Veinte a?os del ¡®big bang europeo¡¯, el espejo en el que se mira la pr¨®xima gran ampliaci¨®n hacia el Este
La integraci¨®n de 10 nuevos pa¨ªses a la UE en 2004 supuso una enorme transformaci¨®n para el club y los nuevos socios. Ucrania, Moldavia y parte de los Balcanes aguardan ahora su turno
La Uni¨®n Europea mira ya hacia su pr¨®xima gran ampliaci¨®n. Lo hace con las lecciones aprendidas del ensanche hacia el Este de 2004, un aut¨¦ntico big bang que sum¨® al club comunitario 10 pa¨ªses ¡ªChipre, Rep¨²blica Checa, Estonia, Hungr¨ªa, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia¡ª y que ha supuesto uno de los pasos de mayor calado en los casi 70 a?os de historia de la Uni¨®n. La adhesi¨®n de los socios del Este, un grupo diverso pol¨ªtica, social y econ¨®micamente, cumple este mi¨¦rcoles 20 a?os en pleno debate sobre un nuevo alargamiento para sumar a Ucrania, un pa¨ªs en guerra, a Moldavia y a los Balcanes (los Estados que a¨²n no se han incorporado al bloque). El balance para esos Estados miembros que cumplen dos d¨¦cadas en el proyecto com¨²n y para el club comunitario es enormemente positivo en todos los campos, pero tambi¨¦n ha supuesto grandes desaf¨ªos, como la deriva autoritaria de Polonia y Hungr¨ªa o que la cohesi¨®n social avanza m¨¢s lenta de lo esperado. Esa cuantiosa incorporaci¨®n ha supuesto tambi¨¦n un enorme reto en el funcionamiento interno de la UE, con estructuras que se concibieron con un n¨²mero de socios muy inferior al actual.
La gran ampliaci¨®n de 2004 sum¨® a la Uni¨®n Europea m¨¢s de 70 millones de habitantes. Con la pr¨®xima, a¨²n en dise?o y para la que el club comunitario tendr¨¢ que emprender reformas previas, los ciudadanos de la UE ser¨¢n m¨¢s de 500 millones. ¡°Para los nuevos miembros la motivaci¨®n del acceso a la Uni¨®n ha sido el fuerte deseo de ser parte de este mundo de libertad y prosperidad¡±, lanz¨® este martes el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en una ceremonia de conmemoraci¨®n. ¡°Europa es mucho m¨¢s que geograf¨ªa, es una idea¡±, apunt¨®. Para la Uni¨®n, que ya no quiere zonas grises con una potencia imperialista como Rusia, cuya guerra a gran escala contra Ucrania ha entrado en su tercer a?o, la pr¨®xima ampliaci¨®n es tambi¨¦n una cuesti¨®n de seguridad.
El cambio en los nuevos ha sido may¨²sculo. La presidenta de la Comisi¨®n Europea ha hablado estos d¨ªas de ¡°milagro econ¨®mico¡± para esos Estados miembros como consecuencia de la adhesi¨®n. Porque si hay un espejo al que se pueden mirar los aspirantes a ingresar en la Uni¨®n respecto a lo que ha sucedido en los ¨²ltimos 20 a?os, es la evoluci¨®n de sus econom¨ªas. La mayor¨ªa de sus indicadores son positivos en pr¨¢cticamente la decena de pa¨ªses que protagonizaron la adhesi¨®n. El PIB per c¨¢pita en muchos de ellos ha crecido muy r¨¢pido. En Polonia, el m¨¢s grande de todos, se ha duplicado: de 6.900 euros por habitante en 2003 a 14.750 euros el a?o pasado. Saltos incluso superiores se han dado en Estonia, Lituania, Letonia o Eslovaquia y algo menos en Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa o Eslovenia, aunque este ¨²ltimo pa¨ªs estaba m¨¢s avanzado cuando ingres¨®.
¡°La esperanza de los pa¨ªses del Este y centro de Europa era que su membres¨ªa a la UE impulsar¨ªa el crecimiento y generar¨ªa ganancias fuertes en su nivel de vida¡±, rememora la investigadora Sona Muzik¨¢rov¨¢, del instituto de an¨¢lisis Atlantic Council. Despu¨¦s de repasar la situaci¨®n actual, subraya que todav¨ªa hay camino por recorrer porque los pa¨ªses del Este todav¨ªa est¨¢n ¡°un 20%¡± por debajo de la media de la UE. ¡°Entrar en la UE no es un catalizador autom¨¢tico de convergencia y prosperidad¡±, apunta.
M¨¢s all¨¢ de la entrada, la llegada de fondos europeos a esos Estados marca una gran diferencia. Y en este cap¨ªtulo, el dinero ha llegado por decenas de miles de millones (como tambi¨¦n lo hizo a Italia, Espa?a y Portugal antes o ahora con el Fondo de Recuperaci¨®n). Polonia, por ejemplo, ha recibido en este tiempo de todos los recursos que se etiquetan como pol¨ªtica de cohesi¨®n (Desarrollo Regional, Fondo Social Europeo, Fondo de Cohesi¨®n o Transici¨®n Justa) 160.000 millones de euros. La cifra podr¨ªa ir mucho m¨¢s si se sumara el dinero de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n. A Hungr¨ªa y la Rep¨²blica Checa han llegado 51.000 millones y a Eslovaquia unos 25.000 millones.
En el marco de estas ingentes transferencias, el excomisario socialista h¨²ngaro L¨¢szl¨® ?ndor apunta que ¡°el beneficio de la Pol¨ªtica de Cohesi¨®n de la UE no es simplemente que haya una transferencia neta a los pa¨ªses m¨¢s pobres, sino tambi¨¦n el hecho de que la UE obliga a estos pa¨ªses a ocuparse de sus regiones m¨¢s d¨¦biles y tambi¨¦n les obliga a invertir en capital humano¡±. El ahora secretario general de la Fundaci¨®n de Estudios Progresistas Europeos s¨ª que se?ala una deficiencia en la ampliaci¨®n de 2004: ¡°Tuvo una dimensi¨®n social muy d¨¦bil. El flanco este representa una segunda clase donde el Estado del bienestar es mucho m¨¢s d¨¦bil y lo mismo podr¨ªamos decir de las relaciones laborales: la negociaci¨®n colectiva cubre a una minor¨ªa de empleos y los sueldos no crecen con suficiente dinamismo¡±.
Sentimiento nacionalista
Este conocedor de los engranajes de Bruselas apunta, cuando se le pregunta qu¨¦ lecciones se pueden sacar para la pr¨®xima ampliaci¨®n, que el objetivo se?alado por el presidente del Consejo Europeo de estar listos para 2030 ¡°es un plazo realista¡±. Sabe que en los pa¨ªses occidentales de la UE, especialmente entre los fundadores, se reflexiona mucho sobre esa integraci¨®n y se hacen reproches sobre los pasos atr¨¢s dados en Polonia y Hungr¨ªa relativos al Estado de derecho, pero cree que se olvidan de que el respaldo a las opciones ultranacionalistas que han guiado estos procesos llega ¡°en parte como consecuencia de las situaciones asim¨¦tricas vividas durante y despu¨¦s del proceso de adhesi¨®n a la UE¡±. Y cita ejemplos como la exigencia de desmantelar la industria azucarera en Rep¨²blica Checa o Hungr¨ªa para entrar en la Uni¨®n o la rigidez con el d¨¦ficit para Polonia. ¡°Eso dio lugar a una sensaci¨®n de doble rasero y un sentimiento nacionalista m¨¢s fuerte¡±, apunta.
Muzik¨¢rov¨¢, por su parte, se?ala que ser¨¢ dif¨ªcil que se repita una gran oleada como la de 2004 ¡°debido a la naturaleza ¨²nica de Ucrania¡±, un pa¨ªs ahora ocupado en parte por Rusia. No obstante, ella s¨ª que apunta a una lecci¨®n para la futura ampliaci¨®n: ¡°La experiencia sugiere que Ucrania y los dem¨¢s pa¨ªses cosechar¨¢n los mayores beneficios de la adhesi¨®n a la UE si desarraigan la corrupci¨®n, logran una gobernanza s¨®lida y crean capacidades institucionales p¨²blicas de alta calidad¡±.
Esa divisi¨®n entre los ¡°viejos¡± y los ¡°nuevos¡± socios ¡ªen 2007 entraron Bulgaria y Rumania; en 2013, Croacia¡ª se percibe tambi¨¦n en la percepci¨®n sobre la pr¨®xima gran ampliaci¨®n. Sus propias realidades, el camino hacia la prosperidad y su propia herencia hist¨®rica bajo los intentos de Rusia de extender su paraguas de influencia han dejado poso. Mientras que en Austria (53%), Alemania (50%) y Francia (44%) una mayor¨ªa de encuestados cree que la UE no deber¨ªa emprender ninguna ampliaci¨®n inmediata, son mayor¨ªa en Rumania o Polonia los ciudadanos que creen que s¨ª debe hacerlo, seg¨²n la ¨²ltima encuesta del laboratorio de ideas European Council on Foreign Relations (ECFR).
Aunque bajando al terreno, una mayor¨ªa de los europeos est¨¢ preocupado por si esa nueva gran ampliaci¨®n que ahora se debate en Bruselas ¡ªuna realidad mucho m¨¢s clara despu¨¦s de que a finales del a?o pasado se decidiese abrir negociaciones de adhesi¨®n con Kiev¡ª puede plantear riesgos para la seguridad de la Uni¨®n. Un 45% cree que sumar a Ucrania puede tener ¡°impacto negativo¡±, seg¨²n el sondeo de ECFR. Tambi¨¦n se ha apreciado ya un aperitivo de las tensiones que puede haber cuando acceda Ucrania, el pa¨ªs m¨¢s extenso de Europa, eminentemente agr¨ªcola y para cuya reconstrucci¨®n se necesitar¨¢n decenas de miles de millones de euros. La sola idea ha tensado las costuras de los socios del Este, donde ha habido protestas de agricultores que han dejado al descubierto que tambi¨¦n har¨¢ falta una reforma de la pol¨ªtica de cohesi¨®n y agr¨ªcola.
Los candidatos, como Moldavia, Ucrania y los Balcanes aceleran en la senda de sus reformas para asimilarse a los est¨¢ndares europeos ¡ªmedidas econ¨®micas, pol¨ªticas, jur¨ªdicas o anticorrupci¨®n¡ª. Y mientras, Bruselas debate c¨®mo emprender ese nuevo ensanche. Este ser¨¢ ¡°gradual¡± en determinadas pol¨ªticas ya antes de su adhesi¨®n, como apunt¨® la Comisi¨®n en una comunicaci¨®n sobre la ampliaci¨®n de marzo. Eso anticipar¨¢ determinados beneficios y obligaciones de la pertenencia a la UE.
Una de esas obligaciones es que las reformas pondr¨¢n m¨¢s el acento previo en el cumplimiento del Estado de derecho y en que los beneficios econ¨®micos del club se condicionen m¨¢s a ello. Es la lecci¨®n aprendida del caso de Polonia, que primero fue el alumno aventajado y m¨¢s tarde se convirti¨® en el socio d¨ªscolo por su deriva autoritaria. Ahora el nuevo Ejecutivo de Donald Tusk lo est¨¢ revirtiendo, pero el retroceso motiv¨®, como todav¨ªa pasa con Hungr¨ªa, que se le congelasen miles de millones de euros en fondos europeos. La pr¨®xima ampliaci¨®n hacia el Este ser¨¢ la gran prueba a la que se enfrente la Uni¨®n y puede convertirse en un desaf¨ªo econ¨®mico, social y democr¨¢tico inmenso.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.