La ultraderecha fustiga al presidente Rebelo de Sousa por defender reparaciones a las antiguas colonias de Portugal
Chega se queda solo en su af¨¢n de denunciar por ¡°traici¨®n a la patria¡± al jefe del Estado, que abri¨® un debate sobre la responsabilidad hist¨®rica por el imperialismo
Empezando por el final: ning¨²n partido pol¨ªtico portugu¨¦s ha secundado a Chega en su intento de llevar a los tribunales al presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, con el argumento de que hab¨ªa traicionado a la patria. A ojos de la ultraderecha, su gran delito hab¨ªa sido defender que el pa¨ªs tiene que realizar gestos y reparaciones por su pasado colonial, donde se incluyen tres guerras para impedir la independencia de Mozambique, Angola y Guinea-Bis¨¢u que costaron la vida a 44.000 personas, entre combatientes y civiles. Antes de los conflictos del siglo XX, Portugal se instal¨® en algunos puntos de ?frica a partir del siglo XV y se calcula que, entre 1500 y 1860, fue responsable del tr¨¢fico hacia Am¨¦rica de 4,8 millones de personas, el 38% del total de africanos vendidos como esclavos por las potencias coloniales.
Con la fuerza de sus 50 diputados, Andr¨¦ Ventura, l¨ªder de Chega, pudo forzar que la acci¨®n jur¨ªdica contra el jefe del Estado portugu¨¦s fuese tomada en consideraci¨®n en la Asamblea de la Rep¨²blica, donde se cre¨® una comisi¨®n especial ¨Dla propuesta era totalmente in¨¦dita en 50 a?os de democracia¨D para analizar si la petici¨®n proced¨ªa.
Isabel Moreira, diputada socialista y especialista en Derecho Constitucional, fue la encargada de elaborar un dictamen para la comisi¨®n parlamentaria. No vio en las palabras de Rebelo de Sousa delito alguno, en particular el de traici¨®n a la patria. ¡°No us¨® sus funciones para usurpar otros poderes soberanos o favorecer de alg¨²n modo a cualquier Estado extranjero, ni practic¨® ning¨²n acto p¨²blico o privado con potencialidad de perjudicar la soberan¨ªa del Estado portugu¨¦s¡±, sostiene el informe. En menos de 15 minutos, la comisi¨®n despach¨® el asunto: todos los partidos votaron a favor del dictamen y rehusaron llevar al presidente de la Rep¨²blica ante la justicia. Chega fue la ¨²nica de las siete formaciones representadas en la comisi¨®n que vot¨® en contra del informe de Moreira.
Lo ocurrido en la comisi¨®n se repiti¨® este viernes en el pleno de la Asamblea de la Rep¨²blica, donde la derecha radical fue la ¨²nica formaci¨®n en votar a favor de iniciar un proceso contra el jefe del Estado por traici¨®n a la patria. ¡°Es evidente que son todos contra Chega y la mayor¨ªa de portugueses que se sinti¨® traicionada¡±, afirm¨® Andr¨¦ Ventura. El aislamiento de los populistas fue visible cuando el resto de los diputados de la C¨¢mara, que pertenecen a ocho partidos distintos, se pusieron en pie para votar en contra. ¡°Ni el peor alumno de primero de la facultad de Derecho presentar¨ªa un proyecto tan absurdo como el de Chega¡±, recrimin¨® el diputado del Centro Democr¨¢tico Social (CDS, centroderecha y miembro de la coalici¨®n del Gobierno), Paulo N¨²ncio.
Horas antes, durante un debate sobre el futuro aeropuerto de Lisboa, una alusi¨®n despectiva de Andr¨¦ Ventura hacia los turcos (¡±no son propiamente conocidos por tratarse del pueblo m¨¢s trabajador del mundo¡±) desat¨® tambi¨¦n el rechazo generalizado de parte de la oposici¨®n, que recibi¨® con sorpresa la decisi¨®n del presidente de la Asamblea, Jos¨¦ Pedro Aguiar-Branco, de permitirla. ¡°?Se puede afirmar entonces en el Parlamento que una determinada raza o etnia es m¨¢s burra o perezosa?¡±, interpel¨® la presidenta del grupo parlamentario socialista, Alexandra Leit?o. ¡°En mi opini¨®n, s¨ª¡±, replic¨® Aguiar-Branco.
La iniciativa de Chega para sentar en el banquillo a Marcelo Rebelo de Sousa ha fracasado, pero ha servido para evidenciar que tiene en su punto de mira pol¨ªtico al presidente de la Rep¨²blica, que en algunos momentos del pasado no escondi¨® su reticencia ante una hipot¨¦tica llegada de los ultras al Gobierno. Parad¨®jicamente, su decisi¨®n de adelantar las elecciones a marzo tras la dimisi¨®n de Ant¨®nio Costa como primer ministro result¨® muy favorable para el crecimiento del populismo. El veto a la entrada de Ventura en el nuevo Ejecutivo conservador ha sido una decisi¨®n personal del actual primer ministro, Lu¨ªs Montenegro, que mantuvo su compromiso de la campa?a electoral de no pactar con Chega.
La controversia sobre la posici¨®n del presidente surgi¨® durante una cena con corresponsales extranjeros. All¨ª, Rebelo de Sousa se mostr¨® partidario de reparar a los pa¨ªses que hab¨ªan sufrido el colonialismo portugu¨¦s, que se prolong¨® hasta abril de 1974, cuando la Revoluci¨®n de los Claveles puso fin a las guerras iniciadas en 1961. Dos d¨ªas despu¨¦s, en su discurso en la sesi¨®n oficial del 25 de Abril, Ventura bram¨® contra sus palabras: ¡°El presidente traicion¨® a los portugueses cuando dice que tenemos que culparnos. Pagar, ?el qu¨¦? Pagar, ?por qu¨¦? Yo siento orgullo por nuestra historia¡±.
Tampoco el Gobierno ni parte de la oposici¨®n comparten la visi¨®n del presidente de la Rep¨²blica. En una entrevista con EL PA?S, el ministro de Asuntos Exteriores, Paulo Rangel, sosten¨ªa que no hab¨ªa ¡°fantasmas¡± respecto al pasado colonial. ¡°Portugal nunca ha tenido ni tendr¨¢ dudas en pedir disculpas por masacres del pasado o represiones culturales que hayan dejado marcas, pero tiene una pol¨ªtica de reconciliaci¨®n activa y de reencuentro con la historia¡±, sosten¨ªa. Rangel recordaba algunos ejemplos para ilustrar la v¨ªa de la ¡°reconciliaci¨®n¡± seguida por los diferentes gobiernos, como los esfuerzos para ayudar a Timor Este a conseguir su independencia o el perd¨®n de deuda a Cabo Verde, convertida en un fondo ambiental para energ¨ªas renovables.
El nuevo Ejecutivo de centroderecha de Montenegro ha anunciado la creaci¨®n de c¨¢tedras en las universidades portuguesas de tetun y criollo, lenguas usadas en Timor, Guinea-Bis¨¢u y Cabo Verde, adem¨¢s de estar disponible para estudiar ¡°caso a caso¡± la devoluci¨®n de determinados bienes culturales. ¡°Sinceramente, no hay un problema, no me gustan los discursos del resentimiento. Hay mucho por hacer, pero no desde el resentimiento o el discurso del odio, sino con la reconciliaci¨®n con nuestras antiguas colonias, porque eran colonias y eso no debe olvidarse¡±, opina Rangel.
Ning¨²n pa¨ªs ha solicitado, de momento, compensaciones econ¨®micas por lo ocurrido en el pasado y es una v¨ªa que el Gobierno luso cierra totalmente. ¡°No quiero hablar de un clima de paz y amor naif o ingenuo, pero no tiene sentido hacer de esto una guerra. Para nosotros, la cuesti¨®n de las reparaciones no existe y nunca ha sido solicitada hasta hoy¡±, afirm¨® el ministro hace una semana.
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