El caos y el hambre por la guerra de Israel multiplican las tragedias en Gaza
La agresi¨®n israel¨ª del jueves, con m¨¢s de 100 muertos, pone de relieve la malnutrici¨®n y el desplome del orden p¨²blico originados por la invasi¨®n. Multitudes desesperadas asaltan convoyes de ayuda humanitaria, florece el mercado negro y las mafias se aprovechan del vac¨ªo de autoridad
Un pu?ado de j¨®venes posa ante la c¨¢mara en Gaza con el rostro cubierto. Son todos hombres, algunos con fusiles Kal¨¢shnikov y otros con porras de madera. En la frente llevan una banda con las palabras ¡°Comit¨¦s de Protecci¨®n Popular¡±, al estilo de los milicianos, pero mucho m¨¢s r¨²stica, reflejo de la carencia de casi todo que vive la Franja palestina. Uno de ellos anuncia el nacimiento de los comit¨¦s para apoyar al Ministerio de Interior del Gobierno de Ham¨¢s en Gaza en aportar ¡°seguridad y estabilidad¡± y ¡°controlar los precios desmedidos¡±. Buscan transmitir autoridad, pero consiguen lo contrario: unos 10 veintea?eros (como mucho) para regular la situaci¨®n generada por la decisi¨®n israel¨ª de derrocar a Ham¨¢s ¨Del partido-milicia islamista que gobierna el enclave desde 2007 y que lanz¨® el ataque del 7 de octubre¨D y de usar la ayuda humanitaria como arma de guerra. Es decir, malnutrici¨®n, medio mill¨®n de personas al borde de la hambruna, asaltos a los camiones con alimentos y un mercado negro que divide a¨²n m¨¢s a los gazat¨ªes entre quienes ten¨ªan dinero antes de la guerra y quienes no.
En este contexto, con miles de personas luchando por hacerse con uno de los escas¨ªsimos cargamentos de harina para el norte de Gaza, el ej¨¦rcito israel¨ª abri¨® fuego el jueves. M¨¢s de 100 personas murieron, bien por disparos, bien aplastados por los veh¨ªculos.
Los comit¨¦s nacieron esta semana en el ¨²nico sitio donde pod¨ªan: Rafah, hogar a la fuerza de la mayor¨ªa de los 2,3 millones de gazat¨ªes. Es donde queda algo parecido a una autoridad gubernamental tras casi cinco meses de guerra, por ser la ¨²nica ciudad que el ej¨¦rcito israel¨ª no ha invadido a¨²n. El primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, volvi¨® a subrayar el jueves que la guerra no acabar¨¢ sin que sus tropas penetren all¨ª. ¡°Que no haya duda¡±, pese a las ¡°crecientes presiones internacionales¡±, declar¨® en una conferencia de prensa en Tel Aviv.
La tragedia del convoy tuvo lugar en Ciudad de Gaza, la capital. Est¨¢ en el norte, donde el 15,6% de los beb¨¦s (pr¨¢cticamente ninguno antes de la guerra) menores de dos a?os est¨¢n gravemente desnutridos. Las autoridades sanitarias del Gobierno de Ham¨¢s en Gaza cifraron el jueves en 10 los ni?os que han muerto por desnutrici¨®n o deshidrataci¨®n en los ¨²ltimos d¨ªas en hospitales de la zona. El Comit¨¦ de Revisi¨®n de la Hambruna ¨Dformado por expertos internacionales en seguridad alimentaria y nutrici¨®n¨D ha detectado entre los 400.000 a 500.000 habitantes del norte al menos uno de los tres indicadores de hambruna. M¨¢s del 80% de las personas en el mundo en fase cinco (la m¨¢s grave en las crisis alimentarias) est¨¢n, de hecho, en Gaza: 576.000 personas ¡°a un paso de la hambruna¡±, seg¨²n la oficina de asuntos humanitarios de Naciones Unidas (OCHA, en sus siglas en ingl¨¦s).
Ayuda en cajas que acaban en el mar
Algunos pa¨ªses, como Jordania, Francia o Emiratos ?rabes Unidos, han comenzado a lanzar ¨Dcon luz verde de Israel¨D ayuda humanitaria desde el aire, pero el resultado solo ha puesto la miel en los labios a una poblaci¨®n desesperada. La mayor¨ªa de las cajas soltadas el martes por la aviaci¨®n militar jordana acabaron en el mar. En las redes sociales se pod¨ªa ver a una multitud frente a la orilla, esperando a que las olas las acercasen, o a pescadores tratando de alcanzarlas. Buena parte de las rescatadas eran ya inservibles. Un nuevo intento, el jueves, gener¨® a¨²n m¨¢s frustraci¨®n: el viento desplaz¨® los paraca¨ªdas seg¨²n bajaban y, como Gaza es tan estrecha (12 kil¨®metros en la parte m¨¢s ancha entre el Mediterr¨¢neo y la frontera con Israel), cayeron en Israel.
Lo intentan por aire porque por tierra es, desde hace semanas, complicado y peligroso. La aviaci¨®n militar israel¨ª ha bombardeado a polic¨ªas que escoltaban convoyes, por lo que los agentes rechazan ¨²ltimamente exponerse y se resisten a acompa?arlos, seg¨²n la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en sus siglas en ingl¨¦s). Los conductores quedan as¨ª al albur de multitudes hambrientas y de mafias que tratan de asaltar las mercanc¨ªas para revenderlas en el mercado negro. En algunos puestos en las calles aparecen expuestos productos que deber¨ªan ser gratuitos.
Las ¨²ltimas semanas han dejado im¨¢genes de decenas de palestinos subidos a los camiones con ayuda o corriendo detr¨¢s para alcanzarlos. O de gente llev¨¢ndose sacos de harina a su casa o tienda de campa?a que nunca llegaron a su destino. Por falta de harina, algunas familias del norte est¨¢n preparando el pan de pita con el pienso molido que daban a los animales.
Dos de estos incidentes llevaron la pasada semana al Programa Mundial de Alimentos de la ONU a anunciar el cese de las entregas de ayuda humanitaria al norte: en el primero, el 18 de febrero, ¡°una multitud de personas hambrientas¡± hizo ¡°numerosos intentos¡± de subirse al convoy de camino a Ciudad de Gaza. Al entrar en la capital, recibi¨® incluso disparos. En el segundo, un d¨ªa m¨¢s tarde, un conductor fue agredido y varios camiones con harina fueron saqueados antes de llegar a Deir al Balah, a¨²n en el centro.
En las ¨²ltimas tres semanas, han entrado de media en Gaza desde Egipto menos de 100 camiones por d¨ªa. Es un centenar menos del compromiso adquirido por Israel y 400 menos que antes de la guerra. Israel culpa del cuello de botella (hay una fila interminable de camiones en Egipto a la espera de pasar) a la ineficiencia de la ONU para lograr su entrada y distribuci¨®n.
En febrero estaba llegando un 50% menos de ayuda que en enero, denunci¨® el martes en la red social X el m¨¢ximo responsable de la UNRWA, Philippe Lazzarini. ¡°Se supone que la ayuda deber¨ªa aumentar, no disminuir, para responder a las inmensas necesidades de dos millones de palestinos en condiciones de vida desesperadas. Entre los obst¨¢culos: falta de voluntad pol¨ªtica, cierre frecuente de los puntos fronterizos y falta de seguridad por las operaciones militares, m¨¢s el colapso del orden p¨²blico¡±, se?alaba. El 5 de febrero, adem¨¢s, un cami¨®n de uno de sus convoyes fue atacado en el camino por la fuerza naval israel¨ª, pese a estar previamente coordinado con el ej¨¦rcito. No hubo heridos, pero se perdi¨® buena parte de la harina de trigo que transportaba y tuvo que dar marcha atr¨¢s.
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