La ley de Ruanda, el caso m¨¢s dr¨¢stico de c¨®mo Europa endurece la pol¨ªtica migratoria

Por los cuatro costados, Europa endurece sus pol¨ªticas migratorias y se blinda a las llegadas. La Uni¨®n Europea dio hace unos d¨ªas el visto bueno final al pacto migratorio, que restringe las condiciones de acogida de solicitantes de asilo y agiliza las deportaciones. Y por el camino, el club comunitario ha tejido una serie de pactos con pa¨ªses de origen y tr¨¢nsito, como T¨²nez o Egipto, a los que paga para que eviten las salidas hacia Europa, dejando de lado las preocupaciones por las vulneraciones de los derechos humanos de los reg¨ªmenes a los que env¨ªa esos fondos. Ahora, tras meses de debate, el Reino Unido ha dado luz verde a la controvertida ley que permite la deportaci¨®n de migrantes en situaci¨®n irregular a Ruanda gracias a un convenio con el Gobierno del pa¨ªs africano ¡ªque va un paso m¨¢s all¨¢ que los de la UE¡ª; una medida en la que, sin el alcance de la norma brit¨¢nica, se han inspirado otras iniciativas, como la de Italia para construir centros de acogida y gesti¨®n de solicitantes de asilo en Albania.

La evidencia muestra que la inmigraci¨®n es necesaria tambi¨¦n para Europa, un continente envejecido, y para pa¨ªses que no logran cubrir sus vacantes laborales en varios sectores. En 2023, llegaron al territorio comunitario 385.445 migrantes en situaci¨®n irregular, seg¨²n datos de la agencia de fronteras de la UE, Frontex; lejos de los casi dos millones de 2015, en plena crisis de los refugiados derivada de la guerra de Siria. Sin embargo, pese a las cifras, el asunto es uno de los m¨¢s divisivos en pol¨ªtica nacional y comunitaria, caldo de cultivo electoral y nexo de uni¨®n de la ultraderecha y los populismos, mareas muy diversas que coinciden en su discurso antiinmigraci¨®n.

El auge de las ultraderechas est¨¢, adem¨¢s, empujando a muchos gobiernos ¡ªsobre todo a los conservadores tradicionales¡ª a endurecer su postura con medidas muy cuestionadas desde el punto de vista de los convenios de derechos humanos. Bruselas dise?a ahora otros acuerdos migratorios como el que ha firmado con Egipto, T¨²nez o Mauritania y quiere sumar a otros pa¨ªses como Marruecos.

Este martes, el Consejo de Europa, que agrupa a 46 pa¨ªses, entre ellos al Reino Unido ¡ªque sali¨® de la UE en 2020, tras una campa?a, la del Brexit, muy centrada en la inmigraci¨®n¡ª, ha mostrado su preocupaci¨®n por la ley de Ruanda, especialmente por poner en marcha una pol¨ªtica de expulsi¨®n a ese pa¨ªs sin que las autoridades brit¨¢nicas hayan evaluado antes las solicitudes individuales de asilo. ¡°El proyecto de ley impide que las personas que se enfrentan a una expulsi¨®n a Ruanda accedan a recursos por posibles violaciones de la prohibici¨®n absoluta de devoluci¨®n¡±, ha advertido Michael O¡¯Flaherty, comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa.

¡°Acuerdos dudosos¡± con pa¨ªses extracomunitarios

Stephanie Pope, experta de la ONG Oxfam, se?ala que la UE est¨¢ girando a la derecha en cuestiones migratorias y cree que las ¨²ltimas pol¨ªticas, entre ellas el pacto migratorio, son una reacci¨®n al auge de la ultraderecha. ¡°Se han doblegado ante ellos y ahora tenemos un sistema basado en la disuasi¨®n, la detenci¨®n y la deportaci¨®n¡±, dice. ¡°La UE depende cada vez m¨¢s de cerrar acuerdos dudosos con pa¨ªses no pertenecientes a la UE, pag¨¢ndoles para impedir que la gente llegue a la UE, aparentemente a cualquier coste humano. El acuerdo de Ruanda viola flagrantemente el derecho internacional, europeo y de la UE y no puede convertirse en el modelo de la pol¨ªtica de asilo de la UE¡±, a?ade Pope.

Los ejemplos de ese endurecimiento de postura se acumulan. En Italia, la coalici¨®n de la ultraderechista Giorgia Meloni se hizo con el Gobierno con promesas de mano dura en inmigraci¨®n y de detener las llegadas por el Mediterr¨¢neo. En Suecia, el primer ministro conservador, Ulf Kristersson, asegur¨® al llegar al poder a finales de 2022 que la inmigraci¨®n en el pa¨ªs n¨®rdico es ¡°insostenible¡±. Francia, donde el partido ultra Reagrupamiento Nacional, de Marine Le Pen, est¨¢ aumentando en las encuestas para las elecciones europeas de junio, ha endurecido sus leyes. Tambi¨¦n lo ha hecho el Gobierno de coalici¨®n en Alemania, donde los ultras de Alternativa para Alemania (AfD) presionan con un discurso xen¨®fobo y antiinmigrantes. En Pa¨ªses Bajos, el Gobierno de coalici¨®n liderado por Mark Rutte dimiti¨® en julio de 2023 por un desacuerdo sobre las pol¨ªticas de asilo. Y en Dinamarca, el Gobierno encabezado por la socialdem¨®crata Mette Frederiksen ha aprobado algunas de las medidas m¨¢s restrictivas con la inmigraci¨®n de todo el continente y tambi¨¦n planea enviar a solicitantes de asilo a Ruanda. Adem¨¢s, varios pa¨ªses europeos han impuesto cierres de sus fronteras, pese a que forman parte del espacio Schengen.

En muchos de esos casos, han sido gobiernos conservadores los que han escorado sus medidas. As¨ª lo ha hecho tambi¨¦n el Partido Popular Europeo ¡ªal que pertenece la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen¡ª, que en su manifiesto aprobado en marzo propone duras medidas sobre inmigraci¨®n y planes de deportaci¨®n de solicitantes de asilo al estilo del modelo brit¨¢nico, un cambio crucial, en otra reacci¨®n a la extrema derecha.

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