El palestino exhibido por soldados israel¨ªes sobre el cap¨® de un ¡®jeep¡¯: ¡°Se los ve¨ªa muy orgullosos de lo que hac¨ªan¡±
Myahed Abadi cuenta en el hospital de Yen¨ªn las tres horas de angustia que vivi¨® antes del momento que capta un v¨ªdeo que se hizo viral y caus¨® indignaci¨®n generalizada
Las im¨¢genes, grabadas con un tel¨¦fono m¨®vil, captan apenas 25 segundos de tres horas que al palestino Myahed Abadi se le hicieron ¡°interminables¡±. Pero son tan impactantes que dieron la vuelta al mundo, cosechando indignaci¨®n y condenas, incluida la del portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, que las llam¨® ¡°absolutamente inaceptables¡±. En el v¨ªdeo se ve a un veh¨ªculo militar israel¨ª avanzar por Wadi Burqin, un pueblo a las afueras de Yen¨ªn, en el castigado norte de Cisjordania, con Abadi ¨Dexhausto y herido de bala¨D sobre el cap¨®. Los soldados lo hab¨ªan arrestado en una de las incursiones que lanzan a diario en localidades de Cisjordania, ocupada militarmente desde 1967, y se dirig¨ªan a entregarlo a la Media Luna Roja Palestina, a la que hab¨ªa impedido antes acceder al lugar con ambulancias.
Al difundirse las im¨¢genes, se asumieron dos cosas: que el joven iba atado al veh¨ªculo y que estaba siendo usado como escudo humano, para que ning¨²n otro palestino se atreviese a tirar piedras o abrir fuego contra los jeeps durante la retirada. ¡°Lo que iba es agarrado con toda mi fuerza a la reja que protege la luna delantera del jeep. Y no creo que me usasen como escudo humano, porque no estaba pasando nada. No hab¨ªa j¨®venes [milicianos], ni nadie les disparaba. Creo que solo quer¨ªan mostrar su fuerza¡±, asegura a este peri¨®dico postrado en una cama de Ibn Sina, el hospital de Yen¨ªn en el que se recupera de las heridas, rodeado de familiares y visitantes que no paran de entrar y salir. Es el mismo al que fuerzas especiales israel¨ªes entraron el pasado enero, disfrazadas de mujer y personal m¨¦dico, para asesinar a tres milicianos.
Abadi, de 22 a?os, cuenta que estaba con sus sobrinos en casa de su t¨ªo y se enter¨® por un grupo de WhatsApp de que las tropas israel¨ªes estaban haciendo una redada en Wadi Burqin. Fue el pasado d¨ªa 22, mientras los bombardeos dejaban m¨¢s de 100 muertos en Gaza, en una de las jornadas m¨¢s letales en semanas. Sali¨® del inmueble con uno de sus sobrinos y otro joven (ambos hoy arrestados y tambi¨¦n heridos) ¡°para ver qu¨¦ pasaba¡±. ¡°Pens¨¢bamos que estar¨ªan m¨¢s lejos. Al salir, vi de repente a los soldados justo en el edificio de enfrente. Cuando me quise dar cuenta, recib¨ª un disparo en un brazo. Sent¨ª c¨®mo se me ca¨ªa, c¨®mo se quedaba sin fuerza¡±, recuerda. Es el derecho, el que tiene vendado y con se?ales de sangre, pendiente de una operaci¨®n en los pr¨®ximos d¨ªas. En el v¨ªdeo se ve c¨®mo agarra la reja del veh¨ªculo militar con el otro, el izquierdo.
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— ???? ??????? (@AJArabic) June 22, 2024
Corri¨® entonces a protegerse tras un todoterreno aparcado frente a la casa. Justo antes de llegar, sinti¨® c¨®mo otra bala penetraba en su pierna derecha y comenzaron dos horas angustiosas. Estaba solo, sangrando detr¨¢s del veh¨ªculo y sin poder recibir ayuda. Los militares acercaron un dron con altavoz (que suelen emplear cuando quieren evitar riesgos para las tropas) para exhortarle repetidamente a salir de inmediato. ¡°Gritaba que estaba herido, que de verdad no me pod¨ªa mover y que necesitaba ayuda porque estaba sangrando, pero no me hac¨ªan caso¡±, protesta.
Fue entonces cuando entr¨® en escena el jeep militar que aparece en el v¨ªdeo. Se fue acercando a ¨¦l. Tanto que Abadi est¨¢ convencido de que intent¨® atropellarle y que no pas¨® porque ¨Dpese a las heridas de bala en brazo y pierna y la sangre perdida¨D se movi¨® para esquivarlo. ¡°De all¨ª salieron cuatro o cinco soldados. El primero lleg¨® y, sin mediar palabra, me dio con la bota en la cara. Comprob¨® d¨®nde estaba herido y empez¨® a mover, justo all¨ª, para que me doliese m¨¢s, mientras me dec¨ªa ben zon¨¢ (hijo de puta, en hebreo)¡±, relata.
Abadi cuenta que el soldado se dirigi¨® a un compa?ero y lo levantaron entre los dos: uno lo cog¨ªa de los dos brazos; el otro, de las piernas. Lo movieron de derecha a izquierda para que cobrase impulso y lo lanzaron contra el cap¨® del veh¨ªculo, se?ala. ¡°La primera fallaron y acab¨¦ en el suelo. En la segunda, sobre el cap¨®. Uno de ellos, no recuerdo cu¨¢l, me sac¨® una foto y me pregunt¨® el nombre¡±.
El cap¨® quemaba su espalda, protegida solo por una camiseta. Las temperaturas superan estos d¨ªas los 30 grados a esa hora. La sensaci¨®n se le ha quedado muy grabada, porque la menciona hasta tres veces, m¨¢s que el dolor por los disparos o la humillaci¨®n del momento.
¡°Mi obsesi¨®n era no caerme¡±
El v¨ªdeo, explica, solo muestra el final, los momentos previos a su entrega. No lo que Abadi describe como entre 15 y 20 minutos en los que el conductor avanzaba acelerando y frenando bruscamente para intentar tirarlo al suelo. ¡°Mi obsesi¨®n era no caerme, porque estaba seguro de que acabar¨ªa frente a las ruedas y me atropellar¨ªan, porque ya lo hab¨ªan intentado antes. As¨ª que puse todas mis energ¨ªas en agarrarme con toda mi fuerza, y no soltarme en ning¨²n momento¡±. Los soldados lo transportaron a una casa donde hab¨ªa m¨¢s tropas, comprobaron sus datos (si fuese m¨ªnimamente sospechoso, estar¨ªa arrestado, en vez de en el hospital) y lo entregaron a la Media Luna Roja.
El ej¨¦rcito israel¨ª emiti¨® ese mismo d¨ªa un comunicado en el que admit¨ªa la veracidad del v¨ªdeo, que llevaba horas circulando por redes sociales y medios de comunicaci¨®n: ¡°Durante operaciones antiterroristas para detener a sospechosos buscados en la zona de Wadi Burqin, unos terroristas abrieron fuego contra las tropas del ej¨¦rcito israel¨ª, que respondieron con disparos. Durante el tiroteo, uno de los sospechosos result¨® herido y detenido. En violaci¨®n de las ¨®rdenes y los procedimientos operativos est¨¢ndar, las fuerzas se llevaron al sospechoso mientras estaba atado en la parte superior de un veh¨ªculo. La conducta de las fuerzas en el v¨ªdeo del incidente no se ajusta a los valores del ej¨¦rcito israel¨ª. El incidente ser¨¢ investigado y tratado en consecuencia. El sospechoso fue trasladado a la Media Luna Roja para recibir tratamiento m¨¦dico¡±. Preguntado si ha adoptado desde entonces medidas disciplinarias con los militares involucrados en el incidente, el ej¨¦rcito israel¨ª remiti¨® al mismo comunicado.
Abadi sigue sin entender qu¨¦ pasaba por la cabeza de los soldados en ese momento. ¡°Yo, lo ¨²nico en lo que pensaba entonces era en si acabar¨ªa vivo o muerto. Lo que s¨ª tengo claro¡±, sentencia, ¡°es que se los ve¨ªa muy orgullosos de lo que hac¨ªan¡±.
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