Las discrepancias por la pol¨ªtica de asilo tumban al Gobierno de Pa¨ªses Bajos
El primer ministro, Mark Rutte, ha presentado su dimisi¨®n tras precipitar la ca¨ªda del Ejecutivo de coalici¨®n al exigir un endurecimiento de las medidas de reunificaci¨®n familiar de los refugiados de guerra
Las discrepancias respecto a la pol¨ªtica de asilo han provocado este viernes la ca¨ªda del Gobierno holand¨¦s. El primer ministro, Mark Rutte, ha forzado el fin de su propio Ejecutivo de centroderecha al reclamar el endurecimiento de la pol¨ªtica de reunificaci¨®n familiar de los refugiados de guerra. Su postura, inflexible, ha acabado por romper la coalici¨®n. Al t¨¦rmino de un consejo de ministros extraordinario convocado este viernes por la noche, Rutte comunic¨® en rueda de prensa la intenci¨®n de su gabinete de presentar su dimisi¨®n al rey Guillermo. El Servicio de Informaci¨®n de la Casa Real confirm¨® luego en su p¨¢gina web que el mandatario ya hab¨ªa presentado su renuncia y que el soberano le recibir¨¢ este s¨¢bado en su residencia del palacio Huis ten Bosch.
¡°El pr¨®ximo paso ser¨¢ convocar elecciones¡±, hab¨ªa dicho el primer ministro en la rueda de prensa, antes de calificar la situaci¨®n de ¡°extremadamente lamentable¡±. Los comicios anticipados podr¨ªan celebrarse a mediados de noviembre, seg¨²n el Consejo Electoral. ¡°Tengo que pensar con tranquilidad si contin¨²o como l¨ªder del [partido] VVD¡±, ha dicho Rutte, que ha recalcado que tiene que abordar primero esa cuesti¨®n con su formaci¨®n pol¨ªtica. Luego ha a?adido que tiene ¡°energ¨ªa e ideas¡± para seguir al frente de su agrupaci¨®n.
La ministra de Finanzas y viceprimera ministra, Sigrid Kaag, miembro de uno de los socios de la coalici¨®n gubernamental ¡ªla formaci¨®n liberal de izquierda D66¡ª, afirm¨® a ¨²ltima hora en su cuenta de Twitter: ¡°Las negociaciones han sido intensas, pero las diferencias han resultado insalvables. Dadas las exigencias actuales, con una guerra en nuestro continente, a nadie beneficia quedarse quieto por una crisis pol¨ªtica¡±.
Despu¨¦s de siete meses de negociaciones, el mandatario liberal del VVD hab¨ªa exigido este mi¨¦rcoles ¡ªen un giro inesperado por culpa de una firmeza rayana en el empecinamiento¡ª la imposici¨®n de una cuota para reducir el flujo de entrada de las parejas e hijos menores de ese grupo de refugiados (los de guerra). La Uni¨®n Cristiana (CU), un partido de inspiraci¨®n protestante que forma parte del Ejecutivo, hab¨ªa rechazado el plan. Otro tanto hicieron los liberales de izquierda (D66). Los democristianos (CDA) s¨ª aceptaban las restricciones, pero las tensiones han acabado dinamitando la alianza gubernamental.
La coalici¨®n ahora rota necesit¨® 10 meses de negociaciones para poder presentarse oficialmente en la foto de familia el pasado enero. Se trata de la tercera vez que un equipo de gobierno liderado por Rutte acaba quebrado. La primera fue en 2012. Fue tras dos a?os de gesti¨®n con la CDA y contaba con el apoyo externo de la extrema derecha de Geert Wilders, cabeza del Partido por la Libertad. Este retir¨® su apoyo porque no estaba de acuerdo con las medidas de austeridad que siguieron a la crisis financiera de 2008. El segundo caso se produjo con una dimisi¨®n en bloque en enero de 2021 por el esc¨¢ndalo de las ayudas familiares. Tambi¨¦n ah¨ª hab¨ªa un componente migratorio en la disoluci¨®n del Gobierno: esas prestaciones discriminaron a los padres en funci¨®n de su origen y apellido extranjero. Ese Gobierno ten¨ªa la misma composici¨®n del actual.
A pesar de que el asilo y la inmigraci¨®n son dos de los asuntos que m¨¢s dividen a los pol¨ªticos, la crisis del cuarto Gobierno consecutivo de Rutte desde 2010 ha estallado de manera abrupta. Incluso incomprensible, porque la Uni¨®n Cristiana, que se presenta como ¡°el partido de la familia¡±, hab¨ªa propuesto el estudio a fondo de todas las opciones para debatirlas a la vuelta del verano. Los liberales de izquierda eran tambi¨¦n proclives a revisar la situaci¨®n con amplitud de miras. Sin embargo, el primer ministro ha sido tajante: quiere distinguir entre las personas que huyen porque son amenazadas a t¨ªtulo personal en sus pa¨ªses de origen y los que escapan de un conflicto armado. La situaci¨®n de los segundos se considera temporal y, por tanto, pueden obtener un permiso de residencia de hasta tres a?os.
Al margen de la consideraci¨®n general, la medida que ha dividido hasta la ruptura a los socios gubernamentales exig¨ªa un comp¨¢s de espera de dos a?os antes de permitir el reencuentro familiar. Adem¨¢s, este solo ser¨ªa posible en funci¨®n de una cuota que permitir¨ªa establecerse en el pa¨ªs a 200 de estos parientes al mes como m¨¢ximo. Un ni?o discapacitado, por ejemplo, lo har¨ªa antes que otro sin ese problema; los menores de dos a?os tendr¨ªan preferencia sobre los de 14 a?os. Seg¨²n la Oficina Central de Estad¨ªstica, 10.925 familiares de solicitantes de asilo se trasladaron en 2022 a Pa¨ªses Bajos. Son unos 800 m¨¢s que el a?o anterior.
Antes del choque, los cuatro socios de la coalici¨®n holandesa estaban incluso dispuestos a aplicar un sistema de doble estatus. Servir¨ªa para distinguir entre las personas perseguidas por su orientaci¨®n sexual o su religi¨®n, y, por tanto, con derecho a un permiso permanente de residencia, y las que salen de una guerra. De estas ¨²ltimas se espera que regresen a su pa¨ªs una vez resuelto el conflicto armado, y de ah¨ª el empe?o de Rutte en dificultarles la reunificaci¨®n. La cuesti¨®n era c¨®mo hacerlo y, de repente, la situaci¨®n se encon¨®.
El primer ministro dijo que llevar¨ªa sus nuevas exigencias al Consejo de Ministros de este viernes para su votaci¨®n, algo poco frecuente en asuntos tan controvertidos. La norma suele ser lograr un compromiso para evitar la p¨¦rdida de confianza mutua. El VVD tiene ahora siete ministros, D66 y la Uni¨®n Cristiana suman nueve juntos, y el CDA cuenta con cuatro. Una cosa ha quedado clara: Rutte ha invertido buena parte de su capital pol¨ªtico en el debate migratorio. ¡°Es cierto que los votantes de su partido reclaman dureza en lo relativo a la inmigraci¨®n, pero no est¨¢ claro qu¨¦ ha movido a Rutte a dar un paso as¨ª¡±, se?ala, en conversaci¨®n telef¨®nica, la columnista Petra de Koning, autora de una biograf¨ªa sobre el pol¨ªtico. ¡°No se sabe si ser¨¢ m¨¢s fuerte despu¨¦s de esto¡±, a?ade.
Rutte tiene ya en el horizonte las pr¨®ximas elecciones. Con la legislatura concluida abruptamente a medio camino ¡ªla democracia cristiana est¨¢ en horas bajas y los liberales de izquierda, algo estancados¡ª, las encuestas marcan ahora el ascenso del Movimiento Campesino Ciudadano (BBB). Liderado por Caroline van der Plas, representa los intereses del mundo rural y est¨¢ dispuesto a apoyar la introducci¨®n de cuotas para los asilados. Cuenta, adem¨¢s, con una baza: tiene mayor¨ªa en el Senado. Al partido de Rutte, su postura inflexible puede hacerle ganar votos al mostrarse como los que tratan de reducir la presencia de peticionarios de asilo en plena crisis por la escasez de vivienda. Pero este movimiento tambi¨¦n puede penalizarlo.
Todos los a?os llegan a Pa¨ªses Bajos unos 200.000 migrantes, la mayor¨ªa en busca de trabajo, estiman los mismos expertos de Estad¨ªstica. Hay tambi¨¦n estudiantes y decenas de miles de solicitantes de asilo. En 2022, las peticiones de estos ¨²ltimos sumaron 35.000, un 44% m¨¢s que el a?o anterior. El Gobierno calcula que pueden ascender a 72.000 en 2024; en 2025, la proyecci¨®n apunta a 76.000. Los ciudadanos ucranios no est¨¢n incluidos en estos c¨®mputos. Las im¨¢genes de cientos de personas durmiendo al aire libre en p¨¦simas condiciones en agosto pasado en el centro de recepci¨®n de Ter Apel, al norte del pa¨ªs, tuvieron eco internacional. Incluso se desplaz¨® un equipo de M¨¦dicos sin Fronteras, que calific¨® la situaci¨®n de ¡°degradante e inhumana¡±. Llegados de lugares como Yemen, Eritrea, Sud¨¢n, Siria o Afganist¨¢n, son los que figuran en primera l¨ªnea del recorte familiar patrocinado por los liberales de Rutte y secundado por la democracia cristiana.
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