La CDU alemana se enfrenta al dilema de gobernar con los populistas de izquierdas para mantener el veto a la ultraderecha
Los democristianos de Friedrich Merz tendr¨¢n que aliarse con partidos en sus ant¨ªpodas ideol¨®gicas en los Estados orientales de Turingia y Sajonia
El terremoto que ha provocado la victoria de los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones regionales del domingo pasado no solo desestabiliza al ya d¨¦bil Gobierno de coalici¨®n del socialdem¨®crata Olaf Scholz. El primer puesto de AfD en Turingia y el segundo en Sajonia zarandea al otro pilar de la pol¨ªtica alemana, los democristianos de la CDU, que tienen ahora la responsabilidad de formar gobiernos estables sin contar con los ultras. ¡°La CDU es el ¨²ltimo baluarte del centro democr¨¢tico contra el populismo de extrema derecha en nuestro pa¨ªs¡±, sentenci¨® su l¨ªder, Friedrich Merz, tras conocerse los resultados electorales. Evitar que se resquebraje obliga a los conservadores a superar o ignorar vetos y a trazar alianzas contra natura con la izquierda.
La CDU parec¨ªa exultante el domingo por la noche. Vencedora en Sajonia, segunda en Turingia, se ve¨ªa liderando los gobiernos en ambos Estados federados. Los analistas coinciden en que lo conseguir¨¢, pero apuntan a que en el medio plazo pagar¨¢ un alto precio por los equilibrismos ideol¨®gicos. Los conservadores son conscientes de que tienen mucho que agradecer al voto ¨²til ¨Dla mitad de sus votantes solo les apoyaron en la creencia de que eran los mejor situados para derrotar a AfD, seg¨²n una encuesta de Infratest Dimap¨D y ya est¨¢n pensando en los comicios de Brandeburgo (el 22 de septiembre) y las elecciones federales de dentro de un a?o.
Pero el problema es que dos partidos de izquierdas van a tener la llave de la gobernabilidad en el este. En Turingia, donde los ultras consiguieron la primera victoria en un land desde la II Guerra Mundial, con 32 diputados de 88, se habla de una posible coalici¨®n de cuatro partidos. Incluso aunque la CDU se pusiera de acuerdo con los socialdem¨®cratas del SPD y con el nuevo partido de la exl¨ªder comunista Sahra Wagenkecht (BSW), falta un esca?o para la mayor¨ªa de 45. Y ese voto solo puede proceder de Die Linke (La Izquierda), la formaci¨®n de Bodo Ramelow, el actual primer ministro en funciones. No hay nadie m¨¢s con quien hablar: verdes y liberales han quedado fuera del hemiciclo al no superar el umbral del 5% de los votos.
Ramelow se ha ofrecido a negociar con los democristianos, pero a la CDU se le plantea un dilema. En 2018 decidi¨® vetar a los extremos del arco parlamentario. El partido aprob¨® no cooperar ni con Die Linke ni con AfD. Eran otros tiempos, con menor fragmentaci¨®n y con m¨¢s socios potenciales con los que aliarse.
En el partido cunde ahora el temor a que, si se rompe ese cord¨®n sanitario autoimpuesto a la izquierda, alg¨²n l¨ªder regional ponga sobre la mesa abiertamente la necesidad de negociar tambi¨¦n con AfD. Dos pesos pesados de la CDU, el ex secretario general Mario Czaja y la expresidenta de Turingia Christine Lieberknecht han pedido que se reconsidere el veto. El actual l¨ªder en Turingia, Mario Voigt, a¨²n no se ha pronunciado.
La influencia de Wagenknecht
El acuerdo con BSW (siglas en alem¨¢n de Alianza Sahra Wagenknecht) no es menos controvertido. Es la ¨²nica manera de formar Gobierno si se excluye a AfD y por eso ning¨²n cuadro de los democristianos lo ha criticado p¨²blicamente. Sin embargo, varios medios alemanes aseguran que, a puerta cerrada, est¨¢ saliendo a relucir el pasado comunista de Wagenknecht y el hecho de que su marido, Oskar Lafontaine, fundador de Die Linke y una figura muy pol¨¦mica para los conservadores, pueda estar manejando la formaci¨®n en la sombra. Lo llaman ¡°la direcci¨®n desde el Sarre¡±, en referencia al Estado federado donde vive la pareja.
Merz ha llegado a etiquetar a BSW, un partido nacido en enero pasado, como ¡°en parte de derechas y en parte de extrema izquierda¡± y tambi¨¦n se ha referido a ¨¦l como una ¡°caja negra¡± en la que no est¨¢ muy claro qu¨¦ se esconde. De momento, Wagenknecht est¨¢ exigiendo que los gobiernos de coalici¨®n en Turingia y Sajonia se pronuncien claramente en contra de la ayuda armament¨ªstica a Ucrania y del estacionamiento de misiles estadounidenses de medio alcance en Alemania. Es decir, que la CDU contradiga sus principios b¨¢sicos en pol¨ªtica exterior y de defensa.
La coalici¨®n con BSW es posible, opina el polit¨®logo Benjamin H?hne, especializado en la din¨¢mica de los partidos, porque en realidad los Estados federados no tienen competencias en estos asuntos. ¡°Hay que tener en cuenta que a nivel regional en Alemania, como en otros pa¨ªses, no se toman decisiones sobre la guerra y la paz, sobre la pol¨ªtica exterior y de seguridad. Se ha convertido en un tema de campa?a electoral porque es muy pol¨¦mico, Wagenknecht lo sabe y ha recurrido a ello para ganar votos¡±, asegura.
Este mi¨¦rcoles, Merz experiment¨® un anticipo de los dolores de cabeza internos a los que podr¨ªa enfrentarse. Seg¨²n public¨® el Tagesspiegel, un grupo de unos 40 miembros de la CDU ha pedido que se apruebe una resoluci¨®n de incompatibilidad con el partido de Wagenknecht en el pr¨®ximo congreso federal del partido, que se celebra en junio de 2025. Roderich Kiesewetter, diputado de la formaci¨®n en el Bundestag, dijo al peri¨®dico que BSW act¨²a ¡°como un brazo extendido del Kremlin¡±. ¡°La CDU se dirige al abismo si nos subimos al carro de Sahra Wagenknecht¡±, se?al¨® por su parte el eurodiputado Dennis Radtke.
Estos vaivenes se producen adem¨¢s cuando la CDU est¨¢ decidiendo qu¨¦ candidato presentar¨¢ a las elecciones federales, que se celebran el 28 de septiembre del a?o que viene. Friedrich Merz parece el mejor situado, pero el l¨ªder de la CSU, la formaci¨®n hermana b¨¢vara de la CDU, Markus S?der, parece dar pistas de que quiere aspirar a la Canciller¨ªa. El presidente de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik W¨¹st, es otro de los contendientes, aunque recientemente haya apoyado la candidatura de Merz. Las encuestas se?alan que el 34% de los alemanes cree que ser¨ªa buen candidato, empatado con S?der. Merz, en cambio, punt¨²a con el 26%.
Entretanto, la clase pol¨ªtica mira ya a Brandeburgo, que celebrar¨¢ elecciones el 22 de septiembre y donde la ultraderecha lidera las encuestas. Merz ha recordado a los votantes que tengan en cuenta lo sucedido en Turingia y Sajonia y les ha pedido que den ¡°claras mayor¨ªas¡± a los partidos ¡°del centro del espectro pol¨ªtico¡±.
La CDU de Brandeburgo, por su parte, teme que las conversaciones con BSW envenenen su propia campa?a electoral, lo que hace muy improbable que se alcance un acuerdo antes de los comicios. Algunas fuentes hablan incluso de que se podr¨ªa retrasar a despu¨¦s de Navidad.
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