Rishi Sunak asegura que el islamismo radical y la extrema derecha amenazan la democracia brit¨¢nica
El primer ministro brit¨¢nico exige a la polic¨ªa mayor mano dura contra los extremismos, pero se?ala m¨¢s duramente a los manifestantes propalestinos
Rishi Sunak ha utilizado este viernes toda la solemnidad que supone comparecer ante la legendaria puerta del n¨²mero 10 de Downing Street ¡ªel escenario habitual para anunciar una dimisi¨®n o un adelanto electoral¡ª para advertir a los brit¨¢nicos de que la democracia del Reino Unido est¨¢ seriamente amenazada por los extremismos. Sunak ha querido dar una imagen de ecuanimidad, y aparentaba repartir culpas entre el islamismo radical y la ultraderecha violenta (¡±Ni?os jud¨ªos van al colegio sin uniforme por miedo a revelar su identidad; mujeres musulmanas son acosadas en la calle por culpa de las acciones de un grupo terrorista¡±), pero ha quedado claro, al escucharlo, que su discurso estaba principalmente orientado hacia los manifestantes que, cada fin de semana, expresan su rabia por las calles de Londres y de otras ciudades brit¨¢nicas contra la ofensiva militar de Israel en Gaza.
El primer ministro, cuya popularidad es cada vez menor entre los votantes conservadores y entre sus propios diputados, ha decidido mostrar algo de fortaleza con un asunto incendiario que, en boca de un pol¨ªtico como ¨¦l que profesa abiertamente el hinduismo, puede acabar rebotando en su contra.
¡°Nuestra democracia se ha convertido en un objetivo. Plenos municipales y asambleas locales han sido interrumpidas por v¨¢ndalos. Los diputados no se sienten seguros en sus hogares. Usos y costumbres parlamentarias de larga antig¨¹edad han sido alteradas por razones de seguridad. Y anoche mismo [por el jueves], venci¨® en la elecci¨®n parcial de Rochdale un candidato que desprecia el horror de lo que ocurri¨® el 7 de octubre [los ataques de Ham¨¢s contra poblaci¨®n civil de Israel], glorifica a Hezbol¨¢ y tiene el respaldo de Nick Griffin, el exl¨ªder racista del Partido Nacional Brit¨¢nico¡±, ha asegurado Sunak.
Era una descripci¨®n, con tintes partidistas, de la tensi¨®n pol¨ªtica acumulada durante los ¨²ltimos meses, que afecta sobre todo a la oposici¨®n laborista, pero que tambi¨¦n amenaza a los propios conservadores.
Es cierto que la polic¨ªa brit¨¢nica ha tenido que redoblar esfuerzos para impedir decenas de episodios y abusos contra la poblaci¨®n jud¨ªa, cada vez m¨¢s intranquila a medida que se intensifica la guerra entre Israel y Ham¨¢s. Pero lo que verdaderamente irrita al ala m¨¢s dura del Partido Conservador son las continuas manifestaciones propalestinas de los ¨²ltimos cinco meses, las m¨¢s numerosas de Europa.
Las banderas palestinas, los c¨¢nticos en los que se acusa a Israel de genocidio o incluso el lema From The River To The Sea, Palestine Will Be Free (Desde el r¨ªo Jord¨¢n hasta el mar Mediterr¨¢neo, Palestina ser¨¢ libre), que interpretan como una llamada a que Israel desaparezca del mapa, sacan de sus casillas a los m¨¢s reaccionarios de la derecha brit¨¢nica, que piden m¨¢s mano dura a la polic¨ªa. La exministra del Interior Suella Braverman, que fue precisamente cesada por cuestionar la tibieza con los manifestantes de Scotland Yard, encabeza ahora un movimiento con tintes islam¨®fobos que ha puesto a Sunak contra las cuerdas.
La semana pasada, el speaker (presidente) de la C¨¢mara de los Comunes, Lindsay Hoyle, alter¨® el orden del pleno para dar prioridad al debate y votaci¨®n de una moci¨®n presentada por el Partido Laborista. Su l¨ªder, Keir Starmer, cuya ambig¨¹edad a la hora de condenar los ataques israel¨ªes contra Gaza ha provocado una rebeli¨®n interna en el partido y la dimisi¨®n de muchos representantes municipales musulmanes, intentaba salvar la cara con una petici¨®n de ¡°alto el fuego humanitario¡±. La decisi¨®n del speaker supuso pasar por encima de las dos mociones sobre el mismo tema agendadas para esa sesi¨®n, una de los nacionalistas escoceses y otra del propio Gobierno de Sunak. La rabia de decenas de diputados contra la decisi¨®n de Hoyle, que pidi¨® perd¨®n entre l¨¢grimas, revel¨® algo mucho m¨¢s grave. El presidente de la C¨¢mara hab¨ªa tomado su decisi¨®n para proteger a los diputados laboristas que, seg¨²n le hab¨ªan explicado autoridades policiales, estaban amenazados por grupos extremistas.
La exministra Braverman aprovech¨® lo ocurrido para echar le?a al fuego en una tribuna de opini¨®n en el Daily Telegraph, el diario de referencia del ala dura de los conservadores. ¡°Los islamistas, los extremistas y los antisemitas tienen ahora el control de la situaci¨®n. Han acosado y presionado al Partido Laborista y a nuestras instituciones [por el Parlamento], y pretenden someter a nuestro pa¨ªs¡±, aseguraba.
El diputado Lee Anderson, de su mismo partido, acusaba poco despu¨¦s al alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan, de ser reh¨¦n de esos extremistas y de haberles entregado el control de la capital. El Partido Conservador, con el respaldo de Sunak, expulsaba a Anderson, que se neg¨® a pedir disculpas. La decisi¨®n, sin embargo, provoc¨® las iras de diputados y votantes del ala dura y populista de los tories.
El remate final se ha producido este jueves en Rochdale. George Galloway, la bestia negra del laborismo durante d¨¦cadas ¡ªfue diputado de ese partido antes de presentarse por su cuenta con otras siglas¡ª, ha propinado una derrota humillante a la izquierda. Con su nueva formaci¨®n, el Partido Brit¨¢nico de los Trabajadores, un discurso populista y extremo y una denuncia de la invasi¨®n de Gaza aplaudida por el 30% de musulmanes que habitan en esa circunscripci¨®n, se ha hecho con el 40% de los votos en la elecci¨®n parcial.
Exigencias a la polic¨ªa
¡°Esta semana me he reunido con altos mandos policiales y les he dejado claro que los ciudadanos esperan de ellos no solo que gestionen las manifestaciones, sino que lleven a cabo acciones policiales. Y quiero dejarles claro que, si lo hacen, tendr¨¢n todo nuestro respaldo¡±, anunciaba solemnemente Sunak. Deja en manos de las fuerzas de seguridad una responsabilidad delicada. El primer ministro les pide que respeten el derecho de los ciudadanos a manifestarse pac¨ªficamente, pero que eviten c¨¢nticos a favor de Ham¨¢s o la Yihad Isl¨¢mica, o protestas alrededor del Parlamento.
Sunak ha anunciado nuevas medidas, en menos de un mes, para incrementar los programas de prevenci¨®n del odio entre j¨®venes o en las universidades; y m¨¢s mano dura, con expulsiones expeditivas, contra los inmigrantes que practiquen el extremismo.
¡°El Reino Unido es un pa¨ªs decente, amable, de gente tolerante. Es nuestro hogar. Avancemos juntos, con confianza en nuestros principios y valores y en el futuro¡±, aseguraba el primer ministro, al final de un discurso que, bajo la apariencia de una apelaci¨®n a la concordia, intentaba un gui?o con el ala dura de su partido y remov¨ªa en las disputas internas, a cuenta de la tragedia en Gaza y de sus rivales laboristas.
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