dicosIbrahim, estudiante de Medicina
¡°Sigo vivo¡±, dice a modo de saludo. ¡°Pero esto es peor cada d¨ªa. El hospital sigue funcionando, a medio gas, con una enorme falta de personal y de medios materiales. Contamos con lo m¨ªnimo. Esto no es una pel¨ªcula, cada minuto perdemos pacientes¡±, afirma.
¡ª?Cu¨¢ntos pacientes est¨¢n llegando cada d¨ªa al hospital?
¡ª¡°Muchos, demasiados¡±.
¡ª?Decenas?
¡ª¡°Ha habido d¨ªas terribles en que llegaron a varios centenares¡±.
Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), de los 24 hospitales en la parte norte de Gaza, solo hay siete abiertos, pero funcionando sin suficiente personal, material o combustible. De los 12 centros m¨¦dicos de la parte sur, solo siete siguen parcialmente operativos. La organizaci¨®n de la ONU muestra su preocupaci¨®n por informes recibidos sobre incursiones militares en algunos centros m¨¦dicos, arrestos del personal sanitario, fosas para enterrar cad¨¢veres en los patios de las cl¨ªnicas, bombardeos en las proximidades de estos hospitales y heridos que no pueden acceder a los m¨¢s m¨ªnimos cuidados.
La dolorosa decisi¨®n de evacuar
Carolina L¨®pez, coordinadora de emergencias de MSF, trabaj¨® varias semanas en el hospital Al Aqsa, junto a medio centenar de empleados de la ONG. ¡°Hab¨ªa una media de 700 pacientes internados. El d¨ªa en que menos heridos recib¨ªamos rondaban los 40. El 28 de diciembre hubo un pico y llegaron 300 personas. Adem¨¢s, hab¨ªa gente buscando refugio de las bombas en la zona del hospital¡±, explica a este diario, confirmando las declaraciones de Ibrahim.
El d¨ªa 4 de enero comenz¨® la evacuaci¨®n del hospital. El frente avanz¨®, los tanques israel¨ªes estaban a dos kil¨®metros del centro m¨¦dico y hubo pacientes, desplazados y personal m¨¦dico que comenzaron a marcharse. MSF tambi¨¦n decidi¨® abandonar el centro m¨¦dico por no poder seguir garantizando la seguridad de su personal y la rotaci¨®n de los equipos.
¡°Dejar a tus pacientes es una decisi¨®n muy dif¨ªcil, pero no nos ha quedado otro remedio¡±, explica L¨®pez con la voz quebrada. ¡°El hospital se qued¨® cojo sin nosotros, est¨¢ claro, aunque tambi¨¦n pas¨® de tener 700 pacientes a tener unos 140. Los que no se pudieron marchar. Pero hab¨ªa otros heridos que segu¨ªan y siguen llegando, porque es el ¨²nico hospital en esa zona¡±, agrega esta trabajadora espa?ola, subrayando que en 17 a?os de experiencia en emergencias ¡°no hab¨ªa imaginado jam¨¢s¡± vivir una situaci¨®n tan al l¨ªmite.
Una misi¨®n de la OMS pudo acceder al hospital de Deir el Balah a mediados de enero y comprob¨® que solo 12 doctores segu¨ªan trabajando en ¨¦l, cifra que representa un 10% de su personal
L¨®pez ha mantenido alg¨²n contacto con un par de m¨¦dicos que se quedaron en el hospital Al Aqsa tras la evacuaci¨®n. ¡°Lo hicieron asumiendo todas las consecuencias, sabiendo que corren un riesgo enorme, porque ya hemos visto lo que ha pasado en otros hospitales...¡±, suspira. Una misi¨®n de la OMS pudo acceder a este hospital de Deir el Balah a mediados de enero y comprob¨® que solo 12 doctores segu¨ªan trabajando en ¨¦l, cifra que representa un 10% de su personal.
La coordinadora de emergencias insiste en subrayar el papel de los trabajadores sanitarios de Gaza, que ¡°est¨¢n agotados y no han parado desde hace m¨¢s de 100 d¨ªas¡±. L¨®pez explica que los que tienen familia se marchan a trabajar, poniendo en peligro sus vidas para llegar al hospital, y no saben qu¨¦ va a pasar con sus hijos mientras ellos no est¨¢n. Y los que no tienen familia directa o la han instalado en el extremo sur de la Franja, en Rafah, regresan a los hospitales y trabajan sin descanso durante d¨ªas. ¡°Son condiciones terribles, hay que estar all¨¢ para sentirlo¡±, resume.
El pasado fin de semana, MSF inform¨® de que el Hospital Nasser, el m¨¢s importante a¨²n funcionando en toda Gaza, situado en Jan Yunis, al sur, pr¨¢cticamente ya no est¨¢ operativo debido a los intensos combates y bombardeos en la zona, que hicieron que la mayor¨ªa de enfermos, refugiados y personal m¨¦dico huyera del lugar. En el centro quedan entre 300 y 500 heridos que no pudieron ser evacuados debido a su estado grave. ¡°La capacidad quir¨²rgica del Nasser es ahora casi inexistente y el escaso personal m¨¦dico que permanece en el centro debe hacer frente a la situaci¨®n con unos suministros exiguos, insuficientes para hacer frente a grandes afluencias de heridos¡±, advirti¨® la ONG.
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