El derecho al retorno de los refugiados palestinos, el eterno reproche de Israel a la agencia de la ONU
Varios expertos consideran que en los intentos de vincular a la UNRWA con Ham¨¢s subyace el prop¨®sito de acabar con esa reivindicaci¨®n reconocida por Naciones Unidas
¡°Debemos asegurarnos de que ellos nunca vuelvan¡±. El primer ministro israel¨ª, David Ben Gurion, escribi¨® esa frase en su diario el 18 de julio de 1948, dos meses despu¨¦s de proclamar la creaci¨®n de Israel. ¡°Ellos¡± eran los 700.000 palestinos ¡ªm¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n aut¨®ctona¡ª expulsados o forzados al ¨¦xodo por temor a las matanzas de las milicias sionistas. Esa herida colectiva bautizada por los palestinos como Nakba (cat¨¢strofe) es indisociable de la historia de Israel. Tambi¨¦n de la creaci¨®n, en 1949, del Organismo de Obras P¨²blicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Pr¨®ximo (UNRWA en sus siglas en ingl¨¦s), la agencia de ayuda humanitaria para estos palestinos, convertida con el tiempo en la depositaria de la memoria de su exilio. Sus registros, su archivo fotogr¨¢fico, los certificados que acreditan a los refugiados como tales, son el pasaporte que deber¨ªa garantizarles un derecho que Naciones Unidas les reconoci¨® en 1948 y que Israel les niega: el de volver a lo que hoy es territorio israel¨ª y recuperar sus propiedades, o bien ser indemnizados.
De aquellos 700.000 refugiados censados por la ONU quedan pocos, pero entre quienes a¨²n viven y sus descendientes suman 5,9 millones de personas registradas por la UNRWA en Gaza, Cisjordania, Siria, L¨ªbano y Jordania. Su retorno a Israel dejar¨ªa a los jud¨ªos en minor¨ªa y comprometer¨ªa su car¨¢cter de ¡°Estado-naci¨®n del pueblo jud¨ªo¡±, una ¡°amenaza a la propia existencia de ese Estado¡± a ojos de ese pa¨ªs, describe la especialista mexicana en la agencia de la ONU Julieta Esp¨ªn Ocampo. Esta profesora de la Universidad Europea de Madrid cree que una de las razones por las que Israel ha acusado a una docena de los 31.000 empleados del organismo de haber participado en el ataque de Ham¨¢s del 7 de octubre se remite a la vinculaci¨®n de la UNRWA con el derecho al retorno.
Israel no ha ofrecido pruebas concretas de esa supuesta implicaci¨®n en el ataque en el que murieron 1.200 personas. Aun as¨ª, 16 pa¨ªses ¡ªentre ellos sus dos principales donantes: Estados Unidos y Alemania¡ª han suspendido la financiaci¨®n a la agencia de la ONU, lo que hace peligrar la ayuda humanitaria que presta. Sobre todo, la que ofrece en Gaza, donde el 85% de una poblaci¨®n al borde de la hambruna por el bloqueo total israel¨ª est¨¢ desplazada por la guerra. Los ataques israel¨ªes en el enclave palestino han matado a m¨¢s de 28.000 personas, seg¨²n datos del Gobierno de Ham¨¢s, considerados cre¨ªbles, y los gazat¨ªes dependen ahora m¨¢s que nunca de la asistencia de la UNRWA. Y de su cobijo, ya que las instalaciones de la agencia han acogido desde el inicio de la guerra a 1,7 millones de desplazados, de una poblaci¨®n total de 2,3 millones, seg¨²n sus datos. En las listas de muertos de esta guerra figuran 154 de sus trabajadores.
Loubnah Shomali, responsable de incidencia en Ramala (Cisjordania) del Centro de Recursos para los Derechos de los Refugiados Palestinos y su Residencia (Badil), una ONG con estatus consultivo en Naciones Unidas, coincide en que los ataques que Israel lleva a?os dirigiendo contra este organismo humanitario sirven a varios objetivos que la guerra de Gaza ha acentuado. El primero, acabar con la ayuda humanitaria de la UNRWA ¡°para expulsar a los palestinos del enclave¡± y anexionarlo a Israel. Ese pa¨ªs, afirma, est¨¢ ¡°creando lo que en derecho internacional se conoce como un entorno coercitivo: sin comida, sin agua, sin asistencia m¨¦dica, sin electricidad y sin abrigo, o te quedas y mueres, o te vas¡±. Otro de esos fines es ¡°eliminar el derecho al retorno¡± de 5,9 millones de refugiados palestinos.
¡°La mera existencia de la agencia, que su mandato sea proporcionar esa asistencia a los refugiados palestinos, es una amenaza para la narrativa de Israel y su insistencia en que los refugiados palestinos no existen. Y si no hay refugiados, no hay derecho al retorno¡±, asegura Shomali.
Un tuit del portavoz del Gobierno israel¨ª, Eylon Levy, del 1 de febrero equiparaba el derecho al retorno con ¡°un derecho ilimitado de inmigraci¨®n palestina (para 5,9 millones de personas)¡±. Las leyes israel¨ªes recogen un derecho pr¨¢cticamente ilimitado a emigrar a Israel, pero no para esos palestinos, sino para los jud¨ªos de cualquier nacionalidad. Tres d¨ªas despu¨¦s, el ministro israel¨ª de Exteriores, Israel Katz, afirmaba en otro tuit: ¡°La UNRWA, implicada con las actividades terroristas de Ham¨¢s en Gaza, perpet¨²a la falsa narrativa de que los ¡®refugiados¡¯ palestinos necesitan regresar a Israel. Estamos trabajando activamente para desvincular a UNRWA de Gaza. Son parte del problema y no de la soluci¨®n¡±. El pasado mi¨¦rcoles, el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, acus¨® de nuevo a la agencia en un discurso a la naci¨®n de ¡°perpetuar el problema de los refugiados palestinos¡±.
UNRWA, entangled with Hamas's terrorist activities in Gaza, perpetuates the false narrative of Palestinian 'refugees' needing to return to Israel. We are actively working to disengage @UNRWA from Gaza. They are a part of the problem and not a part of the solution.
— ????? ?¡±? Israel Katz (@Israel_katz) February 4, 2024
El organismo de la ONU no incluye en su mandato favorecer la vuelta a su tierra de los refugiados palestinos, pero en el texto de la resoluci¨®n 302 de 1949 que la cre¨®, s¨ª se menciona otra resoluci¨®n, la 194, la que instaur¨® el derecho al retorno. La agencia proporciona asistencia humanitaria de urgencia a m¨¢s de un mill¨®n y medio de refugiados palestinos en Gaza. De los casi medio mill¨®n de ni?os refugiados que asisten a sus m¨¢s de 700 escuelas, casi 300.000 estudiaban antes de la guerra en la Franja. Estas cifras enormes se explican de nuevo por la Nakba: ese mill¨®n y medio de gazat¨ªes, de los 2,3 millones de habitantes del enclave, son refugiados. La UNRWA asiste y proporciona educaci¨®n, sanidad, microcr¨¦ditos y otras ayudas, tambi¨¦n a los 4,4 millones de refugiados en Cisjordania, Jordania, Siria y L¨ªbano, seg¨²n sus datos.
¡°La UNRWA, una agencia de la ONU dedicada a las personas refugiadas palestinas, recuerda por qu¨¦ siguen siendo refugiadas, por qu¨¦ no se les permite volver y que el Estado de Israel es un proyecto colonial y exclusivista que da todos los derechos a las personas jud¨ªas y que, sin embargo, les quita su derecho a vivir en su tierra a los palestinos. El propio t¨¦rmino refugiado recuerda a Israel c¨®mo se cre¨® su Estado en 1948: la Nakba. Esa es su caja de Pandora¡±, analiza el historiador Jorge Ramos Tolosa, autor de varios libros sobre Palestina e Israel y profesor de la Universidad de Valencia.
Isa¨ªas Barre?ada, profesor de la Universidad Complutense y tambi¨¦n experto en Oriente Pr¨®ximo, apunta que Israel ¡°est¨¢ tratando de estrangular a la UNRWA para que no pueda cumplir con su mandato y se vea abocada a la desaparici¨®n, pensando de manera algo simplista que con eso la cuesti¨®n de los refugiados desaparece¡±.
Olvido
¡°Los viejos morir¨¢n; los j¨®venes olvidar¨¢n¡±, se cree que dijo Ben Gurion sobre la Nakba. El primer ministro israel¨ª no parec¨ªa contar con la fuerte identidad palestina, con la determinaci¨®n de regresar de los refugiados, ni con que ¡°de forma involuntaria¡±, la agencia para los refugiados de la ONU contribuir¨ªa a la memoria y la construcci¨®n del nacionalismo palestino, recalca Esp¨ªn Ocampo, que dedic¨® su tesis doctoral a la UNRWA.
¡°Los carn¨¦s de identidad, las cartillas de racionamiento, los servicios de salud, pero, sobre todo, los campamentos de refugiados [58, en los que viven a¨²n 1,5 millones de refugiados] y el sistema educativo ofrecidos por la UNRWA influyeron de forma decisiva en la evoluci¨®n de la identidad y la consecuente lucha palestina¡±, explica un art¨ªculo de esta especialista. La ayuda humanitaria y los puestos de trabajo en la agencia ¡ªel 95% de sus 31.000 empleados son refugiados¡ª han fijado a esta poblaci¨®n en Gaza, Cisjordania y Estados vecinos y le han permitido no asimilarse con la de sus pa¨ªses de acogida, un prop¨®sito reiteradamente expresado por los l¨ªderes israel¨ªes. Para la profesora mexicana, los palestinos consideran que la UNRWA ¡°encarna el compromiso de la comunidad internacional¡± con su derecho al retorno.
En el muro israel¨ª que encierra Cisjordania; en camisetas, colgantes y pancartas en las manifestaciones por Gaza en todo el mundo, se prodiga una imagen: Handala, el personaje con el que el dibujante Naji al Ali represent¨® al ni?o refugiado de 10 a?os de la Nakba que ¨¦l mismo fue y del que dijo que solo crecer¨ªa cuando los refugiados retornaran a Palestina. Ese ni?o desharrapado y descalzo que encarna ¡°la amargura, la resistencia y la dignidad¡± de Palestina, seg¨²n un ensayo del artista Fayeq Oweis, se ha convertido en un s¨ªmbolo contra la injusticia y en un icono para los palestinos. Naji al Ali muri¨® asesinado en Londres en 1987. Se cree que por un agente doble del Mosad israel¨ª.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.