Los periodistas de la Rai se alzan contra ¡®Telemeloni¡¯
Los trabajadores de la cadena p¨²blica anuncian nuevas protestas, tras el seguimiento mayoritario de una huelga, para protestar contra la ¡°censura diaria¡± de la ultraderecha
Roma lleva d¨ªas empapelada con unos carteles azules donde aparece una caricatura de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y un brazo levantado haciendo el saludo romano. ¡°Apaga la Rai [la principal cadena p¨²blica italiana de televisi¨®n], ?no ves que el fascismo ya est¨¢ aqu¨ª?¡±. Es una muestra m¨¢s del malestar que recorre los plat¨®s donde se produce la informaci¨®n p¨²blica, acosada, seg¨²n los propios periodistas, por el Gobierno. ¡°Nunca hab¨ªamos vivido una situaci¨®n as¨ª. Ni siquiera en los tiempos de Berlusconi. La censura se manifiesta de forma diaria¡±, explica Enrica Agostini, veterana periodista de Rai News 24, el canal p¨²blico de informaci¨®n continua. El pasado lunes, la mayor¨ªa de empleados decidi¨® ir a la huelga en una protesta ins¨®lita que algunas cadenas del ente p¨²blico lograron sortear gracias al boicot de un peque?o sindicato vinculado a la derecha que la direcci¨®n acaba de crear. El pr¨®ximo jueves 16 de mayo los periodistas quieren salir a la calle de Roma para denunciar ¡°la amenaza a la libertad de prensa que constituye el Gobierno de Meloni¡±.
El cambio de paradigma, denuncian los periodistas de la Rai consultados por este peri¨®dico, ha sido m¨¢s agresivo que en ninguna de las ¨¦pocas anteriores. Los empleados se quejan de que ya no existe ning¨²n espacio de pluralidad en la cadena y que a menudo sufren presiones para enfocar de forma distinta sus informaciones. La lucha por el control de los medios en Italia no es nueva y encontr¨® su m¨¢ximo apogeo con Silvio Berlusconi en el poder, propietario de Mediaset. Sin embargo, incluso entonces, las cadenas p¨²blicas estaban repartidas entre partidos en lo que se conoc¨ªa como la lottizzazione, una suerte de distribuci¨®n hist¨®rica de los canales, nacida en tiempos de la Democracia Cristiana y el Partido Comunista. Hoy, se quejan, ya no existe ese pacto y todo el flujo comunicativo p¨²blico est¨¢ dominado por el relato de la derecha. ¡°Se ha convertido en Telemeloni, y es algo extremadamente descarado que comienza desde que entras por la puerta hasta que se emite la pieza en la que has trabajado¡±, se?ala un periodista del TG1 que exige anonimato para hablar.
Agostini, que pertenece al sindicato mayoritario, habla abiertamente de lo que considera casos de censura. ¡°En la pol¨ªtica se manifiesta la censura cada d¨ªa. Controlan las palabras que podemos usar en las piezas. Yo soy una resistente, llevo muchos a?os aqu¨ª y tengo un papel sindical: conmigo van con m¨¢s cuidado. Pero lo hacen con todos y es algo cotidiano. La gente retira la firma de las piezas porque solo emiten propaganda. Llevo informando de pol¨ªtica 20 a?os, nunca hab¨ªa sido as¨ª, nunca hab¨ªamos escondido noticias. Y es rid¨ªculo, porque luego salen en otro sitio y la gente se da cuenta de lo que estamos haciendo¡±, se?ala al tel¨¦fono. ¡°Cuando manipulan tus noticias Intentan negociarlo contigo, claro. Cuando escrib¨ª sobre el salario m¨ªnimo, por ejemplo, dije que el Gobierno hab¨ªa acabado con la idea. Mi jefe me dijo: ¡®eso parece un juicio personal¡¯. Le contest¨¦ que era solo la realidad. Pero la censura, en mi caso, por ejemplo, es que ya no me dejan seguir los asuntos del Gobierno. Y algunos de nosotros no podemos escribir sobre la derecha¡±, insiste.
Roberto Sergio es el nuevo consejero delegado, presumiblemente solo hasta que termine el a?o de mandato que le quedaba a su predecesor y se pueda nombrar a Giampaolo Rossi, hombre de confianza de la primera ministra. Cuando recibi¨® el encargo mand¨® una carta a los empleados diciendo que hab¨ªa que crear un nuevo ¡°storytelling de la naci¨®n¡±. Es decir, otra narrativa, otra forma de contar la historia. Un mensaje evidente del cambio de rumbo.
Rossi ¡ªde momento es director general a la espera de que comience un mandato pleno dentro de un a?o¡ª tiene mucho peso tambi¨¦n, y no es un perfil cualquiera. Se trata de uno de los organizadores del Atreju, el congreso cultural de Hermanos de Italia, profundamente ideologizado, trabajado intelectualmente y de inocultables tendencias filoputinianas. Rossi representa mejor que nadie esa voluntad de construir un relato de Italia ¡ªy del mundo¡ª que encaje en el per¨ªmetro ideol¨®gico de la derecha. Llega de la mano de otros dos viejos conocidos: Paolo Corsini y Angelo Mellone (periodista y ensayista sobre ese espectro ideol¨®gico).
Un esc¨¢ndalo may¨²sculo
Ese storytelling de la naci¨®n, que la derecha considera que le fue arrebatado durante muchos a?os por la izquierda desde los plat¨®s y la industria cultural, no pasa porque la primera ministra pueda recibir cr¨ªticas de los intelectuales en antena. Y ese fue el caso que hizo detonar todas las protestas. Hace tres semanas, el programa de Rai 3 Ch¨¨ Sar¨¤ que presenta Serena Bortone hab¨ªa encargado un mon¨®logo al escritor Antonio Scurati para conmemorar el 25 de abril, D¨ªa de la Liberaci¨®n del fascismo de Italia. Scurati, autor de los tres vol¨²menes de la trepidante biograf¨ªa de Mussolini, escribi¨® un texto hist¨®rico, pero cr¨ªtico con el Gobierno de Meloni y con ella misma (dec¨ªa, entre otras cosas, que Meloni procede de una cultura ¡°neofascista¡± y que su Ejecutivo no se ha desvinculado de los cr¨ªmenes cometidos durante el r¨¦gimen de Mussolini). Cuando el documento pas¨® la revisi¨®n de la direcci¨®n, sin ninguna explicaci¨®n, fue cancelado el contrato. El esc¨¢ndalo fue may¨²sculo y hasta la propia Meloni intervino para decir que hab¨ªa sido por una cuesti¨®n de dinero, que era demasiado lo que iba a pag¨¢rsele a Scurati (1.500 euros brutos).
Bortone ley¨® el mon¨®logo en el programa y denunci¨® la situaci¨®n. Y por eso, la Rai le ha abierto un expediente disciplinario y ella ha preferido declinar la posibilidad de hablar con este peri¨®dico. Sin embargo, fuentes cercanas al caso aseguran que la excusa del dinero puesta por la Rai no se sostiene porque son las tarifas habituales. Daniel Macheda, secretario de Usigrai, sindicato de trabajadores, denuncia a este peri¨®dico la pol¨ªtica de represalias que est¨¢ utilizando la cadena con las voces cr¨ªticas. ¡°Lo que est¨¢ pasando, incluido el anuncio de la apertura del expediente disciplinario para Serena Bortone, solo agrava la situaci¨®n. Est¨¢ gest¨¢ndose algo cuyo resultado iremos viendo poco a poco y que es inquietante. Lo de Scurati, por ejemplo, no pod¨ªa resolverse con un expediente disciplinario. No aclara lo que pas¨® y solo acusa a la colega¡±, apunta.
La direcci¨®n de la cadena acaba de crear un nuevo sindicato completamente minoritario y de adscripci¨®n ideol¨®gica a la derecha para preparar la batalla. El Gobierno considera que durante a?os las posiciones de la derecha fueron marginadas y que es el momento de acabar con esa situaci¨®n. Aunque haya que abrir una lucha interna que desgaste el prestigio de la cadena. Macheda asegura que no entiende de ¡°qu¨¦ equilibrio hablan¡±. ¡°Nunca hab¨ªa visto algo as¨ª. La Rai siempre ha tenido injerencia de partidos, siempre lo hemos denunciado como sindicato. Y lo seguiremos haciendo. Pero siempre se hab¨ªa distribuido bien la presencia de los partidos. Hoy ya no es as¨ª. El otro d¨ªa emitimos 46 minutos de un discurso de Meloni, con los aplausos incluidos. ?Y estamos en campa?a electoral!¡±, protesta.
El problema de la Rai se suma a varias operaciones en marcha del Ejecutivo para ampliar el espectro de medios afines. El ¨²ltimo caso es el de la posible venta de Agi, la segunda agencia de noticias del pa¨ªs, a un diputado de la Liga. Antonio Angelucci, el parlamentario con m¨¢s abstencionismo, con m¨¢s casos de incomparecencia en las sesiones (casi un 99%), es un empresario de la sanidad que, adem¨¢s, posee tres peri¨®dicos vinculados a la derecha. La agencia, propiedad actualmente de la compa?¨ªa energ¨¦tica Eni (participada en un 35% por el Estado). Es decir, el Ministerio de Econom¨ªa es el accionista mayoritario de la empresa, que deber¨¢ decidir la venta de una pieza clave de la informaci¨®n italiana a un diputado de la Liga que ya ha demostrado con creces su cercan¨ªa con Meloni en las informaciones de sus medios. Si se consuma la operaci¨®n, creen los sindicatos de periodistas del pa¨ªs, el Gobierno habr¨¢ acumulado una influencia medi¨¢tica sin precedentes.
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