La muerte del presidente iran¨ª trastoca la carrera para suceder al ayatol¨¢ Jamene¨ª
El r¨¦gimen isl¨¢mico trata de blindar su continuidad tras la desaparici¨®n de Rais¨ª, que sonaba como aspirante a l¨ªder supremo como una f¨®rmula de consenso entre el clero chi¨ª y la poderosa Guardia Revolucionaria
La muerte del presidente iran¨ª, Ebrahim Rais¨ª, en un accidente de helic¨®ptero el 19 de mayo no solo dej¨® a la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n sin el jefe de su Ejecutivo. El nombre de Rais¨ª sonaba como posible sucesor del l¨ªder supremo del pa¨ªs, el ayatol¨¢ Ali Jamene¨ª, y tambi¨¦n para presidir la Asamblea de Expertos, el organismo en el que se sientan 88 hombres que deber¨¢ elegir al cl¨¦rigo que ocupar¨¢ el puesto de Jamene¨ª cuando este fallezca. Esa sucesi¨®n se acerca de forma inexorable; el l¨ªder supremo iran¨ª cumpli¨® 85 a?os en abril, pero hasta la abrupta desaparici¨®n de Rais¨ª, la senda para tratar de asegurar la continuidad del r¨¦gimen isl¨¢mico parec¨ªa trazada. El malogrado presidente reun¨ªa las credenciales de ultraconservador leal a Jamene¨ª y contaba adem¨¢s con la luz verde de la Guardia Revolucionaria. Era un candidato que suscitaba consenso en el estamento clerical y en ese poderoso ej¨¦rcito paralelo. Su designaci¨®n como sucesor no era segura, pero esa posibilidad se esfum¨® del todo con su inesperado fallecimiento.
La abrupta desaparici¨®n del presidente no parece capaz de amenazar la estabilidad del r¨¦gimen, pero s¨ª trastoca los planes para la sucesi¨®n de su m¨¢ximo l¨ªder. El r¨¦gimen iran¨ª ha dado muestras en los ¨²ltimos a?os de buscar a toda costa el mantenimiento de un f¨¦rreo statu quo, por ejemplo al marginar de las instituciones a los reformistas. Esos candidatos, m¨¢s moderados que ultraconservadores como Rais¨ª, han visto c¨®mo se les imped¨ªa masivamente concurrir a las elecciones desde las legislativas de 2020. Ese giro ultraconservador qued¨® sellado con la elecci¨®n del fallecido presidente en 2021, con los votos de solo un tercio del electorado, y despu¨¦s de que el organismo oficial encargado de validar a los aspirantes, el Consejo de Guardianes, vetara de nuevo como candidatos, no solo a estos moderados, sino incluso a otros conservadores que pudieran hacerle sombra a Rais¨ª.
Con el Parlamento ya para entonces en manos de los ¡°principalistas¡± ¡ªla tendencia conservadora que encarnaba Rais¨ª¡ª las autoridades demostraron su prop¨®sito de eliminar cualquier veleidad de cambio, por limitado que fuera, antes y, sobre todo, despu¨¦s de la muerte del l¨ªder supremo. La represi¨®n de las manifestaciones desatadas por la muerte bajo custodia policial de Yina Mahsa Amini ¡ªuna joven detenida en Teher¨¢n por llevar mal colocado el velo¡ª demostr¨® de nuevo en 2022 y 2023 la voluntad de acallar las voces que piden un cambio.
La muerte de Rais¨ª ha obligado al r¨¦gimen a modificar unos pasos ya previstos, que refuerzan la hip¨®tesis de que el desaparecido era uno de los candidatos en liza para convertirse en el pr¨®ximo l¨ªder supremo. Por ejemplo, en la Asamblea de Expertos, para cuya presidencia Rais¨ª era el favorito.
El 21 de mayo, al d¨ªa siguiente de que se confirmara el deceso del presidente y de los integrantes de su s¨¦quito, esa apuesta por la continuidad qued¨® clara con la elecci¨®n del cl¨¦rigo Mohammad Ali Movahedi Kermani, de 93 a?os, como presidente de la Asamblea de Expertos. En un pa¨ªs en el que, en 2021, un 23% de la poblaci¨®n no hab¨ªa cumplido 15 a?os, seg¨²n el Banco Mundial, y donde las protestas de 2022 estuvieron protagonizadas por j¨®venes y mujeres, varios miembros de edad provecta de la Asamblea de Expertos acudieron a la sesi¨®n inaugural del nuevo mandato del organismo acompa?ados de cuidadores. Como Rais¨ª, Kermani es un fiel a Jamene¨ª que en el pasado estuvo vinculado a la Guardia Revolucionaria.
Una gerontocracia en un pa¨ªs joven
Este cl¨¦rigo que tendr¨¢ voz y voto en la elecci¨®n del nuevo l¨ªder supremo ha defendido posturas ultraconservadores en esas cuestiones, como la del uso del velo, que en Ir¨¢n trascienden lo social para entrar de lleno en lo pol¨ªtico. Ha llegado a declarar haram (il¨ªcito seg¨²n el Islam) a la aplicaci¨®n de mensajer¨ªa Telegram, la que usan muchos iran¨ªes para comunicarse. Kermani encarna el pasado y el inmovilismo. Tambi¨¦n el abismo entre, por un lado, el poder de una gerontocracia clerical, que se apoya en una fuerza que muchos iran¨ªes consideran represora, la Guardia Revolucionaria, y, por otro, buena parte de una poblaci¨®n joven ¡ªsobre todo la femenina¡ª que anhela el cambio. Todo ello en un contexto de ¡°crisis generacional, econ¨®mica [la inflaci¨®n lleva a?os por encima del 40%] e institucional, todo un desaf¨ªo para el mantenimiento de la arquitectura institucional de la Rep¨²blica isl¨¢mica¡±, se?ala el analista hispano-iran¨ª Daniel Bashandeh.
El polit¨®logo experto en Ir¨¢n Ali Alfoneh, del Instituto de los Estados ?rabes del Golfo en Washington, asegura por correo electr¨®nico que la Asamblea de Expertos ha preparado ya ¡°una lista de cl¨¦rigos, a quienes considera constitucionalmente calificados para el liderazgo¡±. ¡°Sin embargo, al igual que en la sucesi¨®n de 1989 tras el fallecimiento del gran ayatol¨¢ Ruhollah Jomeini, fundador de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, no podemos esperar que prevalezca el candidato m¨¢s calificado religiosamente¡±, explica.
La raz¨®n a la que alude Alfoneh es que, en su opini¨®n, en la sucesi¨®n de Jamene¨ª, el actor fundamental ser¨¢ la Guardia Revolucionaria, el ej¨¦rcito paralelo que ha adquirido un poder casi omn¨ªmodo sobre la econom¨ªa del pa¨ªs, mientras se aseguraba una buena porci¨®n del poder pol¨ªtico. Este polit¨®logo sostiene que, al haber perdido su ¡°legitimidad religiosa y popular¡±, el estamento clerical depende de esa fuerza ¡°para su protecci¨®n f¨ªsica y su supervivencia¡±, por lo que los cl¨¦rigos son ¡°rehenes de esa guardia pretoriana¡±. En las protestas desatadas por la muerte de Amini, la Guardia Revolucionaria y su milicia asociada, los Basij, fueron los grandes protagonistas de la represi¨®n.
Nombres
En este contexto, las quinielas de posibles sucesores del ayatol¨¢ Jamene¨ª ¡°son especulaciones¡±, afirma Daniel Bashandeh. Precisamente, recalca este analista, uno de los nombres que m¨¢s suenan, el de Mojtaba Jamene¨ª, hijo del actual l¨ªder, es ¡°improbable¡±, dado que esa sucesi¨®n ¡°hereditaria¡± ir¨ªa contra ¡°los fundamentos de la Rep¨²blica Isl¨¢mica¡±, y ser¨ªa una apuesta ¡°arriesgada¡± que restar¨ªa a¨²n m¨¢s legitimidad al r¨¦gimen. Otro de esos posibles candidatos es tambi¨¦n un descendiente del otro l¨ªder supremo iran¨ª. Se trata de Hassan Jomeini, nieto del ayatol¨¢ Jomeini, una elecci¨®n que tratar¨ªa de dotar de legitimidad religiosa e hist¨®rica al nuevo liderazgo por el aura que a¨²n rodea al fundador del actual sistema pol¨ªtico iran¨ª en un sector de la poblaci¨®n del pa¨ªs.
De momento, asegura Bashandeh, Teher¨¢n se est¨¢ limitando a tratar de mostrar ¡°estabilidad y continuidad¡± despu¨¦s del fallecimiento de Rais¨ª. Tras ese suceso, las autoridades se apresuraron a nombrar como presidente en funciones al vicepresidente Mohammad Mojber y convocaron inmediatamente elecciones presidenciales el pr¨®ximo 28 de junio. En esos comicios, la ¨²nica inc¨®gnita ser¨¢ de nuevo el voto castigo de la abstenci¨®n, toda vez que las autoridades probablemente vetar¨¢n de nuevo a todos los candidatos que puedan hacer sombra al elegido por el poder.
Pero en Ir¨¢n ¡°nunca nada est¨¢ tan claro¡±, a?ade por WhatsApp, Luciano Zaccara, profesor del Centro de Estudios del Golfo de la Universidad de Qatar. Este especialista cree que las pr¨®ximas presidenciales pueden ser precisamente un test de los equilibrios de poder que marcar¨¢n probablemente la futura sucesi¨®n del l¨ªder supremo.
Zaccara ofrece un ejemplo. Uno de los posibles candidatos para las presidenciales es el expresidente del Parlamento iran¨ª Ali Larijan¨ª, un pol¨ªtico considerado pragm¨¢tico ¡ªo moderado¡ª al que en 2021 el r¨¦gimen impidi¨® presentarse a las presidenciales que gan¨® Rais¨ª. Entonces, recuerda, ¡°el propio l¨ªder supremo pidi¨® al Consejo de Guardianes [el organismo que veta o aprueba a los candidatos pol¨ªticos] que le permitiera concurrir, pero la Guardia Revolucionaria lo vet¨®¡±. Si ahora Jamene¨ª apoya a Lariyan¨ª para tratar de mostrar una mayor apertura y recuperar algo de la credibilidad perdida del sistema pol¨ªtico iran¨ª y, aun as¨ª, ese ej¨¦rcito paralelo lo veta de nuevo, ello querr¨¢ decir que ¡°quien tiene la sart¨¦n por el mango¡± es la Guardia Revolucionaria.
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