La dimisi¨®n del Gobierno palestino abre el camino al regreso de la ANP a Gaza
El anuncio prepara el terreno a la formaci¨®n de un Ejecutivo de tecn¨®cratas, en la l¨ªnea de reformas que pretende Estados Unidos para la posguerra en la Franja. El plan choca con las intenciones de Netanyahu
Desde que comenz¨® la guerra en Gaza, el pasado octubre, el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que ha dimitido este lunes, Mohamed Shtayeh, responde con una met¨¢fora cuando le preguntan por la posibilidad de que la ANP retome el control de la Franja una vez que Israel acabe con Ham¨¢s, que la gobierna en solitario desde 2007: ¡°No volveremos a Gaza a bordo de un F-16 o de un tanque militar israel¨ª¡±. No hay ese riesgo, porque el primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, ha dejado claro que no quiere a la ANP gestionando los escombros de Gaza. Pero la renuncia de Shtaye es el paso m¨¢s significativo en los cuatro meses y medio de guerra a que lo haga de mano de Estados Unidos.
La decisi¨®n ¨Daceptada por el presidente, Mahmud Abbas, que le ha pedido que siga ejerciendo en funciones¨D abre la puerta al ¡°d¨ªa despu¨¦s¡± que desea y por el que presiona Washington: que una ANP reformada y con caras nuevas recobre la legitimidad internacional necesaria para encargarse del d¨ªa a d¨ªa. ¡°Revitalizada¡±, como ha dicho el presidente de EE UU, Joe Biden.
El anuncio prepara el terreno a la formaci¨®n de un Gobierno de tecn¨®cratas que sustituya al actual: esclerotizado, desprestigiado y vertebrado por Fatah, la facci¨®n que lidera Abbas. ¡°Es el acto m¨¢s sustancial de la puesta en operaci¨®n del d¨ªa despu¨¦s de Gaza y cuenta con el consentimiento t¨¢cito de Ham¨¢s¡±, se?ala por tel¨¦fono Tahani Mustafa, analista de Palestina del think tank International Crisis Group. Mustafa recuerda que Ham¨¢s ¡°lleva a?os tratando de librarse de gobernar Gaza¡±, algo que lo ha desgastado internamente y no ha revertido ¡°su estatus de paria internacional¡±, por lo que ha subido ahora su ¡°apuesta¡± por la unidad, aun al precio de no tener representaci¨®n en el Ejecutivo, algo que frenar¨ªa Occidente.
Para nuevo primer ministro suena con fuerza desde hace semanas Mohammed Mustafa. Es, por un lado, el tipo de opci¨®n que gusta en Washington. Director del Fondo de Inversi¨®n de Palestina, es un economista formado en EE UU que ha ocupado puestos de importancia en el Banco Mundial y mantiene contacto con representantes oficiales del pa¨ªs. Por otro, es una figura aceptable para Ham¨¢s. Aunque se le considera cercano a Abbas, fue vice primer ministro y titular de Econom¨ªa en el breve Gobierno de unidad formado en 2014 entre las dos facciones y encargado de la reconstrucci¨®n de Gaza tras la ofensiva israel¨ª de aquel a?o, la m¨¢s dura hasta la actual.
¡°Consenso intrapalestino¡±
El propio Shtaye ha dejado claro este lunes en su discurso el camino: ¡°La pr¨®xima fase y sus retos requerir¨¢n nuevos acuerdos pol¨ªticos y gubernamentales que tomen en consideraci¨®n la realidad que emerge en Gaza, el di¨¢logo de unidad nacional y la necesidad urgente de un consenso intrapalestino basado en una amplia participaci¨®n, la unidad y la extensi¨®n de la soberan¨ªa de la Autoridad Nacional Palestina a todo el territorio de Palestina¡±.
El horizonte choca con el plan para el d¨ªa despu¨¦s presentado la pasada semana por Netanyahu. Este consiste en mantener ¡°libertad de acci¨®n ilimitada¡± militar ¡°en toda Gaza sin l¨ªmite de tiempo¡± y dejar ¡°lo m¨¢ximo posible la gesti¨®n civil y la responsabilidad del orden p¨²blico¡± en manos de ¡°entidades locales que no est¨¦n afiliadas a Estados y organizaciones que apoyen el terrorismo ni reciban remuneraci¨®n de ellas¡±. Es decir, en notables o gazat¨ªes respetados que est¨¦n dispuestos a colaborar con las autoridades militares israel¨ªes y carezcan de relaci¨®n con Ham¨¢s o con la ANP. El canal 12 de la televisi¨®n israel¨ª inform¨® la pasada semana de un proyecto piloto del ej¨¦rcito en el barrio de Zeit¨²n de Gaza capital para establecer una suerte de Gobierno local. Los mandos militares se reunieron con l¨ªderes comunales para intentar convencerlos de que gobiernen a los residentes que no han huido al sur. El plan de Netanyahu condiciona tambi¨¦n la reconstrucci¨®n al inicio de ¡°un proceso de desradicalizaci¨®n¡± de la poblaci¨®n y rechaza la creaci¨®n de un Estado palestino.
Tambi¨¦n choca con el estado de ¨¢nimo de la opini¨®n p¨²blica israel¨ª. Solo un 11% apoya el regreso de la ANP a Gaza, seg¨²n un sondeo difundido el pasado diciembre por la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n. Un 18% quiere la anexi¨®n; un 22%, el control militar; un 18%, el despliegue de una fuerza internacional en el territorio y un 23%, que lo haga una coalici¨®n de ¡°Estados ¨¢rabes moderados¡±.
Reforma de la OLP
La reforma de la ANP marcha paralela a otra, la de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), de la que se habla desde hace a?os, pero solo ahora parece tomarse en serio. Es la representaci¨®n del pueblo palestino, pero no incluye al vencedor de las ¨²ltimas elecciones, Ham¨¢s, ni otras facciones, como la Yihad Isl¨¢mica, as¨ª que ha acabado convertida en irrelevante y obsoleta. Precisamente todas las facciones palestinas han sido invitadas a finales de mes a Mosc¨². Seg¨²n el diario en ¨¢rabe Asharq Al Awsat, dos temas estar¨¢n principalmente sobre la mesa: la formaci¨®n de un Gobierno tecnocr¨¢tico y la inclusi¨®n de Ham¨¢s y la Yihad Isl¨¢mica en la OLP.
El desprestigio de la ANP, y concretamente de Abbas, es tal que la opci¨®n que impulsa Washington es profundamente impopular. Seg¨²n un sondeo publicado en diciembre por el Centro Palestino de Investigaci¨®n de Pol¨ªticas y Encuestas, un 60% de los consultados querr¨ªan que Ham¨¢s siguiese al frente de Gaza tras la guerra; un 16%, un Gobierno de unidad nacional sin el presidente; un 7%, la ANP en su estado actual; y un 3% uno o m¨¢s pa¨ªses ¨¢rabes. Solo un 3% escog¨ªan la f¨®rmula que va cobrando forma: un Ejecutivo de unidad con Abbas como presidente.
La analista Mustafa prev¨¦ dos pasos m¨¢s: una reforma de la Ley B¨¢sica (el equivalente a una Constituci¨®n) y el nombramiento de un vicepresidente. Parte con muchas papeletas Husein al Sheij, mano derecha de Abbas. Ha ascendido mete¨®ricamente desde la muerte por covid en 2020 del veterano jefe negociador Saeb Erekat. Es secretario general y jefe del departamento de negociaciones de la OLP. Pero solo un 3% de palestinos lo querr¨ªa como pr¨®ximo l¨ªder, seg¨²n un sondeo de 2023. Al Sheij fue precisamente uno de los dos dirigentes de la ANP que viaj¨® el domingo a Am¨¢n para preparar la reuni¨®n de Abbas con el rey Abdal¨¢ de Jordania, otro aliado de EE UU que presiona para reformar la ANP y que retome el control de Gaza.
El proceso recuerda en cierto modo al que vivi¨® el hist¨®rico l¨ªder palestino Yasir Arafat durante la Segunda Intifada (2000-2005). Israel y el entonces presidente de EE UU, George W. Bush, lo acusaron de ¡°apoyar el terrorismo¡± e intentaron forzar su salida. No lo lograron, pero s¨ª que nombrase un primer ministro: el hoy presidente Abbas. La idea ahora es crear una vicepresidencia para repartir el poder que aglutina un Abbas cada vez m¨¢s solo y autoritario, y preparar su sucesi¨®n. Tiene 88 a?os, problemas cardiacos y lleva 19 en el poder sin someterse a las urnas.
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