Myanmar se hunde en la pobreza tras el golpe militar de 2021, seg¨²n la ONU

Ha pasado un a?o del ataque que la junta militar que gobierna Myanmar desde febrero de 2021 perpetr¨® contra un acto de la oposici¨®n, y todav¨ªa nadie puede dar una cifra exacta del n¨²mero de muertos. Medios locales cifraron entonces entre 50 y 100 los fallecidos en el bombardeo del Ej¨¦rcito, el en¨¦simo clavo en el ata¨²d de un pa¨ªs que en su d¨ªa fue una de las econom¨ªas emergentes con m¨¢s r¨¢pido crecimiento de la regi¨®n. Pero desde el golpe militar de 2021 se abisma en una crisis poli¨¦drica, bajo el lastre de la pandemia, un aumento de la pobreza y con la represi¨®n y el ¨¦xodo de la minor¨ªa musulmana rohiny¨¢ como tel¨®n de fondo. Ejemplo por antonomasia de conflicto olvidado, Myanmar es la m¨¢s violenta de las 50 guerras que rastrea el Proyecto de Datos sobre Localizaciones y Sucesos de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en ingl¨¦s) en todo el mundo, con una cifra estimada de al menos 50.000 muertos desde el golpe hace tres a?os, incluidos al menos 8.000 civiles.

Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentado este jueves en Nueva York resume gr¨¢ficamente el impacto de esta sangr¨ªa en la antigua Birmania: el 50% de su clase media ha desaparecido desde 2021, mientras que la pobreza va en aumento en un contexto de inseguridad y conflicto, dominado por la persecuci¨®n de los rohiny¨¢s, la minor¨ªa musulmana perseguida por la mayor¨ªa budista en el poder desde 2017, calificada como un ¡°intento de genocidio¡± por la ONU.

Desde la toma del poder por los militares, el 76% de la poblaci¨®n, de 54,7 millones de habitantes, vive por debajo del umbral de la pobreza o en riesgo de caer en ella. Algunos eluden el peligro y logran obtener ingresos para garantizarse una m¨ªnima subsistencia, pero un 49,7% no lo consigui¨® en 2023, una tasa de pobreza que casi duplica a la de 2017 (24,78%). En este trienio, las inversiones extranjeras directas se han desplomado, se?ala el informe, titulado Pobreza y econom¨ªa dom¨¦stica en Myanmar: la desaparici¨®n de la clase media.

La econom¨ªa no se ha recuperado desde la grave contracci¨®n del 17,9% del PIB en 2021, como consecuencia de la pandemia. El informe del PNUD estima que se necesitar¨ªan 4.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 3.700 millones de euros) al a?o para abordar eficazmente el aumento de la pobreza. Pero la inversi¨®n extranjera directa, s¨ªntoma habitual de confianza en un pa¨ªs, no alcanz¨® siquiera los 2.000 millones de d¨®lares en 2021, frente a los 5.000 millones de 2017, bajo el anterior Gobierno militar. Nada que ver con otros pa¨ªses de la regi¨®n, como Vietnam ¨Dpese a sus recientes sacudidas pol¨ªticas¨D o Sri Lanka, destinos preferentes y ¨¢vidos de capital chino.

¡°Los nuevos datos muestran que menos del 25% de la poblaci¨®n de Myanmar consigue asegurarse unos ingresos estables para vivir por encima del umbral de pobreza. Sin intervenciones inmediatas para proporcionar transferencias de efectivo, seguridad alimentaria y acceso a los servicios b¨¢sicos, la vulnerabilidad seguir¨¢ creciendo, y las repercusiones se dejar¨¢n sentir de generaci¨®n en generaci¨®n¡±, se?ala Achim Steiner, administrador del PNUD.

Por si la econom¨ªa no se resintiese bastante, el Gobierno militar ha decidido aplicar una ley de 2010 por la que todos los hombres de entre 18 y 35 a?os y las mujeres de entre 18 y 27 a?os deben prestar servicio durante un m¨¢ximo de dos a?os en el Ej¨¦rcito, mientras que determinados especialistas, como los m¨¦dicos de hasta 45 a?os, deber¨¢n hacerlo durante tres.

El drenaje que esto supone para el tejido productivo del pa¨ªs es sustancial: 14 millones de personas est¨¢n sujetas al servicio militar obligatorio, en un pa¨ªs que llamaba a filas a unas 60.000 al a?o. Son carne de ca?¨®n para la cruenta campa?a contra las minor¨ªas, pero tambi¨¦n un agujero en la mano de obra necesaria para levantar un pa¨ªs apuntalado por la ayuda exterior. En lo que va de a?o, la UE ha asignado 19,2 millones de euros en ayuda humanitaria, la mayor parte para los desplazados internos. Desde que en 2017 empez¨® la represi¨®n sistem¨¢tica de los rohiny¨¢s, Washington ha destinado al pa¨ªs asi¨¢tico m¨¢s de 2.000 millones de d¨®lares.

Las disparidades regionales internas agravan a¨²n m¨¢s la crisis a la vez que cartograf¨ªan el conflicto armado. Las zonas donde se registran combates, pero tambi¨¦n asesinatos, detenciones y torturas, como Kayah, Chin y Sagaing, muestran los niveles de pobreza m¨¢s elevados. La ofensiva se ha intensificado desde octubre, especialmente en Kayah, con la renta per c¨¢pita m¨¢s baja del pa¨ªs, y en Rakhine, en su d¨ªa epicentro del conflicto, privado pr¨¢cticamente de ayuda exterior. El paso del cicl¨®n Mocha, hace ahora un a?o, remat¨® el declive.

¡°Estos datos alarmantes muestran cu¨¢n lejos llega el impacto combinado del conflicto y la crisis econ¨®mica, de ah¨ª que el apoyo tenga que llegar a todas las comunidades vulnerables est¨¦n donde est¨¦n¡±, afirm¨® Kanni Wignaraja, directora regional del PNUD para Asia y el Pac¨ªfico, en la presentaci¨®n del informe. ¡°Myanmar ya ha perdido una d¨¦cada o m¨¢s de inversiones en desarrollo humano y capacidades (¡­). El impacto sobre el desarrollo ser¨¢ intergeneracional¡±, recuerda el texto.

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