¡°Gaza arde¡±: el Israel m¨¢s ultra celebra su fuerza en Jerusal¨¦n
La celebraci¨®n de la conquista de la parte palestina de la ciudad en 1967, que atraviesa el barrio musulm¨¢n entre proclamas islam¨®fobas y militaristas, acaba con llamamientos a atacar L¨ªbano
El nacionalismo religioso, movimiento que cuenta con un in¨¦dito peso pol¨ªtico y social en Israel y combate por colonizar Palestina con el fusil en una mano y la Biblia en la otra, exhibe su fuerza cada primavera con una marcha multitudinaria hasta el Muro de las Lamentaciones. Es el D¨ªa de Jerusal¨¦n, la celebraci¨®n de la conquista de la parte palestina de la ciudad en la Guerra de los Seis D¨ªas de 1967 con una concentraci¨®n que, desde hace tres a?os, recibe permiso para atravesar el barrio musulm¨¢n, obligando al cierre de todas las casas y tiendas de los vecinos, que las descubren al d¨ªa siguiente llenas de pegatinas racistas, islam¨®fobas y ultranacionalistas. La polic¨ªa ha informado de la detenci¨®n este mi¨¦rcoles de 18 participantes, incluidos varios adolescentes, y al menos cinco de ellos por agredir a periodistas.
Es su jornada y lo saben. Y, adem¨¢s, Israel cada vez se parece m¨¢s a ellos y menos al de sus fundadores. O, como resum¨ªa uno de los asistentes, Lir¨®n, de 26 a?os: ¡°Es m¨¢s Jerusal¨¦n y menos Tel Aviv. Menos liberal y secular y m¨¢s en nuestra v¨ªa, la de Dios y Jerusal¨¦n¡±.
El ambiente es una mezcla de euforia, provocaci¨®n y ¡°aqu¨ª estoy y esto es m¨ªo¡± que resum¨ªa ante la multitud, desde un estrado junto al Muro de las Lamentaciones, su representante m¨¢s popular, el ministro de Seguridad Interior, Itamar Ben Gvir: ¡°Jerusal¨¦n es nuestro, la puerta de Damasco [que da acceso al barrio musulm¨¢n] es nuestra. El Monte del Templo es nuestro¡±. Es el nombre en hebreo del lugar donde se situaba el antiguo templo jud¨ªo, destruido por los romanos hace dos milenios en represalia por la revuelta jud¨ªa y que hoy es la Explanada de las Mezquitas.
Construir all¨ª alg¨²n d¨ªa el Tercer Templo es la creciente obsesi¨®n del nacionalismo religioso. La idea est¨¢ cada vez m¨¢s presente en lemas y camisetas, y Lir¨®n cuenta que estos meses ¨Dcuando estaba en Gaza como soldado¨D ¨¦l y sus compa?eros dejaban pintado, en los muros de las casas que ocupaban, c¨®mo ser¨ªa el tercer templo. ¡±Ellos entienden de qu¨¦ va esta lucha. En cada casa en la que entramos hab¨ªa im¨¢genes de Jerusal¨¦n, de [el complejo de la mezquita de] Al Aqsa. La guerra en Gaza es en realidad una guerra por el Monte del Templo¡±, dice frente a la Puerta de Damasco.
Este a?o, Gaza est¨¢ m¨¢s presente, por los que vienen de combatir all¨ª y los que cantan ¡°Gaza arde¡± o ¡°No queremos a Mohamed en Shayaia¡±. ¡°Estoy aqu¨ª porque es importante mostrar presencia jud¨ªa. Ham¨¢s y Hezbol¨¢ nos quieren asustados y tenemos que hacerles entender que esta es nuestra casa y que esto siempre ha sido nuestro¡±, asegura otro de los participantes, Aharon Shanto, de 16 a?os.
Gaza y Jerusal¨¦n, la misma lucha
Los mensajes coinciden en una idea. Da igual Gaza o Jerusal¨¦n. Es la misma lucha. ¡°Los monstruos de Ham¨¢s llamaron a su masacre Diluvio de Al Aqsa. Ellos saben perfectamente que todo empez¨® aqu¨ª¡±, dice desde el podio la otra gran figura ultra, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, recibido entre bailes como una estrella de rock.
Los discursos se convierten en una forma de presionar al primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, para llevar hasta el final la guerra en la Franja, que viven como una contienda religiosa, y lanzar otra contra el partido-milicia chi¨ª Hezbol¨¢, en L¨ªbano. Ben Gvir lanza un llamamiento a su primer ministro. ¡°Desde aqu¨ª, desde Jerusal¨¦n, donde todo empez¨®, le digo al Gobierno: sal a la guerra en Hezbol¨¢, genera una franja de seguridad entre la Galilea y el sur de L¨ªbano, deja vencer a nuestros combatientes y h¨¦roes¡±.
Israel es, en cierto modo, otro Israel desde el ataque de Ham¨¢s el 7 de octubre, pero algunos ritos de otros a?os se repiten. Los c¨¢nticos habituales, por ejemplo: ¡°Muerte a los ¨¢rabes¡±, ¡°Un ¨¢rabe es un hijo de puta; un jud¨ªo, un alma¡±, ¡°Que arda vuestra aldea¡± o ¡°Mahoma est¨¢ muerto¡±¡ Los periodistas vuelven a ser el enemigo y decenas de adolescentes les tiran botellas de agua.
De camino hacia el Muro de las Lamentaciones, por la calle que normalmente tiene m¨¢s vida de toda la ciudad vieja y este mi¨¦rcoles ocupaba una marea de banderas israel¨ªes, un adolescente escribe la palabra ¡°puta¡± en la puerta de un comercio. Otros acosan a una palestina que intenta llegar a su casa escoltada por la polic¨ªa. La media de edad es baja, en una muestra de c¨®mo la juventud gu¨ªa al pa¨ªs hacia la derecha m¨¢s radical. Pasado y presente conectan en muchas pegatinas con la frase ¡°Kahane ten¨ªa raz¨®n¡±. Es el asesinado rabino que defend¨ªa la expulsi¨®n de los palestinos y cuyo partido Israel acab¨® ilegalizando por el racismo de sus ideas. Este mi¨¦rcoles su cara y lemas se ve¨ªan en bastantes camisetas y pegatinas.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.