Barnier trata de formar en Francia un gobierno amplio que reduzca la influencia de Le Pen

Michel Barnier, nuevo primer ministro de Francia, sabe bien que determinados objetivos se vuelven factibles solo con el paso del tiempo y la fatiga de sus interlocutores. Sucedi¨® as¨ª con la negociaci¨®n del Brexit, que le consagr¨® como un hombre de di¨¢logo y consensos, y le permiti¨® volver a casa con algo parecido a una victoria. Y justo eso espera que suceda de nuevo con la complicada misi¨®n de formar un gobierno que recoja todas las sensibilidades pol¨ªticas y logre reducir la influencia decisiva de la ultraderecha para evitar una moci¨®n de censura a la primera de cambio. De momento, la izquierda no tiene intenci¨®n de colaborar con el primer ministro conservador nombrado por Emmanuel Macron el pasado jueves. Figuras de enorme peso, como el expresidente socialista Fran?ois Hollande, ya han anunciado que vetar¨ªan su gobierno.

La idea en Matignon contin¨²a siendo la misma con la que fracas¨® Macron tras las elecciones: romper la alianza del Nuevo Frente Popular (NFP) y lograr atraer a algunos de sus componentes al bloque del nuevo Ejecutivo. La esperanza se centra en el Partido Socialista (PS), pero el martes sus responsables, Olivier Faure y Boris Vallaud volvieron a cerrar la puerta a la m¨¢s m¨ªnima concesi¨®n. Adem¨¢s, declinaron cualquier encuentro con Barnier antes de que este presente su declaraci¨®n de pol¨ªtica general ante la Asamblea Nacional, seg¨²n inform¨® Le Monde. Es cierto que Faure representa el ala m¨¢s dura de los socialistas, pero las posibilidades ahora parecen escasas.

Barnier buscar¨¢ cualquier grieta en el muro del NFP. Y los responsables del Partido Comunista (PC), por su parte, ser¨¢n recibidos por el primer ministro el pr¨®ximo martes. El secretario nacional del partido, Fabien Roussel, tampoco fue demasiado optimista y asegur¨® acudir a la cita ¡°sin ilusiones¡± sobre el nuevo jefe de Gobierno, ¡°quien tiene 50 a?os de vida pol¨ªtica y nunca ha hecho nada social en nuestro pa¨ªs¡±. Adem¨¢s, Roussel confirm¨® su intenci¨®n de votar la censura contra el Ejecutivo de Barnier.

La Francia Insumisa (LFI), tercera pata del NFP ¡ªy la m¨¢s importante¡ª no ha recibido por el momento ninguna invitaci¨®n para acudir a Matignon, explic¨® el martes el coordinador nacional, Manuel Bompard. A estas alturas no parece que vaya a suceder lo contrario. Pero en caso de recibirla, vino a decir, tampoco ir¨ªa a reunirse con el primer ministro. Adem¨¢s, confirm¨® que la izquierda presentar¨ªa una moci¨®n de censura sin esperar, desde el inicio de la sesi¨®n parlamentaria a principios de octubre, si no hay una sesi¨®n extraordinaria en septiembre.

Los ecologistas tambi¨¦n dijeron no haber recibido a¨²n una invitaci¨®n para reunirse con el primer ministro. ¡°Barnier no tiene nada que esperar de nosotros y nosotros no tenemos nada que esperar de ¨¦l¡±, enfatiz¨® en una rueda de prensa en la Asamblea Nacional uno de los portavoces de los diputados ecologistas, Benjamin Lucas. ¡°Vamos a hacer todo lo posible para derribar este Gobierno, para censurarlo¡±, agreg¨® el diputado, subrayando que la izquierda estaba ¡°en condiciones¡± de lograrlo.

La partida est¨¢ ahora mismo completamente abierta. Y ni siquiera los diputados de Ensemble por la R¨¦publique, el partido liberal de Macron, han querido darle un cheque en blanco al reci¨¦n elegido primer ministro. La situaci¨®n resulta algo extra?a, no solo porque Barnier haya sido elegido por el presidente de la Rep¨²blica, porque quien debe ahora decidir el grado de colaboraci¨®n que establece con el nuevo jefe del Ejecutivo es nada menos que su predecesor en Matignon, Gabriel Attal, con quien ya saltaron algunas chispas el d¨ªa que se produjo el relevo. Muchos de los miembros hist¨®ricos del partido del ala progresista de Ensemble se han sentido traicionados por el giro a la derecha de Macron en la elecci¨®n de Barnier.

Una de las claves para esta formaci¨®n, sin embargo, ser¨¢ cu¨¢ntas carteras reservar¨¢ para ellos y si algunos de los ministros salientes repetir¨¢n en el cargo, algo que subleva a las otras fuerzas pol¨ªticas, que ya han advertido de que eso significar¨ªa contravenir la voluntad de los franceses salida de las elecciones legislativas del pasado julio, en el que el bloque de la izquierda qued¨® en primer lugar, seguido por los centristas de Macron y, en tercer lugar, los ultras de Le Pen.

Uno de esos ministros, el titular de Econom¨ªa, Bruno Le Maire, comi¨® ayer con Barnier para hablar de una de las carpetas m¨¢s urgentes que deber¨¢ afrontar el jefe del Ejecutivo: el saneamiento de las cuentas p¨²blicas. El d¨¦ficit p¨²blico franc¨¦s, que en 2023 subi¨® hasta el 5,5% del PIB ¨Dlo que llev¨® a la Comisi¨®n Europea a abrir un expediente por d¨¦ficit excesivo¨D corre ahora el riesgo de agravarse hasta el 5,6% este a?o e incluso hasta el 6,2% en 2025 si no se toman medidas urgentes. ¡°Es el desaf¨ªo m¨¢s urgente, es el desaf¨ªo m¨¢s dif¨ªcil, es el desaf¨ªo m¨¢s pol¨ªtico¡±, hab¨ªa advertido el d¨ªa anterior Le Maire ante los diputados de la Comisi¨®n de Finanzas. ¡°Es el desaf¨ªo del que todo depende, porque nada es posible sin unas finanzas p¨²blicas bien gestionadas¡±.

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